Gerardo Werthein tiene sus primeras actividades: se espera su “purga” con la mira en tres cargos clave de la Cancillería
Todo es incertidumbre entre los diplomáticos del Palacio San Martín. La intriga por el alcance que tendrá...
Todo es incertidumbre entre los diplomáticos del Palacio San Martín. La intriga por el alcance que tendrá la purga en la plana mayor de la Cancillería y las dudas acerca de cómo se aplicará la “motosierra” en el ministerio y en el servicio exterior se multiplican a la espera de que el flamante canciller, Gerardo Werthein, desensille y tome las primeras definiciones.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores y Culto esta mañana recibía al segundo ministro de Relaciones Exteriores y de Educación de Singapur, Mohamed Maliki Osman, en sus primeras horas al frente de la Cancillería, tras haber jurado ayer en el Salón Blanco de la Casa Rosada frente a Javier Milei.
Apenas entró en funciones, Werthein pidió que todos los secretarios y subsecretarios de su cartera pusieran su renuncia a disposición. Ahora tiene que armar sus equipos y definir a qué funcionarios conserva y a cuáles aparta. Es posible que altos mandos de la Cancillería -que supieron administrar asuntos sensibles con Diana Mondino- terminen relegados a lugares de escasísima exposición, o incluso deban atravesar esta nueva etapa en sus casas, como ocurrió con el exvicecanciller Leopoldo Sahores, que renunció días antes de que se desatara la crisis en el Palacio San Martín.
La principal duda por estas horas es si seguirá en su puesto el secretario de Relaciones Exteriores y virtual vicecanciller actual, Eduardo Bustamante, que asumió hace solo dos semanas. El número dos del Palacio San Martín hoy compartía una actividad con el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, y todavía no había novedades sobre su continuidad en el cargo.
Bustamante, que hasta su ascenso era cónsul general de la Argentina en Montevideo, es un recién llegado por lo que muchos le auguran una continuidad. Dependerá de la confianza que cultive con Werthein y también de lo que ocurra con la “auditoría” que anunció la Casa Rosada sobre cómo se decidió el voto de la Argentina que condenó el bloqueo comercial de los Estados Unidos a Cuba, el hecho que detonó la eyección de Mondino.
“Queremos investigar esa votación en particular. Ver los cables reservados y las comunicaciones internas entre áreas para detectar quién recomendó que la Argentina actuara de esa manera”, dijeron a LA NACION muy cerca del Presidente. El expediente por el voto en la ONU requirió la intervención de la Dirección de Organismos Internacionales (que hoy conduce Alejandro Torres Lépori). Esa dependencia cuelga de la Subsecretaría de Política Exterior, que comanda Marcia Levaggi, quien, a su vez, depende de Bustamante.
La presunción por estas horas en la Cancillería es que los subsecretarios que están en la órbita de Bustamante sí se irían. Es decir, Levaggi y el subsecretario de Asuntos Americanos, Marcelo Vergara. Ambos eran funcionarios de extrema confianza de Sahores.
Otras áreas claveHoy el vocero presidencial Manuel Adorni, apuntó: “El canciller le pidió la renuncia a todo su gabinete, no porque efectivamente se la vaya a aceptar sino para tener la libertad de elegir con quién trabajar”. Consultado sobre los recortes en el Palacio San Martín y en el servicio exterior, apuntó: “La reducción es el leitmotiv del Gobierno. No hubo un pedido de un recorte porcentual, va a ser una decisión de Werthein de acuerdo a lo que él evalúe. Pero parte de su trabajo será reducir todo lo que se pueda reducir”.
El otro cargo que está muy en duda es el del secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Héctor Marcelo Cima. Es un puesto relevante ya que tiene injerencia en las negociaciones económicas y comerciales bilaterales y multilaterales; en el Mercosur y en potenciales acuerdos con otros bloques, como el que está pendiente con la Unión Europea.
Cima siempre acompañó a Mondino en sus misiones más importantes. Quienes vieron su devenir, apuntan que tiene el boleto picado porque no tiene una muy buena relación ni con Werthein ni con Karina Milei, la funcionaria que tiene un ojo puesto en la política exterior. Del secretario de Relaciones Económicas Internacionales dependen el subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales e Integración, Gabriel Martínez, y el subsecretarío de Promoción de las Exportaciones y las Inversiones, Ramiro Velloso. Ambos se irían con Cima.
Pese a que, por protocolo, también puso su renuncia a disposición, en el Gobierno todos entienden que el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, es el único que tiene el puesto asegurado. Se trata de un funcionario político, sin carrera diplomática, que desembarcó en el Palacio San Martín por decisión directa de Javier Milei. Tiene, además, buena llegada al resto del “triángulo de hierro”, es decir, a Karina Milei y Santiago Caputo.
De buen vínculo con el Vaticano, su principal activo es que es un ferviente militante de la batalla cultural libertaria. “Vamos a ponerle un poco el freno a las agendas del lobby internacional”, prometió apenas desembarcó. Siempre siguió el libreto contra la Agenda 2030 y contra el Pacto del Futuro, tal como se pidió desde la Casa Rosada.