El reacomodamiento de los bustos que hizo Milei: Menem, Mitre, Roca y Sarmiento, al frente; Kirchner, Alfonsín y Cámpora, al fondo
A partir de este martes, cada jornada que ingrese a la Casa Rosada, Javier Milei, verá los bustos de Bartolomé Mitre a su izquierda en el punto más próximo a la entrada; apenas a metros de ahí...
A partir de este martes, cada jornada que ingrese a la Casa Rosada, Javier Milei, verá los bustos de Bartolomé Mitre a su izquierda en el punto más próximo a la entrada; apenas a metros de ahí Carlos Saúl Menem; poco después Domingo Faustino Sarmiento; luego Carlos Pellegrini; a centímetros, Julio Argentino Roca y Marcelo T de Alvear, el único radical en ese esquema y al único que el mandatario no mencionó en su discurso. Así quedó la distribución principal de la Galería de los Bustos, también conocida como “Hall de Honor”, desde que este mediodía se descubrió el busto del riojano, en el día en el que se conmemoraban 35 años del triunfo que lo convirtió en el segundo presidente desde el retorno de la democracia.
Menem, que falleció en febrero de 2021 a los 90 años, es el presidente preferido del líder libertario, al punto de que incluso tiene en sus filas a dos de sus sobrinos, el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y al subsecretario de Gestión Institucional, de la Secretaría General de Presidencia, Eduardo “Lule” Menem, quienes integran el círculo de confianza de la titular de esa área, Karina Milei.
Con la instalación del busto de Menem ya son 28 los exmandatarios homenajeados en el Hall. Entre los expresidentes que aún no tienen busto están Isabel Martínez de Perón, por quien la CGT hizo un pedido para su colocación en marzo de 2022 cerca de que se cumplieran 46 años del golpe de Estado que la derrocó, Fernando de la Rúa, fallecido en 2019, ni Cristina Kirchner (como deben pasar al menos dos mandatos para que puedan estar, tampoco aparecen Mauricio Macri ni Alberto Fernández).
A partir de hoy, lejos de cada ingreso desde la explanada de la avenida Rivadavia quedaron ubicados los bustos de Néstor Kirchner, que estaba en el lugar que se le dio al de Menem, y el de Raúl Alfonsín. Con la nueva distribución quedaron al pie de la escalera Italia, que no utiliza el presidente que está más cerca del lado de la Plaza de Mayo. El mandatario sube por “Francia”, la escalera que supo donar ese país y está a la izquierda del ingreso. Junto a los de Kirchner y Alfonsín también quedó el busto de Héctor Cámpora.
Hasta hoy, y desde la administración de Alberto Fernández, la ubicación de Kirchner y Alfonsín era preferencial, en la entrada del edificio. Alfonsín estaba donde ahora está Mitre, Kirchner donde está Menem. Otro de los que sufrió cambios fue Juan Domingo Perón, que estaba donde ahora está Sarmiento, e Hipólito Irigoyen que estaba donde desde hoy está Pellegrini.
Los cambios y reacomodamientos que se fueron dando a través de los años y las administraciones no respetaron el decreto 1872/2006 que contemplaba la ubicación de los bustos es por orden cronológico. Cristina Kirchner fue la primera en saltearlo al ubicar al santacruceño en la parte de entrada. Lo saludaba a diario el exministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el expresidente Fernández.
En el medio también introdujo cambios Mauricio Macri, quien utilizó el criterio cronológico y retiró los bustos de José Félix Uriburu, Edelmiro Farrell, y Pedro Pablo Ramírez, que llegaron a Casa Rosada tras sendos golpes de Estado
La palabra de MileiEste martes, Milei fue claro y en medio de un discurso en el que hasta se emocionó recordando a Menem dijo: “No es menor dónde está ubicado este busto. Si ustedes se fijan, aquí está el busto de Bartolomé Mitre. ¿Por qué Mitre? La importancia de Mitre, porque más allá de la enorme labor de (Justo José de) Urquiza de poner en práctica la Constitución de Alberdi del ́53, a partir del ́54, con el triunfo, supongamos que una parte dice que fue triunfo, otra parte dice que no, pero sea por lo que sea, digo un acuerdo, digamos, para unificar Buenos Aires a las Provincias Unidas del Sur, de constituir a Argentina y, a partir de ese año, cuando se empieza a aplicar la Constitución de Alberdi; de ser un país, literalmente, de bárbaros, en 35 años nos convertimos en la primer potencia mundial. Vaya que sí tiene relación poner al que inició con fuerza ese proceso y a alguien que trató de sacar de la barbarie por la que vivió durante gran parte del Siglo 20 la Argentina y ponerla de pie nuevamente, como fue Carlos Menem”.
Luego completó: “Obviamente, hay una reasignación de bustos, y obviamente, que tiene todo un sentido. Está el busto de Sarmiento, alguien con un coraje fuerte, un hombre que si bien era culto no era el adalid de las formas, pero tenía el coraje que tenía que tener para hacer las cosas que hizo, y ser uno de los grandes presidentes de la historia Argentina, ser un precursor en la idea del capital humano como factor de crecimiento y que dicho sea de paso también le decían el loco”. Poco después se refirió a Carlos Pellegrini, “que asumió en el medio de una crisis monumental y cuando Pellegrini asumió hizo lo que tenía que hacer, sin importar las consecuencias políticas de ello, hizo lo que tenía que hacer. Cuando Pellegrini termina esos dos años, donde ponen caja la economía Argentina y deja las bases para que se reinicie el proceso de crecimiento”.
Más adelante se refirió a otro de sus referentes, “como no podía ser de otra manera, está el busto de Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la Argentina, el primer presidente argentino que fue elegido dos veces presidente, y que si no fuera por el Carlos, hubiera sido el mejor presidente de la historia”.
Las definiciones sobre el criterio para la creación de los bustos se dio en 2007, en el ámbito del Museo de la Casa Rosada. El primero en hacerse luego de eso fue el de Alfonsín, que se colocó en 2008 cuando el líder radical aún vivía y se convirtió en el primer mandatario en asistir al descubrimiento de su busto. El de Kirchner llegó en 2015, poco más de cinco años después de su fallecimiento, y cumpliendo sí con uno de los puntos del decreto, que establece que los bustos deben colocarse a partir de dos períodos después de haber dejado el poder.