El de los molinos de viento es quizás el tópico literario con más inserción en la cultura popular. Desde la aventura de Don Quijote contra los que él veía como gigantes, es la metáfora clásica sobre la creación de enemigos imaginarios. Es, también, símbolo de la lucha contra el progreso: el anacrónico caballero andante que peleaba contra esas enormes manifestaciones de la modernidad. A casi quinientos años de aquel famoso enfrentamiento literario, los molinos están más vigentes que nunca y prometen generar energía eléctrica sin costos ambientales, aunque ya hay numerosas dudas al respecto: sus enormes estructuras interfieren con el vuelo de las aves, modifican los paisajes en los que se instalan y, como se ve en esta imagen, atraen rayos durante las tormentas eléctricas, lo que podría facilitar los incendios forestales. El tiempo dirá si estas previsiones son reales u otra arremetida quijotesca.