Inflación en abril y mayo. Lo que verdaderamente importa
Para los editores de libros, la diferencia entre intentar vender un ejemplar a $19.900 en vez de a $20.100 es grandísima. Para los vendedores de zapatos, también. Algo similar ocurrió en el plan...
Para los editores de libros, la diferencia entre intentar vender un ejemplar a $19.900 en vez de a $20.100 es grandísima. Para los vendedores de zapatos, también. Algo similar ocurrió en el plano estrictamente político/periodístico con la estimación oficial del aumento de los precios al consumidor entre marzo y abril pasados. ¿Sería de a lo sumo 9,9%, o de por lo menos 10,1%?, se conjeturaba. En el plano estrictamente económico, lo que verdaderamente importa es diferente.
Primero los hechos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), entre marzo y abril pasados, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el aumento de los precios al consumidor fue de 9,2%. La estimación oficial se ubicó entre las de las privadas (8,7%, según Castiglioni y Tiscornia; 10,1%, según FIEL).
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Más importante que el dígito único, fue el hecho de que en todos los casos se registró una caída de varios puntos porcentuales (p.p.), con respecto a la tasa de inflación de marzo. De 2 p.p., según el Indec; de 4 p.p., en el caso de Castiglioni y Tiscornia. Confirmando, en todos los casos la reducción que se viene verificando desde diciembre de 2023.
La desagregación del aumento general según tipos de bienes también arroja luz. El referido 9,2% surge de una suba de 8,9% en los precios estacionales, de 20% en los precios regulados, y de 6,4% en la inflación núcleo.
Último dato numérico: según FIEL, en la primera semana de mayo, los precios aumentaron 1,6%, contra subas de por lo menos 6% en la primera semana de los meses anteriores. Hay que ser muy necio para afirmar que lo que viene ocurriendo en materia inflacionaria “la gente no la nota”.
¿Seguro que la caída de la tasa de inflación sigue siendo consecuencia del “parate” económico? Estadísticas referidas a producción hay hasta marzo, lo demás son datos puntuales. La realidad es heterogénea, pero advierto que la situación está más equilibrada que en los meses anteriores; por la reducción de la tasa de inflación, la disminución de los miedos y la reaparición del crédito.
En estas condiciones, no cabe adoptar las decisiones sobre la base de que la troika integrada por Milei-Caputo-Bausili generará un salto devaluatorio o aflojará en materia fiscal. Porque ello equivaldría a tirar por la borda los sacrificios realizados por la población en los últimos meses. Una barbaridad técnica y un suicidio político. Y, que se sepa, ninguno de los funcionarios mencionados tiene vocación suicida; al menos por el momento.