Javier Milei firmó la declaración final del G20, pero se disoció del contenido vinculado a la Agenda 2030 y el impuesto a los “súper ricos”
Javier Milei firmó el documento final del G20 pero se disoció de aquellos párrafos vinculado a la Agenda 2030. El Gobierno anunció que “sin obstaculizar la declaración de los demás líderes...
Javier Milei firmó el documento final del G20 pero se disoció de aquellos párrafos vinculado a la Agenda 2030. El Gobierno anunció que “sin obstaculizar la declaración de los demás líderes”, el mandatario argentino dejó en claro que no acompañará varios puntos de la declaración conjunta, entre ellos, la “limitación de la libertad de expresión en redes sociales”, la “vulneración de la soberanía de los países en las instituciones de gobernanza global”, además de aquellas iniciativas que promueven “una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”.
En una Cumbre G20 en donde hay potencias europeas que mantienen abierto el debate por el posicionamiento a tomar frente a los conflictos bélicos en Ucrania y Medio Oriente, la postura que la Argentina tendrá en la eventual declaración final del G20 se lleva los reflectores del evento que reúne a los jefes de Estado en Río de Janeiro. Milei no quiere suscribir ejes claves del documento que es impulsado por el mandatario anfitrión, Inacio Lula da Silva, con quien tiene diferencias ideológicas irreconciliables.
La delegación argentina planteó su ferviente oposición a promover un impuesto a las grandes fortunas, “el gravamen a los super ricos”. Se trata de una de las apuestas fuertes de Lula como presidente pro témpore del G20, el foro que reúne a las principales economías del mundo.
Hay otras dos “líneas rojas” que fijó la Argentina. Según pudo reconstruir LA NACION, los temas vinculados a la igualdad de género (en palabras de la delegación libertaria, “la ideología de género”) y cualquier restricción en el avance de las redes sociales no serán apoyadas por el Presidente. Parte de la narrativa que impulsa Brasil, en tanto, está muy emparentada con la Agenda 2030, en términos inadmisibles para el líder libertario.
Temas en discusiónHay, además, otros temas sensibles en materia geopolítica que atravesaría el documento final. Milei quisiera que haya una condena explícita a Rusia y una mención a la situación de los rehenes de Hamás en Gaza.
Pero estas discusiones exceden largamente a la posición argentina, porque las principales potencias del mundo siguen discutiendo en torno al documento final en temas sensibles como la guerra en Ucrania y el conflicto en Medio Oriente.
Las negociaciones de los sherpas en la previa a la Cumbre se acercaron a un texto común, Brasil pretendía dar por cerrado el documento final. Pero luego del masivo ataque ruso a las instalaciones eléctricas ucranianas, algunos de los países europeos que integran el G7 pretendían que el país anfitrión permitiera una reapertura del debate para incluir una condena más explícita a Moscú.
Con la postura intransigente que Milei manifestó con respecto al impuesto a los “super ricos” más las disidencias en parte de la agenda progresista que impulsa Brasil, la principal duda de cara a la jornada final de la Cumbre, este martes, es cómo se verá reflejada la voz de la Argentina en la declaración final, si es que finalmente los países llegan a un consenso general.
De máxima, la Argentina podría no firmar el documento, aunque hay alternativas intermedias, como que el país apele al esquema 19+1 que ya tuvo Donald Trump en la cumbre de Hamburgo de 2019, cuando se opuso a las declaraciones que aludían al cambio climático. El país, en ese caso, pediría un asterisco en el documento o un párrafo aparte, para hacer su propia declaración de principios.
El impuesto a las grandes fortunas es una iniciativa de Lula bajo el cálculo que indica que con un gravamen de 2% sobre la riqueza podría recaudar hasta 250.000 millones de dólares para financiar políticas sociales. Meses atrás, la Argentina había adherido a la propuesta pero en los últimos días el gobierno argentino dio la instrucción a la delegación argentina de oponerse a la iniciativa de manera taxativa.
Un tema que todavía no está saldado es el vinculado a los posicionamientos frente al cambio climático. Negociadores argentinos deslizaron a LA NACION que en la declaración final del G20 se podría alcanzar un texto consensuado en el párrafo medioambiental. Aseguraron que hubo un arduo trabajo del cuerpo diplomático “junto con el Ministerio de Economía” para alcanzar una formulación más sintonizada con la agenda pro mercado que impulsa Milei. Sería toda una novedad, ya que Milei no cree en el calentamiento global y considera que se trata de una imposición del primer mundo a los países emergentes.
En la primera jornada de la Cumbre, la Argentina fue una de las sorpresas porque adhirió a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, otra de las grandes apuesta de Lula como presidente del foro internacional. La gestión de Milei suscribió la iniciativa a su modo: enfatizó que solo las “reformas de mercado” permitirán paliar el hambre en el mundo y subrayó que “no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos”.