Finalmente, el cuerpo de Liam Payne descansará en paz. A un mes de su trágica muerte, sus familiares y amigos más íntimos decidieron despedirlo en una íntima ceremonia privada en una iglesia de los Home Counties, los condados del este y sureste de Inglaterra que rodean Londres, la capital británica. Además de su familia, participan de la ceremonia su última pareja y sus excompañeros de One Direction.

Aunque no trascendió si en el funeral habrá discursos de despedida, el diario español El País publicó que un coro y un grupo de músicos actuarán durante el servicio. También trascendió que entre la gran cantidad de arreglos florales que enviaron a la iglesia, uno en particular llamaba la atención: tenía como adorno bolos y una pelota en referencia a las pasiones del fallecido artista.

La despedida del cantante está encabezada por su familia: Karen y Geoff Payne, sus padres, y Nicola y Ruth, sus dos hermanas. También está presente Kate Cassidy, su última pareja y la mujer que estuvo con él en Buenos Aires hasta dos días antes de su muerte, y Cheryl Cole, la madre de Bear, su único hijo.

Como era de esperarse, sus excompañeros de One Direction, también se acercaron hasta el lugar. Louis Tomlinson, Niall Horan, Zayn Malik y Harry Styles llegaron hasta allí vestidos con trajes negros y lentes de sol. Styles lo hizo acompañado por el actor y presentador James Corden. La estrella de JLS, Marvin Humes, y su esposa, la cantante de The Saturdays, Rochelle Humes, también asistieron.

“Su familia hizo todo lo posible para organizar el servicio perfecto y darle a Liam la despedida que se merece”, aseguró una fuente cercana a la familia al diario inglés The Sun. “Puede que Liam haya sido una superestrella mundial, pero para Geoff y Karen siempre será su pequeño. Será un día increíblemente difícil”, agregó.

Liam Payne falleció el pasado 16 de octubre en el Hotel Casa Sur de Palermo. El cantante murió al caer del balcón de su cuarto, ubicado en un tercer piso del alojamiento. Calificada de “muerte dudosa”, la autopsia arrojó que el intérprete de “Teardrops” había consumido varias sustancias y tuvo politraumatismos que derivaron en una hemorragia interna y externa que acabaron con su vida.

Según pudo reconstruir LA NACIÓN, ese miércoles por la tarde, Payne había bajado al lobby del hotel visiblemente fuera de sí. Ante esta situación, el personal le pidió que regresara a su habitación y apenas unos minutos después se escuchó el impacto de su cuerpo al caer desde 14 metros a un patio interno del lugar. Horas después se supo que el artista británico había estado con dos prostitutas; sin embargo, estas declararon que mientras estuvo con ellas no consumió drogas.

Su padre, Geoff Payne, viajó rápidamente a la Argentina. Recorrió el hotel, se reunió con la Policía para interiorizarse sobre la causa que investiga cómo consiguió las drogas que lo llevaron a la muerte. También visitó el santuario que los fanáticos argentinos le hicieron en la puerta del hotel.

Mientras su cuerpo es velado en Inglaterra, en Argentina la investigación por su muerte continúa. Hasta el momento hay tres personas imputadas por abandono de persona, seguido de muerte y suministro y facilitación de estupefacientes. Una de ellas es un joven de 24 años llamado Braian Nahuel Paiz. En una entrevista televisiva, el acusado negó haberle entregado drogas al cantante británico.

Además de Paiz, están imputados Rogelio Nores y Ezequiel Pereyra. El primero de ellos es el amigo y empresario argentino–norteamericano del artista fallecido. Luego de ser imputado por la Justicia por abandono de persona seguido de muerte, en concurso ideal con suministro y facilitación de estupefacientes, Nores brindó detalles del último encuentro que mantuvo con el cantante, minutos antes de su muerte.

Payne mantuvo durante su vida una dura lucha contra las adicciones. De hecho, él mismo había hecho público su consumo de drogas y alcohol a través de redes sociales e incluso en entrevistas. En 2023, pasó por un proceso de rehabilitación tras decidir internarse en un centro de tratamiento en Luisiana, Estados Unidos, donde permaneció durante 100 días.