Independiente venció a Argentinos por un gol del chico Ignacio Maestro Puch, cuando Carlos Tevez ya empezaba a ser mirado con sospecha
Independiente superó un examen de enorme dificultad en un encuentro durante el cual pasó por todos los estados anímicos y futbolísticos posibles. El 2 a 1 sobre Argentinos Juniors por la octava...
Independiente superó un examen de enorme dificultad en un encuentro durante el cual pasó por todos los estados anímicos y futbolísticos posibles. El 2 a 1 sobre Argentinos Juniors por la octava fecha de la Copa de la Liga Profesional puede explicarse porque si bien fue menos que su rival en el juego, fue más en fortaleza de carácter y, sobre todo, en las áreas, que es donde se definen los partidos.
La prueba pintaba difícil desde antes del inicio. Para el Rojo, y especialmente para Carlos Tevez, que empezaba a ser mirado con sospecha. La derrota en el clásico dejó su huella en forma de críticas, respecto al planteo táctico y al rendimiento individual y colectivo del equipo. No mermó la asistencia ni el despliegue pirotécnico en el recibimiento, pero la inmediata exigencia hecha canto: “Hoy hay que ganar”, anticipó que había una sola ruta posible para no convertir el apoyo en silbidos.
Para la ocasión, el Apache volvió a poner en marcha el carrusel de cambios que parecía haber abandonado en las últimas fechas, algunos muy sorprendentes. Por ejemplo, dejó afuera al chico Alex Luna, que con sus gambetas había el único faro de peligro frente a la Academia; y al solvente Juan Manuel Fedorco, para darle su lugar al dubitativo Felipe Aguilar. Por otro lado, le devolvió el puesto de lateral izquierdo a Ayrton Costa y recuperó a Lucas Saltita González, cuya ausencia había dejado un hueco imposible de sustituir hace siete días.
Las modificaciones le dieron respuestas para todos los gustos. Aguilar se equivocó en unas cuantas y despejó mal en el golazo de Gastón Verón que abrió la cuenta; Saltita fue, con diferencia, el mejor de los suyos, y además armó la jugada que concretó Costa para el 1 a 1. Ignacio Maestro Puch, el otro “nuevo”, puso en evidencia su mezcla de voluntad y atolondramiento, que esta vez le alcanzó para irse del campo bañado en aplausos luego de conseguir el tanto del triunfo y construir una acción a puro coraje y gambeta, que finalizó con taco a González y remate que Román Vega salvó en la raya.
Argentinos llegó a Avellaneda con muchas menos presiones y jugó suelto desde que sacó del medio. Apoyado en una dinámica constante de sus volantes, el conjunto de Pablo Guede se hizo incontenible en el centro del campo. Con la agilidad de una línea media veinteañera, la habilidad de Alan Lescano, el retroceso de Verón y las proyecciones de Vega (un lateral muy interesante) fueron las fichas que movieron los de La Paternal para establecer una superioridad notable en la fluidez de la circulación y por lo tanto, en el dominio del juego.
Le faltó al visitante transformar su andar en un mayor volumen de llegadas, y definir las que tuvo. A los 27 y a los 36, las piernas de Rodrigo Rey taparon dos “goles hechos” de Luciano Gondou y Emiliano Viveros. Y tampoco lo acompañó la fortuna. La sonrisa por el gol de Verón a los 28 apenas le duró tres minutos, el tiempo que demoró Saltita González en romper en velocidad, Diego Rodríguez el disparo y le dio como venía Costa al rebote. La pelota se iba afuera, pero se desvió en Tobías Palacio y estalló en la red.
El segundo tiempo fue otra cosa bien distinta. Alguien tomó la moneda del partido, la revoleó al aire y esta no cayó hasta el final. Todo comenzó a los 4, cuando Gabriel Ávalos se “inventó” un penal tras sentir un roce de Palacio y continuar su racha de espaldas al gol lanzándolo por arriba del travesaño.
Lo que siguió fue un frenesí desordenado que elevó los niveles de adrenalina hasta niveles superlativos. Independiente sintió el golpe y durante un rato largo pareció encaminarse a una nueva frustración. Pero una vez más, Argentinos careció de punch y le agregó otra debilidad que ya había insinuado en la mitad inicial, la floja respuesta de sus zaga central para frenar los envíos que cruzaban el área.
El local, que se movía por la cancha como esos boxeadores que buscan con desesperación las sogas para superar el mal momento, en lugar del gong encontró el gol salvador. A los 13, Federico Mancuello despachó el centro desde la izquierda, ganó una vez más Ávalos en el cuerpo a cuerpo, bajó la pelota y Maestro Puch, de media vuelta, puso el 2-1.
No cejaría Argentinos en pos de la igualdad. La tuvieron Verón (otra vez la pierna de Rey), Palacio y Gondou. Montó una línea de 5 defensas Tevez para sostener la victoria y casi la alarga, pero Luna y Fedorco fallaron ocasiones de las que no se explican.
Compacto de Independiente 2 vs. Argentinos Juniors 1Superó la prueba el Rojo, respiró aliviado Tevez. Se sacudió la mufa del clásico Independiente, mostró carácter y lo ayudó la suerte en los momentos críticos. Se subió otra vez a la cima de la tabla y festejó su gente en una noche llena de vaivenes y emociones.