El invicto engañoso de River: empata más de lo que gana y otra vez no supo manejar un resultado a favor
River empata más de lo que gana en la Copa de la Liga. Cuarta igualdad consecutiva -cinco en total desde la primera fecha- para un invicto que no le da chapa para sacar pecho. Durmió en el segund...
River empata más de lo que gana en la Copa de la Liga. Cuarta igualdad consecutiva -cinco en total desde la primera fecha- para un invicto que no le da chapa para sacar pecho. Durmió en el segundo tiempo y dilapidó el 2-0 del primero. Talleres, un rival que se le atraganta muy seguido en el ciclo de Martín Demichelis, reaccionó y lo puso contra su arco hasta conseguir el 2-2.
“Nos vamos molestos por no haber sabido cerrar el partido. El rival nos superó en el segundo tiempo. El empate fue justo. Este era un partido importante para nosotros porque Talleres es la clase de rival que vamos a encontrar de visitante en la Copa Libertadores”, expresó Demichelis. Franco Armani, con varias atajadas meritorias, también se fue insatisfecho: “Esto nos tiene que servir de experiencia, hay mucho que corregir. No podemos volver a hacer este segundo tiempo. Nadie se va contento. Hay que volver a sumar de a tres para no perderle pisada a los de arriba, que es donde debemos estar”.
Talleres fue rápidamente víctima de su deficiencia crónica en este torneo: recibió goles en todos los partidos. Antes de que se cumplieran los dos minutos ya estaba en desventaja. Más por las manos blandas de Herrera que por la potencia y la dirección del remate de Pablo Solari. Se le escurrió la pelota al arquero y River festejó el regalo. La endeblez defensiva llevó al equipo cordobés a arrancar abajo en el marcador por quinto encuentro consecutivo.
Demichelis hizo ajustes en todas las líneas respecto del empate en el superclásico. El uruguayo Boselli, con el antecedente de haber limitado bastante la habilidad de Campaz (Rosario Central), entró por Herrera para tapar al punzante paraguayo Sosa. Un duelo mano a mano que tardó unos minutos en establecerse porque Talleres arrancó con Alejandro Martínez sobre ese sector. En el medio, un retoque conservador, con la salida de Echeverri y el ingreso de Aliendro, para armar un doble pivote con Villagra, repudiado por los hinchas de Talleres por haber presionado a los dirigentes con su venta a River. Y en ataque, Borja, ya repuesto del desgarro, volvió a la titularidad.
River mantuvo las líneas adelantadas y se vio descompensado en un par de contraataques locales, con el consecuente rezongo de Paulo Díaz -líder por actitud y rendimiento- a sus compañeros.
Lo más destacado de Talleres 2 - River 2
Cuando Rubén Botta frotaba la lámpara y su inspiración entraba en acción, Talleres encontraba mejor los caminos. El habilidoso media-punta creó una ocasión con un par de compañeros haciendo de pivotes para la descarga; su remate exigió una muy buena atajada de Armani.
En un desarrollo entretenido, de ida y vuelta, de rápido tránsito por la zona media, River transmitía mayor sensación de peligro ofensivo. Contaba con más variantes, mientras que su rival dependía del manejo y la conducción de Botta.
River tomó nota de que si cortaba al adversario en la salida lo encontraba muy desguarnecido. Borja se filtró por una de esas hendijas para cruzar un remate que dio en un poste. A Solari se le fue un disparo por encima del travesaño. Talleres se sentía inseguro, si no finalizaba sus ataques cerca del área de Armani, se exponía a pasar mal. Lo sufrió en carne propia cuando defendió con un solo jugador un córner corto entre Barco y Nacho Fernández, cuyo centro, tras desviarse en una peinada de un defensor local, le quedó más servido a Borja para la definición. Quinto gol de cabeza de los siete que lleva en la Copa de la Liga. Volvió el Colibrí, que había interrumpido su gran racha de efectividad con el desgarro en Tucumán. El colombiano es el goleador del ciclo de Demichelis, con 22 tantos en 49 partidos.
River, en su momento, dejó ir a Federico Girotti, que terminó siendo un complemento del pago a Talleres por la millonaria contratación de Villagra. El centro-delantero tuvo el descuento en sus pies, pero la definición salió desviada, tras una jugada que, cuándo no, había salido de la imaginación de Botta con una apertura a la izquierda. Se fue el primer tiempo con el 2-0 de River, más dos tiros en los palos (Borja y Villagra). Todo a favor, o no tanto...
Armani volvió a responder bien a un cabezazo de Catalán, descuidado por River en un córner. Entró demasiado pasivo River al segundo tiempo el equipo de Demichelis. González Pírez se equivocó en una salida desde atrás y el zurdazo de Botta se fue junto a un poste. Al encuentro ya no le quedaba mal el descuento de Talleres, que hacía el desgaste y presionaba sobre un rival en bajas revoluciones, en el que Villagra era el más atento en las coberturas.
En los primeros 10 minutos de la segunda etapa, Nacho González y Barco estaban más cerca de la línea de contención que de posiciones ofensivas. El respiro para River vino con los minutos quel partido estuvo detenido por la lesión de Rodríguez. Pero ni aun así se activó. Botta seguía siendo el arquitecto del juego: puso una estupenda asistencia cruzada para el cabezazo de Sosa, que por primera vez le ganó a Boselli.
Tras marcar el descuento, el paraguayo se encendió, tomó confianza, fue el extremo punzante que hace temblar defensas. Tallares lamentó la salida de Botta, su faro, por una molestia física que arrastraba desde el primer tiempo.
La intensidad también le pasaba factura a River. Los cuerpos de Solari, con signos de una lesión desde el primer cuarto de hora del encuentro, y Villagra dijeron basta. Demichelis sorprendió con el ingreso de Marcelo Herrera para armar una línea de cinco defensores, a menos de una semana de que el entrenador dijera que por la tradición y el estilo de River no podría alinear a siete defensores, como hizo Boca en el cierre del superclásico en el Monumental.
Unos minutos más tarde, entró Matías Kranevitter, que no jugaba desde diciembre. Un regreso en un momento caliente. Misteriosamente, el uruguayo Nicolás Fonseca, volante central titular en las primeras seis fechas, se quedaba en el banco, pasaba a ser la cuarta opción.
Pero ya nada levantaba a River, tampoco lo consiguieron las variantes de Demichelis, que derivaron en más dudas posicionales y desorden. Talleres llegó al 2-2 con un remate de media distancia de Portilla. River se agitó un poco en ataque, pero estuvo cerca de la derrota en el descuento con un remate de Alejandro Martínez. El River del primer tiempo se había ido y no volvió más.