Luego del atentado contra Donald Trump, el pasado sábado 13 de julio durante un acto de campaña en Butler, Pensilvania, el desempeño del Servicio Secreto de Estados Unidos fue duramente cuestionado. En este contexto, un reciente informe periodístico detalló que esa fuerza de seguridad tienen menos personal que hace diez años.

La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, reconoció en una audiencia en el Congreso un “fracaso operativo significativo” el día del ataque contra Trump. En paralelo, un informe periodístico reveló que el ala de la agencia dedicada a proteger a los presidentes, expresidentes, vicepresidentes, altos funcionarios y sus familias tiene un 10% más de agentes que hace una década.

El análisis de NBC News explica que la cantidad de agentes se redujo de 4027 en 2014 a los 3671 que hay en el año fiscal actual, lo que representa casi 350 trabajadores menos en diez años, a pesar de que el número de personas a proteger aumentó y las amenazas se volvieron más diversas.

Respecto de las causas, un portavoz de la institución, que mantuvo su identidad anónima, expresó: “Por razones de seguridad operativa, el Servicio Secreto de Estados Unidos no habla de los medios y métodos utilizados para nuestras operaciones de protección”. Sin embargo, NBC News especuló con la posibilidad de que la caída se deba a que los agentes de seguridad prefieren el sector privado, que ofrece “trabajos mucho mejor pagados y menos exigentes”.

Estrés psicológico en el Servicio: los agentes no están conformes

En 2020, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) entrevistó a agentes actuales y anteriores del Servicio Secreto para consultarles si creían que la agencia estaba sobrecargada de trabajo. Muchos de ellos contestaron que eran sometidos a un gran estrés psicológico debido a la importancia de su labor y sus responsabilidad. Además, explicaron que pasaban entre 100 y 200 al año días fuera de sus casas brindando servicio.

En tanto, el medio citado también indicó que el propio Servicio Secreto le solicitó a la Academia Nacional de Administración Pública (NAPA, por sus siglas en inglés) que investigara sus problemas de personal. Tras el análisis, se laboró un un informe en 2021 que destacaba que los agentes tenían que hacer demasiadas cosas pero con recursos limitados. “Las amenazas contra el presidente y otros protegidos han crecido en intensidad y escala con la aparición de nuevas tecnologías y el elevado nivel de violencia en el país”, señala el documento.

Sin embargo, los problemas en el Servicio Secreto vienen desde antes. En 2015, el Congreso lanzó un informe en donde calificaron a la agencia como “en crisis”, producto de una serie de fallas. Por ejemplo, un caso de 2011en el que un hombre disparó siete veces contra la residencia particular de Barack Obama.

Para la GAO, otra falla es que el Servicio Secreto tiene un proceso de contratación particularmente lento, ya que la verificación de antecedentes puede llevar años. Además, una vez que los solicitantes son aceptados, primero trabajan en misiones que tienen ninguna vinculación con proteger a un presidente, como la investigación de delitos financieros.