El gobierno de Joe Biden volvió a rechazar que Israel esté cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza
WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden rechazó que Israel esté llevando a cabo un genocidio en la Franja de Gaza contra los palestinos, aunque a la vez insistió que el gobierno de Benjamin Netany...
WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden rechazó que Israel esté llevando a cabo un genocidio en la Franja de Gaza contra los palestinos, aunque a la vez insistió que el gobierno de Benjamin Netanyahu debe hacer más para garantizar la protección de civiles inocentes en medio de la guerra con Hamas.
“Creemos que Israel puede y debe hacer más para garantizar la protección y el bienestar de civiles inocentes. No creemos que lo que está pasando en Gaza es un genocidio. Hemos dejado constancia de que rechazamos firmemente esa proposición”, dijo el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en la habitual conferencia de prensa en la Casa Blanca.
En un intento por resetear la narrativa del conflicto en Medio Oriente, Sullivan brindó una larga declaración de 10 puntos para ofrecer “la visión de la administración” sobre la nueva guerra que se desató a partir del ataque terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre que dejó alrededor de 1200 muertos –el día más sangriento para los judíos desde el Holocausto– y más de 200 rehenes. La contraofensiva israelí desplegada desde entonces ya ha dejado más de 34.000 víctimas, la mayoría de ellos, mujeres y niños, según cifras de la autoridad sanitaria palestina.
“Los civiles palestinos atrapados en medio de esta guerra están en el infierno. La muerte y el trauma que han sufrido son inimaginables. Su dolor y sufrimiento son inmensos. Ningún civil debería pasar por eso. Esto está en la mente del Presidente todos los días”, afirmó Sullivan.
La larga declaración de Sullivan recopiló la postura de la Casa Blanca cuando ya han pasado más de siete meses de un conflicto que amenaza la campaña presidencial de Biden en busca de la reelección, y luego de una ola de protestas en campus universitarios del país que acaparó la atención del mundo. La guerra también tensó al máximo la relación de Biden con el gobierno de Benjamin Netanyahu, con el que mantiene diferencias cada vez más visibles. Días atrás, Biden amenazó con frenar el envío de armas a Israel si Netanyahu ordena una invasión total a la ciudad de Rafah, último refugio de más de un millones de palestinos que huyeron de la violencia.
Ademá de volver a culpar a Hamas por el conflicto, negar un genocidio y reconocer el sufrimiento de los palestinos, Sullivan fijó como prioridades de la Casa Blanca el ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, la negociación de un alto al fuego y la liberación de rehenes, y la integración de Israel con los estados árabes, incluido Arabia Saudita, para garantizar “la seguridad de largo plazo”. Sullivan también renovó el compromiso de Estados Unidos en asistir en la defensa de Israel.
Al desplegar la visión de la Casa Blanca, Sullivan volvió a intentar marcar un equilibrio difícil –imposible, para algunos– entre el respaldo “férreo” a Israel por parte del gobierno norteamericano y el reconocimiento al enorme malestar global que ha provocado la ofensiva israelí en Gaza, que ya provocó incluso una denuncia por genocidio en contra de Israel en la Corte Penal Internacional de La Haya. La postura de la Casa Blanca chocó de manera frontal con la posición que marcó Francesca Albanese, relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, quien dijo a fines de marzo en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos que hay “motivos razonables” para creer que Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos en Gaza.
“Específicamente, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar daños corporales o mentales graves a miembros del grupo, infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial, e imponer medidas destinadas a prevenir los nacimientos dentro del grupo”, dijo Albanese.
Además, “el genocidio en Gaza es la etapa más extrema de un largo proceso colonial de eliminación de los palestinos nativos”, continuó.
Sus declaraciones provocaron un enérgico rechazo del gobierno de Netanyahu.
Sullivan fue consultado durante la conferencia de prensa por las declaraciones de Albanese, y respondió: “Estamos usando el término aceptado internacionalmente para genocidio, que incluye un enfoque en la intención y no soy solo yo el que está aquí en este podio. En el contexto de este caso de la Corte Penal Internacional de La Haya, Estados Unidos hizo una presentación respaldada por un análisis jurídico”.
Más allá del brutal saldo de víctimas que dejó el ataque de Hamas y la contraofensiva israelí en Gaza, Sullivan se preocupó por volver a remarcar la necesidad de una estrategia de largo plazo por parte de Israel para garantizar una derrota duradera de Hamas y una paz en Medio Oriente, un recordatorio que volvió a dejar al descubierta la ausencia de esa estrategia.
“Las presiones militares son necesarias, pero no suficientes para derrotar completamente a Hamas”, dijo Sullivan. “Si los esfuerzos militares de Israel no van acompañados de un plan político para el futuro de Gaza y del pueblo palestino, los terroristas seguirán regresando e Israel seguirá bajo amenaza. Estamos viendo que esto sucede en la ciudad de Gaza. Así que estamos hablando con Israel sobre cómo conectar sus operaciones militares con un final estratégico claro sobre una estrategia holística e integrada para garantizar la derrota duradera de Hamas y un futuro alternativo mejor para Gaza. Y para el pueblo palestino”, indicó.
Por la tarde, y luego de una recepción en el Rosedal de la Casa Blanca, un periodista le gritó a Biden si confiaba en poder cerrar un acuerdo para liberar a los rehenes aún en manos de Hamas. “¡Nunca pierdan la esperanza!”, respondió el mandatario.