Dólar: las definiciones del nuevo CEO del Banco Supervielle
En el sector financiero el optimismo permea todas las proyecciones. Luego del shock del primer semestre, los escenarios contemplan recuperación del nivel de actividad, impulsado por el sector de l...
En el sector financiero el optimismo permea todas las proyecciones. Luego del shock del primer semestre, los escenarios contemplan recuperación del nivel de actividad, impulsado por el sector de la energía, la minería y el agro, y un repunte del crédito en el mercado local. Así lo entiende Gustavo Manriquez, quien hace menos de un mes asumió como CEO del Banco Supervielle, quien respaldó el rumbo macroeconómico del Gobierno y el potencial del sector oil & gas.
“Hoy la prioridad es prestar”, dijo el ejecutivo, en un encuentro esta mañana donde destacó el proceso de estabilización de las principales variables macroeconómicas y su continuidad en el mediano plazo. Según las proyecciones del banco, que cotiza en Wall Street desde 2016, el volumen de créditos en moneda entregados por la entidad local crece hace seis meses consecutivos (7,5% en términos reales con respecto a septiembre en lo que va de octubre) y están lejos de su tope.
De hecho, si se compara en términos históricos el sistema financiero local, el stock de préstamos total medido en pesos constantes está en un 50% del pico que registró a mediados de 2013. Al mismo tiempo, destacan que el nivel de créditos se ubica en valores mínimos en relación con el producto (5,1%), tras cuatro años consecutivos de caída y lejos del máximo de 12% del PBI de 2013.
Según Manriquez, las líneas de créditos personales y los asociados a descuentos de documentos, usados por las firmas para compra de capital de trabajo, están entre las más dinámicas. El CEO de Supervielle advirtió también que “ha bajado” la demanda de créditos hipotecarios, luego del boom de meses atrás, cuando se dio un pico de consultas y solicitudes al momento de su anuncio. “Esperamos que repunte con la inflación a la baja de estos meses”, anticipó el ejecutivo. De todas maneras, afirmó que “aún no aparece” el crédito de largo plazo, algo que proyectan más adelante conforme se consolide la estabilidad macro.
Aun con la tendencia a la baja de la tasa de inflación mensual y la estabilidad de la brecha cambiaria, Manriquez descartó entre sus proyecciones de corto plazo un recorte en las tasas de interés en pesos del BCRA. “No la veo”, dijo.
Desde el banco se definen como “optimistas con el crecimiento de mediano plazo del país”, y elogian el rumbo económico de la actual gestión, con foco en el ajuste fiscal y el “cierre” de las canillas de emisión vinculadas con el déficit fiscal, los pasivos remunerados del BCRA y los ‘puts’. “Se había roto el instrumento de la tasa de interés para la política monetaria”, afirmó Walter Ramírez, gerente de Research de la entidad. También destacaron la corrección de algunos precios y la suba de los rubros “regulados” (fundamentalmente tarifas).
Según sus proyecciones, el escenario de mayor probabilidad para los próximos meses es una prolongación de la estabilidad financiera de las últimas semanas, que habilitará una salida del cepo “entre fin de año y el primer trimestre” de 2025. De acuerdo con los pronósticos del banco, el Gobierno debería conseguir alrededor de US$15.000 millones (fundamentalmente bancos y organismos internacionales), para avanzar en esa liberación paulatina de los controles cambiarios sin un salto devaluatorio. Si no se da ese ingreso de divisas, contemplan un eventual ajuste del orden del 20%.
“Es una oportunidad de hacer un pequeño service al esquema”, definió Ramírez, quien a su vez explicó que un movimiento del dólar ahora implicará menor impacto en los precios que el que tuvo en el pasado, dada la desaceleración de la inflación de los últimos meses. “A principios de año, pensábamos que la salida del cepo iba a implicar una mayor devaluación”, agregó el analista, quien destacó la estabilidad y una desaceleración de la inflación mayor a la proyectada meses atrás.
Según lo que muestran las cotizaciones de los bonos, la inflación mensual promediará el 2,4% de acá a fin de año, estiman en Supervielle, mientras que el número implícito para 2025 es del 25%. En un escenario de un eventual ajuste cambiario, el IPC el año que viene podría ubicarse en torno al 40%, afirman.
El economista se mostró “optimista” en cuanto a la dinámica de la balanza comercial, pero planteó dudas por la evolución del sector externo con este tipo de cambio. “Hay vencimientos de deuda, y se necesita una inyección de divisas por la cuenta capital. Si eso no viene, las reservas dudosamente crezcan, y ya no podemos ir más abajo del nivel actual”, advirtió.
Entre los riesgos para este escenario, desde el Supervielle advirtieron por la inestabilidad política y la resistencia a medidas oficiales en el Congreso, la “demora en la recuperación económica” que podría trasladarse a una erosión del apoyo al oficialismo y una mayor caída en los precios internacionales de commodities como la soja, el trigo, el maíz o el petróleo, que podrían afectar el saldo comercial de 2025.
Más allá del contexto macroeconómico, otro eje de conflicto en el sector financiero se da por la apertura del pago de transporte a diferentes medios de pago, que abrió un nuevo foco de disputa entre los bancos tradicionales y las fintech. Manriquez elogió el “coraje, seriedad y profesionalismo” del Gobierno y el Banco Central ante la implementación de sus medidas económicas, pero advirtió por las “asimetrías regulatorias” que existen entre billeteras y bancos.
“SUBE es un ícono importantísimo, que permitió tener un producto simple, que acercó a la gente a medios electrónicos. La prioridad es que la gente pague con lo que quiera. Pero tenemos que hacer sistemas abiertos, donde se compita abiertamente, y no ecosistemas cerrados, porque eso no genera competencia, y el BCRA viene siendo un buen articulador”, dijo Manriquez, en referencia al nuevo esquema en el que trabaja el Gobierno para sumar alternativas de pago (tarjetas, códigos QR, NFC) en el pago del transporte.