Independiente homenajeó a Hugo Villaverde ganando 1-0 con un gol de su N° 2 para mantener la ilusión de volver a las Copas
Con la imagen del inolvidable Hugo Villaverde en el pecho, la pantalla electrónica y la memoria, Independiente quiso recordar aquellos gloriosos tiempos de festejos en cadena. Se emocionó la gent...
Con la imagen del inolvidable Hugo Villaverde en el pecho, la pantalla electrónica y la memoria, Independiente quiso recordar aquellos gloriosos tiempos de festejos en cadena. Se emocionó la gente en el descanso, cuando Enzo Trossero y otros compañeros pisaron el césped con la camiseta del extraordinario marcador central del Rey de Copas; quiso ayudar Julio Vaccari amnistiando a Marco Pellegrino, Diego Tarzia y Santiago Toloza (sentó de inicio a los tres en el banco de suplentes), y lo intentó el equipo, pero con suerte dispar. Es verdad que ganó, 1-0 a un muy pobre Gimnasia, que se consolidó en puestos de clasificación para Copa Sudamericana y que mantiene sus chances de hacerse un sitio en la Libertadores 2025. También es indudable que su juego continuó enseñando las coordenadas de cada semana, esas que no convencen a casi nadie.
La coincidencia del número 2 en la espalda de Joaquín Laso, autor del 1 a 0 a los 41 minutos -centro corto de tiro libre de Santiago Montiel, anticipo y toque suave de cabeza del defensor-, quiso ser visto como un homenaje al santafesino fallecido el pasado domingo, aunque Villaverde jamás iba a buscar un centro al área contraria y nunca marcó un gol. Si lo fue, se trató del único punto de conexión con épocas pasadas.
El técnico del Rojo se empeña en desabastecer de fuerzas propias la mitad de la cancha, con la idea de que los suyos generen fútbol y llegadas por afuera, más allá de que la demostración empírica diga lo contrario. El resultado positivo del experimento aparece muy de vez en cuando, a cuentagotas, y mientras tanto, Independiente carece de conexión por dentro, le cuesta encadenar pases y con el paso de los minutos va diluyendo sus opciones en ataque, que acaban limitadas a las acciones de pelota parada. Si además no tiene su día Felipe Loyola y Lucas González se repite en imprecisiones y errores evitables, la pretensión de jugar bien queda reducida a acciones puntuales, aisladas, incluso cuando sucede como en esta ocasión, que el rival le brinda su involuntaria ayuda.
Lo mejor del partidoFue muy malo lo de Gimnasia con y sin la pelota prácticamente durante todo el partido, pero sobre todo en los 45 iniciales. En ese lapso, atrás dio ventajas en los lanzamientos desde los costados y en las marcaciones individuales, concediendo un puñado de ocasiones que desperdiciaron Montiel y Gabriel Ávalos. En el medio, no encontraron la posición ni el balón Pablo De Blasis y Lucas Castro como para elaborar alguna pizca de fútbol coherente. Adelante, sencillamente ni se acercó al arco de Rodrigo Rey. Si se fue al vestuario con un daño menor en la chapa fue, entre otras cosas, porque el primer tiempo se llenó de lesiones que cortaron el ritmo con largas interrupciones.
Las dolencias de Montiel y González -y la inopia que hasta ahí enseñaba el rival- invitaron a Vaccari a buscar algo más de imaginación con Tarzia y Toloza, y el remedio le resultó peor que la enfermedad. No mejoró la circulación en ofensiva el Rojo ni aportaron talento los ingresados, y en cambio quedó desasistido Iván Marcone en la recuperación. El partido no levantó su nivel ni medio centímetro, pero por simple superioridad numérica en el medio el conjunto platense ganó algo de presencia y se fue asomando a las cercanías del área local hasta permitir que Rey se sacudiera el tedio atajando un cabezazo de Franco Troyansky y desviando al córner un remate de media distancia de Leandro Mamut.
No volvió a inquietar el visitante. Pudo ampliar la ventaja sobre el cierre el local. Fue 1 a 0 porque el encuentro tampoco merecía mucho más. En el día del homenaje a Hugo Villaverde, el número 2 le dio a Independiente un triunfo necesario para mantener la ilusión de volver a viajar por Sudamérica el año próximo. Lo hizo con más voluntad que fútbol, pero esto hace mucho que dejó de ser noticia en la vereda roja de Avellaneda.