Diego Milito y sus primeros pasos como candidato a presidente de Racing: no habrá unidad con Víctor Blanco
La Real Academia Española define a la palabra unidad como “propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”. Con ese concepto fresco, tal...
La Real Academia Española define a la palabra unidad como “propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”. Con ese concepto fresco, tal vez no hubiera sido tomado como una novedad lo que se conoció en el mediodía de este jueves, después de que el presidente de Racing, Víctor Blanco, y el candidato a ese puesto, Diego Milito, se reunieran en Puerto Madero para compartir una amena charla de casi una hora.
Justo cuando se cumplía su primera semana como un hombre de la política, ya que el video con el que anunció que jugaría en las elecciones se publicó el pasado jueves 22 también al mediodía, Milito dio su segundo paso fuerte: desactivar la idea de una posible unidad con el actual oficialismo de cara a las elecciones de diciembre. Desde sus ubicaciones cercanas en la platea A, tanto el empresario como el exdelantero podían leer la bandera que colgaba de la platea D en el clásico ante Independiente: “Milito + Blanco: juntos x Racing”.
El encuentro se había empezado a gestar el martes anterior, cuando el 22 le envió un mensaje a Blanco para avisarle que ya tenía decidido presentarse como candidato a presidente del club. Tal como contó en la entrevista que le dio a Juan Pablo Varsky, el secretario general de la AFA no devolvió ese WhatsApp. Retomaron la conversación este lunes. Y la reunión que se iba a dar el martes terminó ocurriendo el jueves. En algo coincidieron ambas campanas: fue una muy buena charla de la actualidad racinguista entre dos personas que tienen una relación cordial.
En lo que puede ocurrir de acá a mediados de octubre, cuando haya que presentar las listas, las versiones no fueron unánimes. Tiene que ver con la esencia de cada uno. Durante los tres años que Diego Milito trabajó como director deportivo del club lo hizo con la carta de renuncia arriba de la mesa, como posible método de negociación, desgastado por lo que entendía como ciertas trabas desde la conducción del club.
Hasta que aquello se hizo carne con el video en el que anunciaba su paso al costado, en el que afirmaba: “El motivo es muy simple: no comparto el modelo y las ideas del club del presidente. Seguramente a algunos les sonará fuerte, pero no es así. No tengo nada personal en contra de Víctor, al cual respeto y entiendo que deja todo por la institución. Simplemente elige un modelo diferente que yo no comparto, pero tiene la potestad como máxima autoridad de elegir las políticas y lineamientos hacia donde quiere llevar el club. Y eso yo lo respeto a rajatabla ya que es un presidente elegido por los socios”.
Cuatro años después de aquel 22 de noviembre de 2020 en el que renunció como mánager, Milito piensa exactamente lo mismo. Pero entiende que ahora ha llegado su momento. Que a lo largo de toda esta presidencia se quedó en un respetuoso silencio para no entorpecer el mandato de Blanco y que se acercó únicamente al Predio Tita para ver los partidos de su hijo Leandro, que juega en Sexta. Más allá de los puentes naturales y de la buena relación que tiene con algunos miembros de esta Comisión Directiva, en la idea de “profesionalizar las áreas” que pregona el exgoleador no aparecen nombres que hayan tenido cargos electivos dentro del club en la última década.
La posible asociación entre el ídolo y Blanco se había instalado casi como un deseo o una lectura de los propios socios, que ven en el empresario atributos indelegables: es el secretario general de la Asociación del Fútbol Argentino, con llegada a la Conmebol, la FIFA y con buena relación con casi todo el arco político nacional.
Milito, como en su época de delantero, busca desmarcarse de esa unidad. El presidente, en cambio, cree que es tiempo de esperar: que como ha ocurrido en las tres ocasiones en las que se postuló todo se resolverá sobre casi sobre el cierre de las listas. Salvo lo de compartir una boleta, desde el oficialismo no descartan casi ningún escenario: competir en las urnas, hacer una alianza electoral o que Blanco deje el club que preside desde 2013 por la puerta grande para irse a su casa.
Milito llegó a la Academia a comienzos de la década del 90, con edad de Novena. Tras pasar por cada una de las categorías de inferiores del club se llegó a transformar en el máximo ídolo de la historia moderna de Racing, al punto que una de las calles que circunda el Cilindro lleva su nombre.
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Estuvo presente en los tres campeonatos que ganó el club en este siglo: Apertura 2001 y Transición 2014, como jugador; Superliga 2018/19 como Director Deportivo. Ahora, va por una nueva etapa: ser presidente. Aquí no se trata de hacer goles ni de ser campeón. Por eso, da sus primeros pasos como político. Una semana en la que se postuló, dejó en claro su pensamiento acerca de las SAD, buscó disociar su candidatura de cualquier bandería política a nivel nacional, dio el presente en el clásico de Avellaneda con una caminata en la que atravesó el playón del club para acercarse a la gente y se reunió con el presidente para alejar la idea de unidad.