En plena reunión de la UE, Orban habla de una “derrota militar” de Ucrania tras el triunfo de Trump
BUDAPEST.- Los líderes de la Unión Europea se reúnen este viernes en Budapest en una cumbre marcada por...
BUDAPEST.- Los líderes de la Unión Europea se reúnen este viernes en Budapest en una cumbre marcada por la reciente reelección de Donald Trump que genera dudas sobre el futuro de las relaciones diplomáticas en un contexto de crecientes desafíos económicos y de seguridad.
La cumbre también analizará un informe económico elaborado por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, que advierte de la necesidad de reformas radicales en el bloque para evitar un estancamiento. En sus 400 páginas, Draghi hace una grave advertencia sobre la creciente brecha entre Europa y Estados Unidos en materia de producción, inversiones e innovación.
La cumbre tiene lugar dos días después de que Donald Trump resultara reelecto a la Casa Blanca, en un contexto que abre interrogantes sobre las relaciones transatlánticas.
Draghi advierte que para evitar una “lenta agonía” Europa necesita una inversión adicional de hasta 800.000 millones de euros anuales (más de 850.000 millones de dólares) y cambios políticos drásticos.
Esta idea enfrenta resistencias en países del norte de Europa, que defienden el retorno a la austeridad después de los planes de incentivo para superar la pandemia de coronavirus.
El demoledor documento de Draghi insiste también en la necesidad de una política comercial “pragmática” y alineada con el objetivo de “aumentar el crecimiento y la productividad”. Además de la posibilidad real de tensiones comerciales con Washington, la UE está involucrada en crecientes fricciones con China.
La elección de Trump para un segundo mandato prendió varias luces de alerta en la UE, no solo por la posibilidad de enfrentarse a dificultades comerciales sino también en materia de seguridad y defensa.
Budapest fue escenario el jueves de la V Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), que tenía formalmente una agenda centrada en migración y economía, pero que, como era previsible, se centró en los efectos de la reelección de Trump.
La otra gran cuestión que se abordará en la reunión de este viernes es la grave crisis política en Alemania, a raíz del desplome de la alianza de gobierno de Olaf Scholz.
La guerra en UcraniaEn la noche del jueves en la capital húngara los mandatarios de la UE mantuvieron una cena en la que, de acuerdo con fuentes coincidentes, Trump volvió a ocupar el centro de la escena.
Como en la reunión de la CPE, los mandatarios de la UE se esfuerzan por presentar un bloque sin fisuras ante los desafíos que representa la elección del candidato republicano, especialmente en materia comercial.
Durante su campaña electoral, Trump calificó a la UE de “mini China” que abusa de sus asociados, en busca permanente del superávit comercial.
Sin embargo, las discusiones durante la reunión de la CPE sugieren que apenas dos días después de las elecciones en Estados Unidos, la Unión Europea ya está bajo presión.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, un aliado de Trump, había prometido abrir “varias botellas” de champagne en caso de que gane el magnate estadounidense.
Orban declaró el viernes que tras la victoria de Trump, Ucrania ya perdió la guerra contra Rusia porque cree que el presidente electo pondrá fin al apoyo de Estados Unidos a Kiev.
Orban es el anfitrión de esta cumbre europea de dos días en la capital húngara donde la guerra en Ucrania estará muy presente en la agenda de una reunión del viernes de los 27 líderes de la Unión Europea. La mayoría del bloque cree que seguir suministrando armas y asistencia financiera a Kiev son elementos clave para la seguridad del continente.
En declaraciones a la radio estatal, Orban, quien tiene una relación cercana tanto con Trump como con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reiteró su postura de que se debería declarar un alto al fuego inmediato y predijo que Trump pondrá fin al conflicto.
“Si Donald Trump hubiera ganado en 2020 en Estados Unidos, estos dos años de pesadilla no habrían ocurrido, no habría habido guerra”, dijo Orban, en línea con una afirmación habitual del magnate estadounidense. “La situación en el frente es obvia, ha habido una derrota militar. Los estadounidenses van a retirarse de esta guerra”.
DebateLas fuerzas rusas han logrado recientemente avances discretos en el este de Ucrania, aunque las posiciones en las líneas del frente han permanecido relativamente estables durante meses. Aún así, a medida que la guerra se acerca a los 1000 días, las fuerzas de Ucrania tiene problemas para hacer frente al ejército del Kremlin, que es mucho más grande y está mejor equipado.
El apoyo occidental es crucial para que Ucrania pueda mantener la costosa guerra de desgaste. La incertidumbre sobre cuánto tiempo continuará esa ayuda se agravó esta semana con la victoria de Trump en las presidenciales. El republicano ha cuestionado repetidamente la ayuda de Washington a Kiev.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky -que también participó el jueves en la reunión de líderes europeos en Budapest- rechazó la afirmación de Trump de que la guerra en su país podría terminarse en un día, algo que él y sus aliados europeos temen que signifique una paz en términos favorables a Putin y suponga la cesión de territorio.
“Si va a ser muy rápido, será una pérdida para Ucrania”, dijo Zelensky.
Orban ha tratado durante mucho tiempo socavar el apoyo de la UE a Kiev, y ha bloqueado, retrasado o suavizado rutinariamente los esfuerzos del bloque para proporcionar armas y financiación a Kiev y para sancionar a Moscú por la invasión.
Pero los líderes comunitarios han encontrado, en su mayoría, alternativas a cualquier obstáculo y han dejado claro su compromiso de seguir asistiendo a Ucrania en su lucha, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca.
“Tenemos que fortalecer a Ucrania, apoyar a Ucrania, porque si no apoyamos a Ucrania, es una señal errónea que enviamos a Putin, pero también a algunos otros regímenes autoritarios en todo el mundo”, apuntó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a su llegada a la cumbre del viernes.
Agencias AP y AFP