La Argentina logró en 2024 un superávit comercial de US$18.899 millones, una cifra nunca antes alcanzada. El saldo de la balanza comercial terminó de configurarse en diciembre, mes en el cual, según el dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el comercio exterior arrojó un resultado favorable de US$1666 millones.

El superávit comercial del último mes de 2024 fue producto de exportaciones por un valor de US$7035 millones y de importaciones por US$5369 millones, lo que arrojó un intercambio total de US$12.405 millones, que representa un incremento de 30,2%, respecto de igual mes del año pasado. Así, se cerró el año con 12 meses consecutivos de superávit comercial.

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Si bien cada mes del año pasado exhibió un resultado superavitario, se debe tener en cuenta que eso se logró en gran parte debido a una caída en las importaciones, algo característico de procesos de ajuste de la economía como los que vivió la Argentina. En diciembre, las compras externas mostraron un crecimiento, con lo que se estima que empezarán a recuperarse. Esto último redundará en que difícilmente se pueda repetir en 2025 el récord de 2024.

Una foto de lo que ocurrió en diciembre refleja que las exportaciones tuvieron un crecimiento interanual de 33,4% y un avance de 0,6% en la medición mensual según el índice desestacionalizado, con un alza de 19,4% interanual si se considera el período de 12 meses. En tanto, las importaciones tuvieron un incremento interanual de 26,2% en el mes y una suba de 8,8% respecto de noviembre, con una reducción de 17,5% en el año.

Un análisis de la consultora Empiria explica que en diciembre las exportaciones estuvieron impulsadas por el avance de las ventas externas vinculadas con la actividad rural (30% de suba interanual en los productos primarios y 36% en las manufacturas de origen agropecuario) y con el sector energético (50% interanual). En cuanto a las importaciones, se señala que el rubro con mayor incremento fue el de vehículos (con una suba interanual de 230%), seguido por el de bienes de consumo (53%), mientras que las compras de energía cayeron 43%.

Jerónimo Montalvo, economista de la consultora Abeceb, destacó que la Argentina exhibió en diciembre un superávit comercial tras haber mantenido el saldo positivo “durante toda la gestión Milei, con una aceleración por segundo mes consecutivo y con un crecimiento sensible respecto del resultado de diciembre de 2023 (64%)”.

En lo que respecta al resultado total de 2024, Montalvo comentó que el superávit alcanzado –que fue récord histórico en términos nominales, pero no así medido como porcentaje del PBI– revirtió un déficit de US$6926 millones de 2023. “Esto se explicó por un aumento del 19,4% en las exportaciones (US$ 79.721 millones) y un descenso del 17,5% en las importaciones (US$60.822 millones), que fueron las menores desde 2015 en porcentaje del PBI”, explicó el especialista.

El economista Jorge Vasconcelos, del Ieral, dijo que se confirma en general el sesgo pro-importaciones de la salida de la recesión. “Si tomamos como base el segundo trimestre de 2024, que fue el piso de la recesión, para el cuarto trimestre habremos tenido una recuperación del PBI de 5,1 % (desestacionalizada), con importaciones no energéticas que crecieron 24,6% entre el segundo trimestre y el cuarto”, indicó.

Por otro lado, alertó sobre las asimetrías cambiarias y de nivel de actividad entre Brasil y la Argentina, que se ponen en evidencia por la marcha del comercio bilateral. “Las importaciones argentinas de origen brasileño pasaron de caer un 50,5% interanual en junio de 2024 a incrementarse un 46,9% interanual en diciembre. En cambio, las exportaciones argentinas a Brasil desaceleraron hacia fines de 2024, con una variación de solo 2,5% interanual”, detalló.

Para Vasconcelos, esta dinámica con Brasil refleja que parte de la recuperación de la demanda de la Argentina prevista para 2025 será cubierta por oferta de productos basileños, “como ya se observa en el sector de la industria automotriz”.

¿Qué puede pasar en general este año? Para Montalvo, en el caso de las exportaciones se estima que durante 2025 seguirán traccionando, con un incremento estimado de 7%, de la mano de una buena cosecha y de las ventas del sector energético (en diciembre del año pasado las cantidades exportadas fueron las más altas desde 2004).

Por otro lado, evaluó Montalvo, las importaciones también mostrarían un gran dinamismo este año, con un aumento estimado en un 16%, en línea con la recuperación económica, la mayor apertura comercial, la desregulación, la baja de aranceles y la apreciación cambiaria. “Así, el saldo anual seguiría superavitario, pero de entre US$14.000 y US$15.000 millones, de los cuales el sector energético aportaría casi la mitad”, concluyó.