Empezó a los 15 años, fue la modelo bomba de los mil veranos y a los 66 cautiva como nunca
Decía que le encantaba estudiar para un día ser maestra, pero casi al mismo tiempo Mónica Hebe González –luego adoptaría el popular y consagratorio Mónica Gonzaga- también daba paso a su c...
Decía que le encantaba estudiar para un día ser maestra, pero casi al mismo tiempo Mónica Hebe González –luego adoptaría el popular y consagratorio Mónica Gonzaga- también daba paso a su carrera como modelo cosechando éxitos. Era apenas una adolescente, pero una con las cosas bien en claro. Así sentía, por esos comienzos, que las pasarelas eran su lugar en el mundo. Y a la vista de los resultados obtenidos no se equivocaba: a los 15 años en su escuela la coronaron como Reina de los Estudiantes y, ya a los 17, alcanzó el logro de ser elegida como Segunda Princesa del reconocido certamen para Miss Siete Días, que por entonces realizaba su sexta edición.
La cita, aquel 9 de marzo de 1974, se dio una vez más en la boîte Enterprisse de Mar del Plata con 224 concursantes inscriptas y 12 finalmente seleccionadas para las coronaciones. Fueron tres meses en la búsqueda de aspirantes por las playas de La Feliz, Villa Gesell y Pinamar. Y, de esa scouting playero, apareció ella.
Una vez más Antonio Carrizo volvió a lucirse en la conducción. El reconocido conductor supo mantener el suspenso hasta el final en plena madrugada cuando le acercaron las votaciones de los diecinueve integrantes del jurado. La velada contó con la presencia de funcionarios de gobierno locales, provinciales y nacionales.
Las doce finalistas fueron: Noemí Graciela Petito (19), Susana Pari (19), Silvia Beatriz Pérez (18), Mónica Liliana Ambrosino (19), María Nilda Yamaguchi (20), Liliana Mónica Orlov (17), Dora Bereciartúa (17), Mónica Beatriz Colominas (20), Miriam Gallazzetti (17), María del Carmen Fontaniella del Río (19), Mónica Hebe González (17) y Graciela Ponce de León. Esta última debió ser reemplazada por razones de salud por María del Carmen Timoyko –Luego Naanim- de 21 años.
Después de las pasadas que se hicieron para el desfile, Carrizo rompió con la incertidumbre y las intrigas y anunció a las ganadoras. En recortes de revistas del momento pudo leerse: “En primer lugar se entregó la banda de Los Ojos más Lindos del Verano a Susana Pari, estudiante de sociología. Como Segunda Princesa fue designada Mónica Hebe González –Mónica Gonzaga-, estudiante de comercio, y como Primera Princesa se eligió a quien entró en competencia como reemplazante, la bella María del Carmen Timoyko, profesora de danzas. Finalmente, como la sexta Miss Siete Días fue designada Silvia Beatriz Pérez, estudiante de arquitectura de 1,68 metros de estatura. La nueva soberana, quien nació el 19 de julio de 1955 en Buenos Aires, fue coronada por la esposa del Intendente de Mar del Plata, la señora de Fabricio, y la reina saliente, Adriana Costantini”.
Mónica Gonzaga y un boom imparableAsí, Mónica Hebe González comenzaba a convertirse en Gonzaga. Nacida el 27 de octubre de 1957 en el barrio de Almagro, la hija de Elena y Eladio, hermana menor de Hugo y Eladio, iniciaba un camino de coronaciones...
En 1975 fue Miss Bikini Argentina y seleccionada Primera Princesa en el concurso de Miss Argentina para Miss Universo. Al año siguiente la eligieron como Reina del Pelo en libertad y fue el rostro en las publicidades gráficas de Shampoo Limol con betaína. Según publicaciones de esos tiempos, además participó en Caracas en el certamen Miss Tanga Internacional. Y a partir de allí empezó a hacer giras como modelo por toda Latinoamérica hasta llegar a Europa donde también supo destacarse.
Más tarde se inició como actriz y vedette. Reconocido por ella misma, su escuela fue variada y empujada de la mano de grandes como Alberto Olmedo, Adolfo Aristarain, Alberto Ure y Julio Chávez (quien siempre le aconsejó que se atreviera a todo en lo que tuviera que ver con lo artístico).
Comenzó su carrera como actriz en la película La carpa del amor, luego filmó La playa del amor y Expertos en pinchazos, todas en 1979. En cine siguió sumando títulos: La discoteca del amor, Ritmo, amor y primavera, Gran Valor en la Facultad de Medicina, Sálvese quien pueda, Mirame la palomita, Las aventuras de Tremendo, El ojo de la tormenta, Los bañeros más locos del mundo, Los taxistas del humor, La clínica loca, Bañeros II, la playa loca, Adiós, abuelo, Cama adentro, Motivos para no enamorarse, Amorosa soledad, Papá por un día, Amor Bandido. Y siguen los títulos...
Ella mismo define que las épocas en las que trabajó junto a Alberto Olmedo fueron las mejores de su vida. En tevé cómo no recordarla como Pepita en Matrimonios y algo más, aquella mujer que ocultaba sus pretendientes en un placard cuando Fernando Siro entraba al hogar y le decía: “¡Pepita, llegó el hombre de la casa!”. O en Mesa de Noticias y La banda del Golden Rocket. Más acá interpretando a Gladys en la serie Barrabrava, una dura mujer a la que el dolor la hizo más fuerte y que cuida a su familia cueste lo que cueste.
Los amores, un capítulo infaltableEn lo que respecta a sus amores, vivió una apasionante historia junto a Julio Iglesias que duró diez años. También con Cacho Castaña. Y allá el final de los años 90 conoció al productor y director de cine Alejandro Sessa, con quien tuvo a Adriano, su hijo, hoy además su gran aliado y compañero. Cuando Sessa fue el coproductor local en 1991 de la película Highlander 2 que se rodó en Argentina, Mónica trabajó asistiendo nada menos que a Sean Connery. Su última pareja fue el analista político Rosendo Fraga, con quien se la solía ver los veranos en las playas de Punta del Este.
Por su trayectoria como actriz aprendió varios idiomas y sigue estudiando: inglés, portugués, francés o italiano, que puso en práctica en su último viaje para visitar a su hijo en Roma, donde fueron varios los que la reconocieron: “Me recordaron a la bruja mala que hice en Cenerentola con Lola Ponce, otra de tantas hermosas experiencias profesionales por el mundo”.
Así, a los 66 años, Mónica Gonzaga no para y, al mirar para atrás, puede decir que aún conserva el empuje y las ganas de aquella adolescente que un día fue distinguida en Mar del Plata. Y que nunca paró...