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Este PH porteño ganó vida y luminosidad gracias a un sutil juego de colores y a un nuevo techo vidriado

Al igual que muchos socios fundadores de estudios de arquitectura, Lucía Mariotto y Nina Dodds eran compañeras de la facultad. “Cursábamos muchas materias juntas, y la dinámica se extendi...

Al igual que muchos socios fundadores de estudios de arquitectura, Lucía Mariotto y Nina Dodds eran compañeras de la facultad. “Cursábamos muchas materias juntas, y la dinámica se extendió al ejercicio profesional”, cuentan las arquitectas, quienes trabajan a la par desde hace ocho años (desde 2021, en Dodds Estudio). “Nuestra identidad se fue plasmando más fuertemente en los últimos proyectos y tiene que ver con una búsqueda puntual por poner en valor lo existente, hacerlo dialogar con cuotas lúdicas y pensar detalles ‘fuera de la caja’ que resulten específicos para cada obra”.

La intervención que se muestra en esta nota es un ejemplo del diseño ad hoc que caracteriza al Estudio: en este antiguo PH porteño aparece un bloque curvo y compacto, revestido en melamina símil madera, que da respuesta a un núcleo húmedo que no se podía mover, justo en el centro de la nueva planta integrada.

La pieza curva sirve para delimitar las zonas de servicio del espacio central, aportando calidez y carácter. El baño y el lavadero se ocultan en una parte ciega, mientras que la sección más funcional y ligera de la cocina (bacha y anafe) se deja a la vista.

Arqs. Lucía Mariotto y Nina Dodds, fundadoras de Dodds Estudio

Valor patrimonial

En este proyecto, también queda en evidencia su esfuerzo por revalorizar una tipología típica de la ciudad de Buenos Aires, con elementos que hacen a su esencia, como las aberturas de madera, los pisos graníticos, revestimientos de pequeña escala y cubiertas abovedadas.

“Incorporamos colores lúdicamente para evocar la historia del PH: rosa pálido para una columna preexistente; azul para las juntas de las cerámicas que emulan versiones antiguas; y verde en las aberturas de madera y una viga metálica que colocamos tras demoler una pared.”

Se aprovechó una propiedad contigua del mismo dueño para abrir ventanas semitransparentes y conseguir más luz a través de la cocina.

El bloque curvo se despega del techo y enfatiza sus 3,5m de alto. Por las noches, se encienden luces difusas sobre su cubierta.

Luz cenital

“La operación más importante fue reemplazar un antiguo y amarillento techo de fibra de vidrio, cuyo sistema de apertura no funcionaba, por este de aluminio y vidrio esmerilado, que deja pasar luz, pero protege de la vista de los vecinos y de la suciedad acumulada en el exterior”.

“Para que exista contacto más directo con el afuera, colocamos ventanas a una altura que vela por la privacidad”.

Punto por punto: qué se hizoSe demolió una pared que dividía la cocina y el comedor para unificar todo el sector social, y se colocó un solado granítico que recorre dicha área, ayudando a integrar el espacio.La división entre el dormitorio y el escritorio ya existía; se conservaron las paredes, se pintaron las aberturas y se colocó un piso vinílico.Se construyó un núcleo revestido en símil madera que compacta el baño, el lavadero y parte de la cocina, y oculta el servicio “duro”.El cielo raso anterior fue desmontado; ahora, se luce la bovedilla original de ladrillo visto.Se reemplazó el extecho de fibra de vidrio por uno de aluminio y vidrio esmerilado; también se sumaron ventanas completamente transparentes.Se eligió una paleta reducida de colores y materiales, para que la cantidad de información resultara coherente con el tamaño del departamento.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/este-ph-porteno-gano-vida-y-luminosidad-gracias-a-un-sutil-juego-de-colores-y-a-un-nuevo-techo-nid31102024/

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