A sus 90 años, Eleanor Mann, una mujer de Missouri, decidió celebrar su cumpleaños de una forma poco convencional: lanzándose desde un avión a 3.000 metros de altura. Para Eleanor, este salto significó mucho más que una actividad extrema ya que fue un sueño cumplido y una promesa que se hizo a sí misma hace 20 años.

Cuando llegó a los 70 años, Eleanor realizó su primer salto en paracaídas y, desde entonces, se propuso repetir la hazaña si llegaba a los 90. Tras culminar con la proeza y descender, comentó emocionada que fue casi como tocar el cielo. Acompañada de su familia, quien la esperaba en tierra firme, la anciana se lanzó sin temor y disfrutó cada segundo de la experiencia.

El evento fue presenciado por tres generaciones de la familia de Eleanor, quienes viajaron para acompañarla en su día especial. Con hijos, nietos y bisnietos a su alrededor, ella expresó su gratitud por el apoyo y amor de sus seres queridos. Consideró como una bendición el hecho de que se tomen el tiempo de estar con ella en un momento tan especial”, según KODE. Eleanor dijo que “era algo interesante de hacer y me encantó flotar en el aire: fue simplemente maravilloso”

Pese a lo que significó la historia y al fuerte llamado de atención, Eleanor no es la persona de mayor edad en realizar paracaidismo en el Ozarks Skydive Center. Tal como señaló Bryan Wolford, propietario del centro, tuvieron clientes mayores, incluido un hombre de 96 años. Para ellos, es un honor y un privilegio ser parte de experiencias como la de Eleanor, quien a pesar de su edad busca vivir al máximo y animarse a actividades de riesgo.

De acuerdo con el Guiness World Records, a nivel mundial, el récord de paracaidismo en mayor edad lo tiene Alfred “Al” Blaschke, un hombre que, a sus 106 años y 327 días, saltó desde un avión en 2020. Anteriormente, cuando cumplió 100, ya había roto la estadística. En ese entonces, lo hizo desde un avión para celebrar la graduación universitaria de sus nietos gemelos. Y planea volver a hacerlo siempre y cuando se sienta en condiciones óptimas de salud.

Este acto de valentía sirve como recordatorio de que la edad es solo un número cuando se trata de cumplir sueños y la protagonista de la historia, Eleanor Mann, bien lo sabe.