Faustino Oro, el chico argentino que asombra al mundo en partidas a un minuto
Es asombroso ver jugar a Faustino Oro en partidas a un minuto. Es una modalidad de ajedrez vertiginoso que, jugado online, incluye algunos tópicos que son muy distintos, en forma y en espíritu, d...
Es asombroso ver jugar a Faustino Oro en partidas a un minuto. Es una modalidad de ajedrez vertiginoso que, jugado online, incluye algunos tópicos que son muy distintos, en forma y en espíritu, del ajedrez clásico. Por ejemplo, el “premove”, tener la movida hecha con el mouse antes de que el rival haga su jugada; de este modo, una vez que el rival juega, el tiempo en el que se tarda en hacer una movida, es de una décima de segundo.
En tiempos de Botvinnik, el ajedrez rápido era tenido como una abominación, pero lo cierto es que muchos otros campeones fueron grandes apasionados del blitz, como por ejemplo Mijail Tal o Bobby Fischer. Y con la llegada de la modernidad, los maestros actuales, con Magnus Carlsen a la cabeza, son grandes entusiastas del ajedrez rápido, alientan y difunden su práctica, incluyendo el “ultrabullet”, a un minuto por jugador. Bueno, pues Faustino Oro, con sólo diez años, es un artista de esta modalidad; sólo hay que verlo en los videos para darse cuenta.
Juega en un nivel, no de gran maestro, sino de súper gran maestro. Ayer consumó la hazaña de vencer al propio Carlsen en esta disciplina. Ciertamente, es difícil hacer una conclusión de fondo sobre algo que duró sólo dos minutos, y que está sujeto a muchos imponderables. Pero a la vez, en esos dos minutos, se puede condensar la síntesis de un ajedrecista genial de sólo diez años, y que es argentino. Porque para jugar bien con tan poco tiempo disponible es necesario un gran talento para simplificar lo difícil del ajedrez. Eso ya lo hace Faustino de manera excelente. Tiene que progresar en otros aspectos del juego, pero va como un cohete. Este chico es una Ferrari. Está claro que llegará muy lejos, y ser campeón del mundo no es un sueño imposible para él.
Por lo pronto, su proyección es para ser jugador de élite, algo reservado a los quince o veinte mejores del mundo, un nivel en el que es muy difícil sacarse ventajas. Por eso, cuando el campeón no tiene una superioridad clara sobre los demás, cosa que ha ocurrido a veces en la historia del ajedrez, se dice que es un “primus interpares”.
De la actualidad de Faustino se puede decir que hace poco tiempo sus padres decidieron irse a vivir a Barcelona, un lugar óptimo para desarrollarse ajedrecísticamente. Una decisión comprometida en lo familiar, pero adecuada para acompañar a Faustino en la aventura de alcanzar los primeros lugares del ajedrez. Una de las ventajas es la cercanía con los grandes centros del ajedrez mundial. Otra, es el roce social con maestros de élite.
Seguro que también sería de ayuda que se le diera una beca para apoyar su carrera ajedrecística. Necesita tener al menos un entrenador de nivel 2700 de Elo. Cuanto antes se familiarice con ese alto rango, mejor. También deberá viajar por Europa y Asia para competir en torneos. Necesita herramientas digitales de última generación. Todo eso conlleva una importante inversión. Y tal vez más central que todo, no perderse la niñez, por las demandas del mundo adulto. Que la ambición y las exigencias que pueda tener, salgan de él mismo, que sigan un cauce natural, que no supongan un impedimento para la felicidad de ser niño.