Franco Colapinto y 2025: qué ofrece Red Bull, qué quiere Williams y qué anhela el piloto
SAN PABLO, Brasil.– En la mañana del jueves, Franco Colapinto quería seguir su camino sin Williams, y por la tarde, en un verdadero volantazo, volvía a su idea de quedarse sin correr en Fórmu...
SAN PABLO, Brasil.– En la mañana del jueves, Franco Colapinto quería seguir su camino sin Williams, y por la tarde, en un verdadero volantazo, volvía a su idea de quedarse sin correr en Fórmula 1 en 2025 si no aparecía una oferta del gusto de su escudería. Minutos después de su conferencia con Mercado Libre, uno de sus patrocinadores, sucedía algo que no por esperado era realmente sorprendente.
Eran cerca de las 18 del jueves en el paddock de Interlagos. Estaba nublado, amenazaba lluvia, la que se da por segura para el entrenamiento y la prueba de calificación para la carrera sprint. De repente, desde el otro lado de los garajes y superando cualquier sordina de los muros llegó potente: “¡Campeón, campeón, olé, olé, olé, Colapinto no se ve!”. Era imposible ignorarlo. Fran se levantó de su silla para dirigirse hacia los boxes. Darío Coronel, el enviado de Infobae, apenas hizo a tiempo de entregarle un regalo que Franco se puso gustoso: la camiseta de la selección argentina con el número 43 en la espalda.
Una verdadera cohorte de periodistas lo siguió apresuradamente y atravesó, como una tromba, el sacrosanto ámbito donde los coches del equipo Williams estaban esperando rugir unas horas después. Y cuando Franco apareció, los cánticos aumentaron. Había no menos de 2000 personas a lo largo de unos 80 metros que querían gritarle su admiración al nuevo ídolo. La marea le ofreció banderas, gorras de Williams y de Ferrari y de Red Bull que Franco, paciente, sonriente, firmó con mucho placer.
Lo hizo durante 10 minutos, a veces sacudido por esa marea humana. Muchos trastabillaron y Franco quería seguir. Pero la batucada celeste y blanca avanzaba, avanzaba, y al final el piloto tuvo que retirarse. Así es Franco, espontáneo y muy rápido de reacciones mentales, aunque a veces su espontaneidad –o no tanta– lo ponga en apuros.
Franco se sentó para la conferencia de prensa del jueves por la mañana junto a Lewis Hamilton y Lance Stroll, conociendo todos los rumores que lo sitúan en Red Bull en 2025 si se confirma la salida de Sergio Pérez y mediante una transferencia de dinero del equipo campeón a Williams, que estaría en torno a 20 millones de dólares. Tan alta es su cotización como una acción que sube en incontrolada espiral cada día que pasa.
Williams estaría dispuesta a “prestarlo” para recuperarlo después de una o dos temporadas sin ceder los derechos comerciales. Red Bull ya repitió hasta el cansancio que en préstamo no, que no quiere entrenar y mejorar a un piloto para que después vuelva al equipo original y sea rival de ella. Y Williams, por menos de 20 millones o quizás más, podría ceder los derechos aunque a regañadientes, porque no tendrá fácil reemplazarlo si, como se espera, Carlos Sainz, que ocupará la butaca que hoy tiene Franco, decide irse por tener una oferta de un equipo de mayores aspiraciones en 2026 y 2027.
🗣️ "QUÉ DE LA MANO DE COLAPINTO, TODA LA VUELTA VAMOS A DAR"
🇦🇷 Franco Colapinto hizo ENLOQUECER al público argentino en Interlagos...
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Así que en esa conferencia, espontáneo o pensando en una negociación cuyos detalles no son conocidos, Colapinto dejó una frase: “Si Williams no puede ofrecerme un asiento , lo normal es que me deje ir a otro lado y conseguir una mejor oportunidad para el futuro”.
Vale la pena, de todas maneras, poner sus palabras en contexto. “Si tienes la oportunidad de pilotar para otro equipo, ¿crees que Williams te facilitará las cosas?”, se le preguntó. Podía contestar como hace unas semanas, pero hizo alguna salvedad: “Quizás no soy yo aquél al que deban preguntarle esas cosas. Por supuesto que desconozco la respuesta. Si Williams no puede ofrecerme un asiento , lo normal es que me deje ir a otro lado y conseguir una mejor oportunidad para el futuro”.
Tenía una respuesta. Pero eso valió hasta la tarde. En la presentación que hizo Mercado Libre en el hospitality de Williams para describir sus esfuerzos comerciales y el respaldo al piloto bonaerense, Franco retornaba a su versión más cómoda, más políticamente correcta, que ya se conocía cuando no había ese interés tan comentado de Red Bull (y difundido por diversos medios cercanos al equipo). Ante una pregunta para LA NACION sobre si soñaba su futuro y veía un cambio de colores, contestaba, rápido como un rayo: “No cambio de colores. Yo quiero seguir con el amarillo de Mercado Libre”, generó risas. Y completó: “Después veremos en qué auto se da. Si no es en el ‘25 será en el ‘26, pero mi objetivo es seguir en el futuro en la Fórmula 1. Obviamente, es aquello para lo que estamos luchando, tanto mi equipo como todos los que están siguiendo muy de cerca”.
Lo de la mañana podía ser interpretado como una grieta entre Franco y Williams; lo de la tarde, como un regreso al redil. Por un lado, el piloto quiere correr. Después de ganarse el sitio en la grilla, quedar un año en reserva no le gusta para nada, pero cualquier cosa puede pasar. Está bajo contrato y pretende afianzar ese contrato en la Fórmula 1 sin menoscabar en principio los intereses de Williams. Franco ha sido como un estudiante estadounidense que saca un crédito para pagarse los estudios en Harvard y que una vez recibido debe empezar a devolverlo.
Sin embargo, la caminata de sábado pasado por el paddock junto a Carlos Slim colocó a Franco en la cresta de una ola que sube y sube. Slim, el CEO del holding que controla la empresa de telecomunicaciones Claro, dijo expresamente que quería hacer “algo” con él. Con Pérez supuestamente fuera de Red Bull, y con Colapinto llegando junto a un fuerte respaldo de Claro, más sus patrocinadores de origen argentino Mercado Libre y Globant, y la multinacional Uber, ¿cuánto vale ahora Colapinto para Red Bull o cualquier otro equipo?
Williams puede cederlo definitivamente (por 20 millones de dólares o lo que se pacte) o retenerlo contra viento y marea y esperar que su hasta ahora muy beneficiosa apuesta le dé aun mejores frutos a partir de 2026 o 2027. Colapinto era por la mañana tan espontáneo como suele serlo. Hubo otro por la tarde, contemplativo. En las oficinas y hospitalities de la Fórmula 1 se está jugando el póquer.
Mientras, siempre dispuesto a compartir sus alegrías, Franco se sumergió en la marea de hinchas que estuvieron este jueves en Interlagos. Este viernes, la marea ya será un maremoto. Habrá que verlo en el único entrenamiento, de 60 minutos a las 11.30, y en la prueba de clasificación para la carrera sprint del sábado, desde las 15.30.