Federico Aurelio: “Uno de los temas en los que la gente está más en desacuerdo con el Gobierno es el de las universidades públicas”
“Para que Milei llegue fuerte a 2025, tiene que bajar la inflación pero también que ...
“Para que Milei llegue fuerte a 2025, tiene que bajar la inflación pero también que la recesión no dure mucho tiempo”, analiza. “Milei sabe que siete de cada diez argentinos dicen que están peor o igual de mal que hace tres meses”, señala. “El apoyo a Milei hoy es mucho más conceptual: se concentra en la idea de que representa una vocación de cambio. Es bastante distinto de la valoración que puede recibir cada una de las decisiones del Gobierno, que en muchos casos la mayoría no apoya”, compara. “No hay ningún dirigente de la oposición que haya capitalizado estos tres meses de Milei con deterioro de la situación económica”, dice. “Entre aquellos votantes que tengan dudas sobre si quieren acompañar o no al Gobierno en 2025, su posición en relación a medidas del gobierno, como el tema universidades, va a influir en su voto como segundo o tercer factor”, sostiene. “En este año, donde no hay elecciones, el dilema de la gente es si el Gobierno va o no por el buen camino. La gente no está enfrentando el dilema de si es Milei o es otro dirigente”, asegura.
¿Qué implica el apoyo mayoritario en favor del presidente Javier Milei y su gobierno que se sostiene en medio de un ajuste contundente, tal como muestran algunas encuestas? El consultor Federico Aurelio estuvo en La Repregunta e hizo su análisis. Aurelio es el director de la consultora Aresco-Julio Aurelio, especializada desde hace décadas en investigación política y social en la Argentina.
Aquí, la entrevista completa.
La sorpresa Milei. ¿Por qué se sostiene su popularidad en medio del ajuste y la recesión?-A algo más de tres meses de asumir, hay una un balance positivo para Javier Milei, en términos del apoyo popular, con un 56 por ciento de imagen positiva personal y un 53,8 de apoyo a su gestión, según un estudio de marzo de su consultora. Está en niveles similares al apoyo expresado en el balotaje. ¿Cuán sostenible es esa imagen con los shocks que el gobierno va a seguir implementando? Comparativamente con otras gestiones, la de Mauricio Macri o la de Alberto Fernández, ¿cuánto duró ese envión de apoyo popular con el que cuentan al principio los presidentes?
-No hay un tiempo específico de lo que se denomina “la luna de miel” de los inicios de gestión. Habitualmente, uno observa con mucha profundidad los primeros seis meses, pero por ejemplo, en el caso de Fernández, rápidamente entró la cuestión de la pandemia del mes de marzo. Fue una conmoción para la opinión pública y un hecho sociológico absolutamente novedoso que no es comparable con otros inicios de gestión. Lo que sucede siempre es una mejora en la valoración de la gestión de gobierno en el inicio y dependiendo de los hechos. En el caso de Macri, durante 2016, recién en el segundo semestre, empezó a tener algún deterioro. Había tenido un buen sostenimiento durante todo el primer semestre.
-¿A cuánto llegó la imagen positiva alta de Macri en ese período?
-No lo recuerdo con certeza, pero era también de más de 50 puntos. Cayó algo en el segundo semestre y después lo recuperó en 2017, previo a la elección legislativa que ganó el oficialismo en aquel momento. En el caso de Milei, también se sostiene este acompañamiento, principalmente por parte del votante de la segunda vuelta, es decir, el 55 por ciento. Porque algunos dicen que el núcleo duro de Milei es el 30 por ciento que lo votó en la primaria o que lo votó en la primera vuelta. No es que tiene un núcleo duro equivalente al voto de la segunda vuelta, pero el apoyo con el que hoy cuenta no es sólo el que lo votó en la primera vuelta sino también los que votaron a (Patricia) Bullrich en la primera vuelta y a Milei en la segunda. Lo que tiene de peculiar ese acompañamiento es que se da en el marco de un ajuste y de una inflación tremenda que la Argentina ha transitado en estos tres meses: eso sí es novedoso. Es decir, no hemos transitado un ajuste tan grande como el que transitó la Argentina en estos tres meses que, encima de todo, no haya generado un deterioro de la valoración por parte de los que lo votaron.
-La luna de miel de Macri transcurrió con ese gradualismo que cuidaba el apoyo popular. En cambio, esta luna de miel de Milei viene con una política de shock y de ajuste muy brutal que no parece estar particularmente preocupada o teniendo en cuenta a la opinión pública en sentido clásico. Sin embargo, la opinión pública, al menos ese 56 por ciento, lo acompaña.
-No sé si Milei está teniendo en cuenta o no a la opinión pública pero seguramente sabe que siete de cada diez argentinos dicen que están peor o igual de mal que hace tres meses, es decir, la situación económica presente no es mejor sino que es peor que la de hace tres meses. Pero ese votante sostiene el acompañamiento. Confía en las medidas que se tomen. Por más que sean muy duras y por más que sea un ajuste que todos prefieren que hubiera sido algo más gradual, dicen bueno, si hay que pasar este momento, pasémoslo a la espera de que se encuentre la solución a los problemas que llevan años. Mantienen la expectativa de que la situación mejore.
El legado kirchnerista y la casta. ¿Los mejores aliados de la popularidad de Milei?-Es interesante porque Milei toma decisiones que la gente considera que, de alguna manera, empeoran su situación económica y sin embargo, sobrevive esa paciencia social. ¿Eso sucede porque el recuerdo del legado kirchnerista y los efectos colaterales tan estructurales y profundos siguen siendo un socio político clave para Milei?
-Hay dos cuestiones políticas que sostienen el acompañamiento al gobierno. Una es, justamente, esto: que la principal responsabilidad de la situación económica actual se le asigna a los gobiernos anteriores y no a Milei. A pesar de todas las decisiones que ha tomado el gobierno actual, a pesar del pico de inflación en diciembre, de todas las decisiones de ajuste y de cerrar organismos…
El apoyo a Milei hoy es mucho más conceptual: se concentra en la idea de que representa una vocación de cambio. Es bastante distinto de la valoración que puede recibir cada una de las decisiones del gobierno, que en muchos casos la mayoría no apoya
-O del impacto en las jubilaciones.
-Exacto. A pesar de todo eso, cuando le preguntamos a la gente quién es el principal responsable de la situación económica actual, a tres meses del inicio de la gestión, solamente el 35 por ciento le asigna la responsabilidad al gobierno actual y el 55 por ciento le asigna la responsabilidad a los gobiernos anteriores. Éste es uno de los factores del sustento de Milei. Además de la expectativa de una situación económica mejor, el otro factor de sustento, que se vio durante la campaña electoral y se sigue viendo hoy, es la búsqueda de un cambio de dirigencia, de la famosa casta, tal como denomina Milei a la dirigencia que gestionó el país en los últimos años. Eso caló hondo en la gente, que también coincidió en asignarle la responsabilidad de la crisis. Consideran que, como Milei no fue responsable de eso, tienen que darle esa cuota de confianza en la búsqueda de un futuro mejor. Lo fundamental es que la gente observe que esa dirigencia que gestionó el país no tenga los mismos beneficios ni el mismo poder que, según ellos consideran, fue responsable de la crisis argentina. Eso también es una espada de Damocles para Milei. Hubo muchos de sus votantes que creyeron que se ajustaba a la casta y que mágicamente se solucionaba los problemas del país. ¿De qué se están dando cuenta los argentinos ahora? Que finalmente se está ajustando a todo el mundo, a la casta y a la no casta.
-Y especialmente, la licuación a los jubilados o a los salarios.
-Claro. Inclusive, algunos dicen que se está ajustando más a la gente que a la casta. Por eso en el discurso ante la Asamblea Legislativa, no es menor que el presidente Milei le dedicó tanto tiempo a las medidas contra la casta. Por más que muchas sean simbólicas, que no representen demasiado en términos económicos, Milei sabe que la actuación que tenga el gobierno actual en relación a la dirigencia tradicional es importante en el imaginario colectivo de la gente y en su apoyo.
-Las encuestas han fallado, sobre todo las que intentan anticipar los resultados electorales. No han sido incapaces de pronosticar estas disrupciones en los resultados, por ejemplo el avance tan significativo de Milei en la elección de 2021. Y el año pasado, muy claramente. ¿Cuánto de estos números que hablan de un apoyo popular a la gestión del orden del 53 por ciento y una imagen positiva del 56 por ciento responden efectivamente al sentir de la gente en la calle? También hay algo de desconfianza sobre esos números. El hecho de que la oposición más dura no logre movilizar a la calle y que no haya una movilización espontánea y considerable de clases medias o de sectores populares metiéndole presión al gobierno, ¿habla de que esos resultados están reflejando la realidad?
-Sí. Estoy absolutamente convencido de que los datos que nosotros estamos trabajando corresponden al humor social actual, con el dinamismo que puede tener con los sucesos que vayan pasando de ahora en más, por supuesto. Pero si nos concentramos en 2023, no considero que las encuestas no hayan detectado los fenómenos políticos y electorales. Además de nuestra encuesta que trabajó muy bien en los tres procesos electorales, vi otras consultoras que también detectaron bien los procesos electorales.
-El resultado de las PASO fue el más sorprendente, el momento de mayor desconcierto.
-Lo que sucedió en las PASO fue que Milei tuvo un crecimiento en los últimos días. Aquellas consultoras que no tienen la suerte de poder investigar durante la última semana, se quedaron afuera de detectar ese crecimiento. Pero en nuestro caso y algún otro que trabajó la investigación hasta el último día, observamos con claridad ese crecimiento final de Milei, que fue de cinco o seis puntos, suficientes para ponerlo en primer lugar no solamente como candidato sino como espacio político.
¿Quién apoya a Milei hoy? ¿Se mantiene el voto peronista o creció el voto del mercado?-¿Cómo se distribuye el apoyo actual a Milei por niveles socioeconómicos? Sabemos que a nivel nacional, Milei ganó en distritos tradicionalmente peronistas o kirchneristas, y cada territorio tuvo sus resultados particulares, por ejemplo la provincia de Buenos Aires. En este apoyo del 56 por ciento que se sostiene, ¿cambió la composición en cuanto al nivel socioeconómico? ¿Hoy ese apoyo está más fundado en aquellos que se benefician con las medidas del gobierno que generan ganancias positivas en el mercado o el voto popular, tradicionalmente peronista, sigue estando de lado de Milei?
-Es una buena pregunta porque es cierto, el apoyo tiene diferencias en los distintos segmentos. Sin embargo, partiendo de la base de este 55 o 56 por ciento, para llegar a ese valor indudablemente no puede haber ningún segmento mayoritario con una valoración negativa. Sí hay segmentos donde el apoyo está equilibrado y segmentos donde tiene una valoración positiva. ¿Qué segmentos están mejor? Por edades, sin duda, siempre fue y lo sigue siendo el segmento de los más jóvenes, los menores de 35 años: ahí está principalmente el sustento de su acompañamiento. En el resto está más equilibrado. Si tenemos en cuenta el área geográfica, en Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires está más equilibrado, sin saldo negativo, y con saldo favorable en el interior.
-¿Y en el conurbano bonaerense?
-En el conurbano, está con un leve saldo negativo.
-¿De cuanto?
-De cerca de menos siete puntos.
-Comparado con el balotaje, ¿es un llamado de atención?
-No. Está en línea con la realidad política del conurbano. Porque en el conurbano está el otro factor, que en los niveles socioeconómicos más bajos la imagen de Milei también está equilibrada y tiene saldo favorable en los medios y altos. Entonces, en el conurbano, habitualmente un bastión del peronismo, donde hay un porcentaje de nivel socioeconómico bajo relevante, estos segmentos tienen una visión más crítica de la gestión. De todas formas, el hecho de que en los segmentos negativos Milei tenga un valor equilibrado no deja de ser una fortaleza, por lo menos hasta ahora. Habrá que ver cómo evoluciona.
-Una fortaleza sobre todo en medio de este ajuste. Es decir, hay una decisión de Milei de pagar el costo político del ajuste y del shock, pero ese costo político no parece estar llegándole. Sí paga un costo en el Congreso, porque le cuesta negociar, pero en el apoyo de la ciudadanía y en la imagen la ciudadanía, se sostiene.
-Sí, es como si hubiera dos realidades. Cuando se desaprobó el DNU, fue una derrota legislativa del gobierno nacional pero, al mismo tiempo, un factor de afianzamiento del gobierno en la opinión pública porque la gente vio una señal de que había alguien con vocación de cambio y, del otro lado, un conjunto de dirigentes que estaban intentando evitar ese cambio. Los medios, la dirigencia y la gente más conocedora consideran que la sociedad va evaluando medida por medida para decidir o no su acompañamiento. En realidad, el acompañamiento es mucho más conceptual: se concentra en la idea de que este hombre representa una vocación de cambio, de que la mayoría de los argentinos quiso cambiar porque la situación era mala. Era evidente que iba a predominar la vocación de cambio respecto de la continuidad. Ése es el factor que hoy sostiene a Milei. Es bastante distinto el nivel de acompañamiento que tiene el gobierno a partir de esa valoración conceptual como representante del cambio de la valoración que pueden recibir cada una de las decisiones que quiere tomar el gobierno. Por ejemplo, no es que hoy, mayoritariamente, la gente está de acuerdo con la dolarización: todo lo contrario, hay más gente en desacuerdo que de acuerdo con la dolarización. Ya durante toda la etapa de la campaña, fuimos midiendo el tema dolarización y en estos primeros meses de gestión no se han modificado: alrededor del 38 o 40 por ciento está a favor y más de la mitad está en contra. Tampoco significa que haya un pleno conocimiento del tema en el que responde de una manera o la otra, pero sí que a priori piensa que no es la herramienta que puede mejorar la situación económica. Eso sucede con muchas de las propuestas del gobierno. ¿Cómo es que se sostiene un acompañamiento general positivo si cada una o muchas de las decisiones particulares que Milei quiere tomar tienen más desacuerdo que acuerdo?
Entre aquellos votantes que tengan dudas sobre si quieren acompañar o no al gobierno en 2025, su posición en relación a medidas del gobierno, como el tema universidades, va a influir en su voto como segundo o tercer factor
-Más de la mitad de la gente quiere gradualismo y no shock, no quiere la dolarización.. ¿Qué otras medidas resiste la gente?
-Hay dudas sobre la privatización de algunas empresas, por ejemplo, de YPF, donde hay más desacuerdo que acuerdo. Hay dudas sobre la reforma laboral.
-Entonces, retomando la pregunta que usted plantea, ¿por qué lo apoyan en general si dudan específicamente de las medidas?
-Porque muchos no basan su apoyo en una decisión puntual. Muchos desconocen cuáles son las decisiones puntuales que quiere hacer el gobierno. Y entre quienes las conocen, sigue prevaleciendo la cuestión conceptual: que Milei sigue siendo un representante del cambio, alguien distinto de los responsables de los problemas de los argentinos.
La falta de alternativa política: ¿otro socio de Milei en el apoyo popular?-Hay otro factor que se puede plantear ante esta gran pregunta de cómo es que en medio de este shock y de este ajuste, de esta caída del salario real y del impacto en las jubilaciones, Milei sigue teniendo tanto apoyo popular. ¿Será porque no hay nada del otro lado? La percepción social es que no hay nadie capaz de reemplazarlo y plantear otra visión de país que conduzca a la Argentina hacia el cambio por un camino más razonable de gradualismo?
-En este proceso de este año, donde no hay elecciones, la gente tiene el dilema de si el gobierno va o no por el buen camino. La gente no está enfrentando el dilema de si es Milei o es otro dirigente. De hecho, no hay ningún dirigente de la oposición que haya mejorado ni que haya capitalizado estos meses por más que se haya deteriorado la situación económica de los hogares.
-¿Hubo algún dirigente que cayó más que otro?
-No significativamente. Al no no ser parte del dilema, es como si estuvieran en el freezer. Hay algunos que, inclusive, bajan su nivel de conocimiento por su poca participación en el día a día. Por supuesto que a partir de la valoración que haga la gente de la gestión, el año que viene, cuando hay elecciones, ahí sí, indefectiblemente, la gente va a buscar una herramienta para acompañar al gobierno, que son los candidatos del oficialismo, o para castigar al gobierno con algún dirigente de la oposición. Pero hoy no lo veo. Hoy el dilema de la gente, insisto, es si está bien el camino de Milei o no lo está. A partir de ahí, surge otro tema: ¿esto cuánto tiempo puede sostenerse así?
-¿Cuándo va a aparecer una opción?
-No tanto el dilema de la opción. Sí el dilema de cuánto tiempo puede sostener el acompañamiento la gente que no está mejor económicamente.
-Es decir, cuánto dura la paciencia social.
-Eso es imposible de cuantificar por medio de una encuesta. Sí observamos que hay un dilema temporal entre el tiempo que la gente cree que se van a empezar a ver resultados, más de un año, según la gran mayoría, y el tiempo que la gente cree que puede esperar: el 80 por ciento dice que puede esperar menos de un año. Según cómo se resuelve ese dilema, se va a resolver o no la continuidad del humor social favorable al gobierno. En ese sentido, una de las variables más relevantes, la principal problemática de los argentinos en todas las investigaciones de los últimos años y se da también hoy, es la inflación. Hay una expectativa muy favorable para el gobierno: la mitad de los argentinos dice que va a mejorar en el primer año de gobierno. Si no mejora, va a haber un incumplimiento de la expectativa y puede generarse un deterioro del acompañamiento. Si hay una caída de la inflación en el primer año de la gestión de gobierno, va a haber un cumplimiento de la expectativa y por lo tanto, de una consolidación del apoyo, sobre todo de los que hoy lo acompañan. Va a ser más difícil que los que no lo acompañan, por más que muestre una variable favorable, decidan empezar a apoyarlo.
Milei y las elecciones 2025. ¿La mejora de la inflación puede jugarle en contra?-En la Argentina, cien días representan el 6 por ciento de cuatro años de una gestión presidencial. El gobierno ya está hablando de 2025 y de sus planes en caso de obtener un apoyo sustantivo en la elección de medio término, en las Legislativas, que es el gran desafío de Milei: consolidar el poder en el Congreso. Si se cumpliera el objetivo de una baja de inflación sostenida, que es la expectativa que tiene el 80 por ciento de los argentinos para el primer año, ¿le juega a favor o en contra a Milei? Me refiero a esto: si ese objetivo antiinflación, que es central en el voto a Milei, ya se cumplió y si los márgenes de libertad del votante en una elección legislativa son mayores porque se vota a representantes que no manejan decisiones tan puntuales, ¿puede jugarle en contra un resultado positivo de la inflación, contrario a lo que el gobierno prevé?
-No, las estadísticas marcan que si la inflación baja de acá a la elección del 2025, eso va a ser un factor de fortalecimiento. Habrá que estar atento a la recesión que está prevista por el mismo gobierno para, por lo menos, marzo, abril y mayo, y habrá que ver si se sostiene más en el tiempo: ¿cuánto puede influir la recesión en el deterioro del humor comparado con cuánto influye el buen humor por la baja de la inflación?
-Claro, bajó la inflación pero igual no me alcanza para comprar nada.
-Asumiendo que baja la inflación y que después de una recesión importante como la que se espera hasta mediados de este año, a partir del segundo semestre empieza a verse una recuperación también de la actividad económica, además de la mejora de la inflación: en ese contexto, Milei se va a fortalecer sin dudas porque es, lejos, la principal problemática de los argentinos, y no de ahora sino desde hace mucho tiempo. En muy poco tiempo, Milei habría dado respuesta a eso. Pero se tienen que cumplir las dos cuestiones: la mejora de la inflación y que no se sostenga la recesión durante tiempo.
-¿Pero no puede pasar otra cosa? Porque el gran problema de 2023 fue que Milei tuvo resultados buenísimos a nivel nacional, por eso se convierte en presidente, pero no tuvo caras visibles que representaran su proyecto en las provincias. ¿Puede pasar eso mismo el año que viene, en las legislativas? Milei mueve voluntades pero llegado el momento de votar diputados o senadores que no son Milei sino personas más o menos anónimas de un proyecto partidario que todavía no está consolidado territorialmente, la gente puede no encontrar a quién votar.
-No porque en las elecciones legislativas, las de medio término, lo que se decide es acompañar o no al gobierno nacional. No importa tanto el candidato. Es distinto que el año pasado, una elección ejecutiva, donde habían candidatos a intendente y a gobernador: en esos casos, la gente piensa en quién es el mejor candidato para sus problemas municipales y quién es el mejor candidato para los problemas provinciales. Cuando se vota legislador en la elección de medio término, el voto es: quiero acompañar al gobierno nacional o no.
-La gente, de alguna manera, presidencializa la elección legislativa.
-Sí, eso influye mucho más que lo que pueda intentar un gobernador o un intendente poniendo candidatos propios en las listas. La gente va a votar pensando en el gobierno nacional.
-La elección legislativa se vuelve una especie de referéndum en torno al apoyo o condena de la gestión del gobierno central.
-Pensemos las últimas legislativas: en 2017, la decisión de la gente fue acompañar más que no acompañar al gobierno de Macri. Y en 2021, hubo más gente con vocación de castigar al gobierno de Alberto Fernández que de apoyarlo. Se concentraron en eso más que en los candidatos. Después, puede haber algún distrito donde haya un candidato muy relevante, como lo fue Cristina Kirchner en la Provincia de Buenos Aires.
-Pero perdió con Esteban Bullrich.
-Había ganado por pocas décimas en la Primaria, y después perdió como Bullrich en la general. En aquel momento, porque entre otras cosas el peronismo iba dividido con Randazzo, que obtuvo cinco puntos por fuera del peronismo.
El juego de la política tradicional. ¿El peronismo unido puede resultar un problema?-Ese factor del peronismo unido, ¿puede volver a tallar? Está claro que a Massa no le funcionó porque había una gestión económica y un legado económico muy críticos. ¿Puede revertirse ese efecto y el peronismo unido puede recuperar efectividad electoral o todo depende del resultado económico de Milei? Si es bueno, no hay con qué darle a ese resultado económico. Pero si es malo, ¿pueden empezar a tallar otra vez las otras variables tradicionales de la política argentina, como la del peronismo unido?
-Para el peronismo, la unidad es una condición necesaria pero no suficiente. Si no está unido, va a tener graves problemas a pesar de que la gente quiera castigar a Milei. Y si está unido, igual no es suficiente porque si la situación económica del país mejora, los candidatos de Milei van a estar bien posicionados. El peronismo necesita las dos condiciones para tener una buena elección competitiva. Igual el peronismo viene de hacer una buena elección en 2023. Tiene candidatos con buen nivel de conocimiento. Es probable que sea un espacio político protagonista de la elección legislativa del año que viene.
Para que Milei llegue fuerte a 2025, tiene que bajar la inflación pero también que la recesión no dure mucho tiempo
-La oposición dura del kirchnerismo en el Congreso junto con, por ejemplo, algunos radicales como Martín Lousteau y otras fuerzas políticas, como algunos diputados de la coalición que lidera Pichetto, no convalidaron la Ley Ómnibus y el DNU. Esa oposición que se separa del voto mayoritario de la gente, ¿parte de un análisis que le puede jugar en contra el año que viene en el sentido de que se están distanciando de aquello a lo que la gente le está dando una oportunidad?
-Desde la óptica electoral, no es fácil el posicionamiento de esos dirigentes. Vas a tener un sector de la sociedad que va a querer apoyar al gobierno nacional. Además, un votante del peronismo. Y después está la parte del medio, cuyo voto va a depender de cuál sea el apoyo que tenga Milei en 2025. Pero presumiendo que tiene como piso la elección que hizo en la primaria y primera vuelta de 2023 y como techo, el balotaje, no deja demasiado electorado pendiente de elegir un candidato. No va a ser fácil, sobre todo porque hay dirigentes de Cambiemos más críticos con el gobierno que los votantes de Cambiemos. Habrá que ver también qué pasa con el peronismo: si el peronismo no está unido y hay un peronismo solamente kirchnerista y el peronismo no kirchnerista en alianza con el Cambiemos disidente, en ese caso esa oposición podría tener una fortaleza mayor. Pero presuponiendo un peronismo unido y un gobierno que sostenga al menos un acompañamiento equilibrado, no hay mucho más en el medio.
Milei, entre la batalla macroeconómica y la batalla cultural generalizada. ¿Cómo impacta en el apoyo popular?-En diciembre, al asumir, el gobierno tuvo la opción de ir por la batalla cultural macroeconómica, el objetivo por el que lo votó la mayoría, y dejar a un costado la batalla cultural general por otro tipo de valores y objetivos. Sin embargo, Milei va por todo: está en contra del lenguaje inclusivo, condena la legalización del aborto, cuestiona seriamente a la universidad pública. Una serie de vacas sagradas del debate argentino son muy duramente atacadas por el gobierno. Ese elemento de batalla cultural generalizada, ¿puede horadar la imagen del gobierno en ese porcentaje de veintipico por ciento que no lo acompañó sostenidamente de la Paso a la primera vuelta de la primera vuelta, que recién se sumó para el balotaje?
-Sí, puede. Uno de los temas sobre los que la gente está más en desacuerdo con el gobierno es el de las universidades públicas, donde hay un claro apoyo mayoritario de la gente a que el gobierno financie las universidad públicas: tres de cada cuatro argentinos. No creo que sea el principal factor por el cual la gente decida su voto pero entre aquellos que tengan dudas sobre si quieren acompañar o no al gobierno, su posición en relación a estas medidas del gobierno va a influir como segundo o tercer factor en su voto. Los principales problemas son los que vemos en el día a día, la economía, la inseguridad.
-Pero vuelvo a ese escenario. Si la economía funciona bien, aquel que toma distancia respecto de toda esa nube de valores y de temas que son muy centrales para la definición y la identidad política de los argentinos, ¿puede estar más libre para condenar esa mirada de Milei en otras áreas porque la economía ya funciona cuando llegue a 2025?
-La Argentina transita una crisis económica tan grande que es difícil imaginar que, en 2025, va a tener un bienestar económico que permita pensar en otras cuestiones. Estar bien económicamente en 2025 significa recuperarse algo de la crisis grave. No es estar en un país europeo pensando en la batalla cultural porque la situación económica está resuelta. Está muy lejos en Argentina, en 2025 y en 2027, de entrar en ese debate.
Milei y el apoyo popular. ¿El 55 por ciento es creíble o las encuestas se equivocan otra vez?-Como encuestador, me imagino que estará en diálogo con el equipo de comunicación y de estrategia del gobierno que debe estar interesados en los indicadores que usted maneja. ¿Cuánto usa Milei esa información que genera una consultora como la suya y cómo reacciona a los datos, por ejemplo, a las decisiones puntuales del gobierno que son menos apoyadas por la gente?
-He observado en diversas entrevistas que le hicieron a Milei que le da bastante uso a esta información, que recibe por distintos medios. Le presta mucha atención a estos informes. Conoce todo el trabajo electoral que se hizo en el 2023, entonces a partir de ahí seguramente tiene bastante confianza en nuestros datos. Hace una lectura correcta, es decir, no es que oculta los datos malos. En alguna entrevista, a partir del análisis de datos malos como éste de que siete de cada diez argentinos dicen que están peor económicamente que hace tres meses, Milei destaca el poder generar la expectativa de que, sin embargo, la mitad de los argentinos cree que va a estar mejor en el próximo año. No es que parte de una contradicción con la sensación mayoritaria de la gente y dice todo está bien. Él observa la realidad de que la gente está peor, tiene peor poder adquisitivo hoy que hace tres meses y se entusiasma con que, a pesar de eso y a pesar del ajuste, la mitad cree que va a estar mejor el próximo año.
Milei vs el voto femenino. ¿Cómo evoluciona el apoyo en el voto por género?-¿De qué sector de la población, en términos de edad, de nivel socioeconómico y de género, puede venir el mayor riesgo al apoyo a Milei? ¿Y quién lo puede quitar el apoyo primero?
-Cuando hablábamos de las diferencias en los segmentos, no mencioné en el sexo: hay mucha diferencia. Entre las mujeres está equilibrado y entre los hombres, es donde tiene la valoración positiva la gestión de gobierno. En 2023, también tuvo muchos menos votos entre las mujeres que entre los hombres. Por la características de los problemas, si no se recuperan y hay un deterioro en el humor, se van a deteriorar todos los segmentos, porque estamos hablando de la situación económica de un hogar. Y si entre las mujeres tiene saldo equilibrado, va a pasar a tener saldo negativo y entre los hombres, donde tiene saldo favorables, va a tener un saldo menos favorable o equilibrado. Se van a deteriorar de forma similar en todos los segmentos, pero como hay grandes diferencias entre los distintos segmentos, algunos de los que están hoy equilibrados, los de edades intermedias, las mujeres, la Provincia de Buenos Aires, el nivel socioeconómico bajo, todos esos pueden tener saldo negativo.
-¿El menor apoyo de las mujeres puede deberse a cómo sienten la crisis económica en sus familias o por temas como, por ejemplo, la legalización del aborto.
-Hay muchos factores por los cuales la sensación de las mujeres respecto del posicionamiento de Milei, desde el primer momento que fue candidato y no sólo ahora como presidente, es muy distinta que la de los hombres.