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Desde visión borrosa hasta cataratas: qué patologías oculares puede causar la exposición al sol sin protección

En verano los niveles de radiación son muy elevados. Para cuidarse en esta etapa del año, es habitual que se difundan estudios y recomendaciones para proteger la piel y prevenir posibles patolog...

En verano los niveles de radiación son muy elevados. Para cuidarse en esta etapa del año, es habitual que se difundan estudios y recomendaciones para proteger la piel y prevenir posibles patologías, pero ¿qué pasa cuando no se tiene en cuenta la protección de los ojos?

LA NACIÓN consultó a distintos especialistas acerca de los riesgos y los cuidados necesarios que hay que tener al momento de exponerse al sol (especialmente entre las 10 y las 16). Los expertos coincidieron en que las gafas que verdaderamente protegen “son aquellas que se obtienen en una óptica certificada”, y recordaron que, aunque “el día este nublado los rayos UV siguen dañando”, para que no se minimicen las precauciones.

“La radiación ultravioleta es una forma de radiación no ionizante, es decir, es una concentración de radiación que puede producir lesiones. La fuente principal es el sol, aunque también puede suceder con el uso de cámaras bronceadoras”, introduce en diálogo con LA NACIÓN Alejandra Billagra, médica de la División Oftalmología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Si bien se trata de un tipo de radiación que puede producir vitamina D, y eso sería un punto a favor para el buen funcionamiento del organismo, “hay que saber cuidarse”, dice.

La radiación se clasifica en tres tipos: A, B y C, según su longitud de onda. “Cuando es más corta, más lesión produce. Las A es la que produce más lesiones y más penetra en la piel”, agrega Billagra.

Los ojos, cuenta, pueden sufrir daño en todas sus estructuras frente a la exposición prolongada a los rayos UV -especialmente en verano–, que se verá potenciada cuando también haya una exposición al reflejo de medios como el agua del mar, ríos y la arena.

Entre las lesiones más comunes, Ignacio Agustín Ferrari, del servicio de Oftalmología del Hospital Británico, enumera a LA NACIÓN que “están las más leves, como son los casos de fotoqueratitis, lesiones conjuntivales llamadas pingueculas y pterigion, y las patologías más graves como la maculopatia y tumores malignos como melanoma, carcinoma basocelular y epidermoide”.

Los principales síntomas de lesiones en los ojos son:

Quemaduras en las córneas o fotoqueratitis: cuando se produce una inflamación en la córnea. Cataratas: la exposición prolongada a los rayos ultravioletas contribuye a su aparición temprana, al deterioro del cristalino y a su opacidad.  Envejecimiento prematuro de la piel: no solamente pueden aparecer arrugas, sino que estas lesiones pueden dar paso a carcinomas basocelulares, carcinomas epidermoides o incluso melanomas, todos influenciados por los rayos UV. Pterigión: el crecimiento de tejido dentro del ojo que provoca pérdida de la visión. Cuando las exposiciones al sol son muy extensas, de 6 a 10 horas, producen visión borrosa, lagrimeo, fotofobia y ojo rojo. También se puede producir un espasmo en los párpados e incluso lesiones en la piel como la retinopatía solar, que generalmente es acumulativa. Es factor de riesgo de la degeneración macular asociada a la edad. En una exposición larga mirando el sol (como en el caso de los eclipses), se puede producir una lesión como un agujero macular. Recomendaciones

A la hora de tomar medidas para proteger los ojos durante el verano, hay consenso entre los especialistas consultados por este medio en que debemos incluir a los párpados, los cuales cumplen una función vital para la salud visual. Por tal motivo hay que considerar el uso de protector solar, gorro y evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16.

También coinciden en la importancia de utilizar “anteojos de sol que bloqueen la totalidad de los rayos UVA y UVB, y que siempre estén adquiridos en una óptica certificada”.

“Para evitar ardor, picazón y sensación de sequedad ocular se recomienda el uso de lágrimas artificiales para el público en general y para aquellos que ya padecen de síndrome de ojo seco, aumentar su frecuencia”, agrega la especialista del Hospital de Clínicas, que también indica “uso de sombrero de ala ancha para cubrirse la cara, la cabeza, las orejas y el cuello, con el objetivo de reforzar la protección”.

Otro punto de consenso está en la utilización de protectores solares alrededor de la región de los párpados, siempre con cuidado de no colocarlos dentro del ojo. Para facilitar la aplicación, existen productos que vienen en barra y son una buena opción.

“Por el aumento de incidencia de conjuntivitis en esta época del año”, dice a LA NACIÓN Germán Ferrari, oftalmólogo y director de la Clínica de Ojos Dr. Nano, al mismo tiempo que sugiere priorizar las medidas de higiene como “lavado de manos, no compartir toallas de cara, y consultar con un oftalmólogo ante síntomas como enrojecimiento, secreción o fotofobia”.

También destaca que “los niños son los más sensibles al sol”, por lo que recomienda utilicen “anteojos con protección UV 100 por ciento, adecuados protectores solares para la piel, sombreros o gorras y siempre que sea posible, evitar el sol en las horas pico”.

Desde el Hospital de Clínicas refuerzan lo que no se debe hacer si se busca proteger los ojos debidamente. “No hay que mirar al sol directamente ni usar anteojos de sol de baja calidad; tampoco meterse al mar, pileta o ríos con lentes de contacto (pueden ser reemplazadas por antiparras graduadas)”. En este aspecto, refuerza que hay que “evitar el uso excesivo de lentes de contacto”, y que una buena alternativa para reemplazarlas pueden ser los anteojos de sol graduados. Ante cualquier duda, siempre se recomienda hacer la consulta con un profesional, y nunca automedicarse.

Prevenir futuras patologías

Para prevenir futuras patologías, los profesionales consultados indican controles oftalmológicos frecuentes: una vez por año, si no existe algún signo de molestia que indique realizar una visita antes. “Especialmente en época de verano, en un control oftalmológico se puede detectar rápidamente si una persona tiene algún riesgo elevado de estar expuesta al sol”, explica Bianchi y brinda un ejemplo: “Si esa persona tiene ojo seco, la exposición al sol (junto a la del viento), podría empeorar su condición. Al momento de la consulta, se le puede recomendar la utilización de lubricantes oculares y minimizar los inconvenientes”.

Para el cuidado de los párpados, los anteojos de sol certificados también son muy importantes, que deberían usarse “en conjunto con un protector solar adecuado para la piel palpebral”, agrega el experto, y pide tener “especial cuidado al momento de su aplicación” ya que de ingresar a los ojos puede provocar “enrojecimiento, ardor y molestias, que, si bien son leves y pasajeras, podrán generar mucha incomodidad”.

“Otra alteración que podemos detectar en un control son las cataratas, muy comunes en personas expuestas a ‘soles fuertes’ durante el verano por el efecto acumulativo de los rayos UV, y con predisposición para su desarrollo (no a cualquier persona le sucede por el hecho de estar muy expuesta al sol)”, continúa.

Finalmente, otra enfermedad que se puede detectar es la degeneración macular, muy asociada a la edad. Es una patología en la que se va avejentando una región de la retina; la exposición al sol sin protección adecuada no hace más que empeorar su evolución. “En estos casos se puede recetar anteojos con filtros específicos, donde el médico oftalmólogo indique al óptico la necesidad de utilizar una protección específica”, desliza.

¿Qué pueden provocar los anteojos que no se venden en ópticas certificadas? “El uso de anteojos no certificados nos generan una falsa sensación de seguridad y, a nivel del ojo, generan una dilatación de la pupila, producto de la oscuridad que otorgan, por lo que aumenta el ingreso de rayos dañinos a la retina sin ser bloqueados por ningún filtro. Por otro lado, los anteojos mal graduados generan síntomas como dolor de cabeza, mareos y cansancio ocular, por lo que es importante que los mismos sean indicados por un oftalmólogo y adquiridos en una óptica certificada”, concluye el especialista del Hospital Británico.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/desde-vision-borrosa-hasta-cataratas-que-patologias-oculares-puede-causar-la-exposicion-al-sol-sin-nid24012025/

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