Después de 57 años: vuelven a subastar bóvedas en cementerios públicos porteños
El 24 de septiembre próximo, la Ciudad llevará a cabo una subasta de bóvedas de sus cementerios públicos, un hecho que no se realizaba desde 1967. La iniciativa se inscribe en el marco de un p...
El 24 de septiembre próximo, la Ciudad llevará a cabo una subasta de bóvedas de sus cementerios públicos, un hecho que no se realizaba desde 1967. La iniciativa se inscribe en el marco de un plan de puesta en valor de estos sitios, que son administrados por la Subsecretaría de Gestión Comunal, dependiente del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana.
En esta oportunidad, se subastarán dos terrenos con bóvedas en el Cementerio de la Chacarita, el más grande de la ciudad. Estos lotes han sido tasados por el Banco Ciudad, que también será responsable de la subasta. La venta se realizará de manera virtual, utilizando la plataforma de subastas de la entidad, y los interesados podrán inscribirse hasta el 20 de septiembre para participar. El primer lote tiene un precio base de $6.200.000 y cuenta con una estructura que incluye una capilla a nivel del suelo y dos subsuelos. El segundo lote, con un precio base de $11.700.000, presenta características similares. Los participantes podrán coordinar visitas a los lotes antes de realizar sus ofertas.
Las subastas de bóvedas en los cementerios porteños no son una novedad. La última vez que se realizó una venta de este tipo fue en 1967. En ese momento, la subasta respondió a la necesidad de recuperar y reutilizar espacios que habían quedado vacantes en los cementerios de la ciudad, en particular en Recoleta y Chacarita. La expansión urbana, junto con cambios en las prácticas funerarias y en la administración de estos espacios, llevó al gobierno porteño a tomar medidas para gestionar de manera más eficiente los cementerios públicos. Estas subastas permitieron, en su momento, la revalorización de bóvedas que habían caído en desuso o que habían sido abandonadas, y generaron ingresos para la administración local y liberaron espacio para nuevas concesiones.
En la actualidad, el proceso de subasta se enmarca en un contexto similar. Los cementerios de la Capital operan bajo un sistema de concesiones que permite a los particulares adquirir el derecho de uso de una bóveda por un período determinado. Cuando las concesiones expiran o los titulares deciden renunciar a ellas, se inicia un proceso administrativo que culmina con la recuperación de la bóveda por parte del gobierno. Una vez completado este proceso, el Banco Ciudad realiza la tasación de los terrenos y de las estructuras vacantes, establece el precio base y fija la fecha de la subasta. El remate público se realiza a través de la plataforma digital del banco, lo que permite una mayor participación, al ser un proceso accesible desde cualquier ubicación.
Los cementerios porteños tienen una larga historia que refleja la evolución urbana y social de la ciudad. El de la Recoleta, inaugurado en 1822, es el más antiguo de la Capital y es conocido por albergar los restos de numerosas figuras históricas. Su ubicación en el barrio homónimo, junto con su arquitectura y el valor histórico de sus bóvedas, lo han convertido en un lugar emblemático de Buenos Aires En 1967, las subastas de bóvedas en este cementerio fueron parte de un esfuerzo por revitalizarlo, ante el creciente desinterés y la falta de mantenimiento de muchas de sus estructuras.
El Cementerio de la Chacarita, por su parte, fue inaugurado en 1871 en respuesta a la epidemia de fiebre amarilla que azotó la ciudad. Con 95 hectáreas de extensión, es el más grande de Buenos Aires y alberga una vasta colección de obras escultóricas y arquitectónicas de gran valor histórico.
El Cementerio de Flores, inaugurado en 1867, es el menos conocido de los tres, pero también tiene un lugar importante en la historia de la ciudad con sus 35 hectáreas. La administración de este espacio, al igual que los otros cementerios, se basa en el sistema de concesiones, y la subasta de bóvedas es una herramienta para mantener la operatividad y el mantenimiento del lugar.