El pasado 22 de agosto, un jardinero en California vivió una experiencia inusual al hacer trabajos de poda cerca de Baldwin Park en Los Ángeles. Mientras estaba ocupado en su tarea habitual, el trabajador se encontró con un hallazgo inesperado: había cuatro granadas F-1 de origen ruso. El descubrimiento, realizado en un área aparentemente tranquila, alteró rápidamente la rutina del vecindario.

El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles (LASD, por sus siglas en inglés) reaccionó de inmediato al incidente. Un equipo especializado en desactivación de explosivos se dirigió hacia la escena para manejar la situación con cautela. Tras una evaluación exhaustiva, se determinó que tres de las cuatro granadas estaban inertes, pero la cuarta contenía un mecanismo explosivo funcional. Los expertos se encargaron de asegurar el artefacto en funcionamiento para evitar cualquier riesgo.

Las autoridades locales informaron sobre el desenlace del incidente a través de su cuenta oficial en la red social X. Según el comunicado, los técnicos en explosivos tácticos desactivaron las cuatro granadas sin incidentes adicionales. Tras la intervención, se reabrió el tránsito en la calle y la zona volvió a la normalidad. Los residentes del vecindario pudieron retomar sus actividades con tranquilidad, confiando en que el área se encontraba segura.

De dónde salieron las granadas estilo ruso encontradas en Los Ángeles

Mientras tanto, la oficina del FBI en Los Ángeles inició una investigación conjunta con el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles y la policía local de Baldwin Park. El objetivo es determinar el origen de las granadas encontradas y cómo llegaron a esa ubicación. La colaboración entre las agencias busca esclarecer los motivos detrás de este hallazgo sorprendente y prevenir posibles riesgos futuros en la zona.

El sargento José Eguia, del Equipo de Explosivos Premeditados del LASD, brindó detalles adicionales sobre el incidente a la cadena KTTV de Fox. Allí comentó que las granadas eran de fabricación antigua, lo que aumentaba su peligrosidad.

“Estas granadas parecían bastante deterioradas y son un tanto inestables”, explicó el sargento Eguia, que subrayó la importancia de manejar tales dispositivos con extremo cuidado debido a su naturaleza potencialmente letal. El hallazgo de estos artefactos explosivos en un contexto tan cotidiano como la jardinería generó preocupación entre los residentes locales. La intervención rápida y eficaz de los equipos especializados evitó que el incidente tuviera consecuencias graves.

“¿Son reales? Si es así, se puede rastrear el número de serie”, preguntó a los agentes un usuario de X. “Espero que descubran quién fue porque ¿cuándo es normal tener granadas por ahí?”, agregó otra persona. “Los perros detectores de bombas podrían ayudar en estos casos”, concluyó una mujer.

A medida que avanza la investigación, las autoridades recopilan información para entender mejor la procedencia de las granadas. Mientras tanto, los residentes de Baldwin Park pudieron retomar sus rutinas diarias con una renovada conciencia sobre la seguridad en su entorno. La colaboración entre agencias y la pronta respuesta ante emergencias demuestran la eficacia en la gestión de situaciones de alto riesgo.