Juan Sebastián Verón y Agustín Pichot se conocieron en los primeros años de este siglo, cuando los dos jugaban en Inglaterra. En Manchester United el futbolista, en Bristol el rugbier. Desde entonces entablaron una amistad que se fortaleció con los años. Ese fue el génesis para que, dos décadas más tarde, habiendo los dos devenido en prestigiosos dirigentes en sus disciplinas, los Pumas desembarquen en el estadio de Estudiantes de La Plata para cerrar el círculo que hermana al fútbol con el rugby.

El sábado próximo, desde las 19, los Pumas conocerán un nuevo hogar cuando reciban a Australia en el estadio UNO Jorge Luis Hirschi de La Plata, por la tercera fecha del Rugby Championship 2024. Luego de 10 años, el seleccionado vuelve a jugar en la capital provincial, una ciudad que respira rugby y que debe los orígenes de su práctica al club pincharrata.

Al finalizar sus carreras deportivas, que en ambos casos incluyeron un paso destacado por sus respectivos seleccionados, tanto Verón como Pichot emprendieron el camino dirigencial. Verón llegó a la presidencia de Estudiantes en 2014, cargo que recuperó tras un mandato como vice. Desde la UAR, Pichot se encumbró como un importante directivo a nivel mundial. Con la reinauguración del coqueto estadio en 2019, surgieron los acercamientos para albergar a los Pumas. La pandemia de Covid del año siguiente postergó la iniciativa. No dieron los tiempos en 2022, cuando repentinamente hubo que buscar un nuevo escenario para el duelo ante Springboks ante la imposibilidad de jugar en Vélez, honor que finalmente recayó en Independiente.

La falta de oferentes de localidades del interior fue el primer criterio para elegir una sede, y abrió una nueva plaza para Buenos Aires, que por un tema de reducción de costos es la segunda opción, y así renació la posibilidad de que Estudiantes se sume como anfitrión a la cancha de Vélez, donde se jugó el segundo Test Match ante Francia en julio. Luego de descartar el Monumental por su excesivo cachet, cuando todavía no había vuelto Marcelo Gallardo (que prohíbe que se juegue rugby allí para cuidar el césped), el viejo anhelo de ambas partes se hizo realidad.

Inaugurado inicialmente en 1907, demolido y reconstruido en 2019 en el mismo predio de 1 y 57, el estadio UNO Jorge Luis Hirschi tiene capacidad para 32.530 espectadores, aunque el sábado desde las 19 serán algunos menos, ya que la regulación de la Sanzaar exige que todos estén sentados. El talante inglés tiene reminiscencias con el Old Trafford, donde Verón jugó dos años, y que Pichot y Felipe Contepomi visitaron una noche que terminó de juerga en una recorrida por bares en un ómnibus con David Beckham y Ruud van Nistelrooy, como los protagonistas contaron en una entrevista reciente. Estadio en el que también los Pumas fueron locales ante Inglaterra, en junio de 2009. Desde su reapertura, la intención fue albergar otros espectáculos, además de los partidos del club local, y así fue escenario de recitales de Fito Páez, Wos y Tini Stoessel, entre otros artistas.

Los Pumas, entonces, volverán a la ciudad que cobijó los primeros tres duelos ante los All Blacks por el Rugby Championship, de 2012 a 2014 (tres derrotas), aunque eso fue en el Estadio Único, antes de regresar a Vélez. Justicia para una ciudad que es uno de los principales semilleros del rugby argentino. En el plantel actual, los tres clubes principales están representados: La Plata, con Lucio Cinti; Los Tilos, con Ignacio Mendy, y San Luis, con Agustín Creevy, quien cumplirá su sueño de despedirse de los Pumas jugando frente a su gente y en la cancha del club que es hincha.

Pero los inicios del rugby en La Plata están afincados en los clubes que hoy proliferan en el fútbol, Estudiantes y Gimnasia. A principios del siglo pasado, los dos tenían su propio equipo, que participaba de la tercera división del certamen de la River Plate Rugby Union, la antecesora de la UAR. Primero los pincharratas, a partir de 1912, y más tarde el Lobo, a mediados de la década del 20. Los propios jugadores del equipo de fútbol, todavía amateur, practicaban las dos disciplinas. De hecho, el propio Jorge Luis Hirschi, prestigioso médico, intendente de La Plata y presidente de la institución que le da el nombre al estadio, jugó al rugby en Estudiantes y más tarde en el CASI.

Uno de los sucesos que impulsó la práctica del rugby fue la presentación del seleccionado de las Islas Británicas (hoy denominado British & Irish Lions), en el marco de su segunda gira por la Argentina, en 1927, del cual da cuenta el periodista Hugo Mackern, más conocido como Free Lance, en su libro Historia del Rugby Argentino, recuperada por su colega Santiago Roccetti en Instagram (@sroccetti). El 15 de agosto, el octavo de los nueve partidos, que incluyó cuatro Test Matches ante el seleccionado argentino, fue ante un combinado de la RPRU, que en los anales de los Lions figura como “Combinado de Clubes”, se jugó en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata con victoria para los británicos por 29-3.

El equipo local era una combinación de jugadores del seleccionado con otros invitados a modo de “premio consuelo” por haber estado como suplentes en los anteriores, según Mackern. “Cuando los visitantes salieron al campo de juego a reconocer el estadio se asombraron al ver el alambrado olímpico, que para ellos era una novedad absoluta, y varios de ellos se prendieron del alambre dando saltos y gritos como si fueran fieras que querían escapar del encierro”. Y más abajo agrega: “La gran mayoría de los espectadores, que The Standard calculó en 3000, veía un partido de rugby por primera vez”. A partir de allí, el entusiasmo fue in crescendo.

Otras presentaciones más recientes del seleccionado en la ciudad de las diagonales, aunque no oficiales, fueron ante New South Wales en 2013 (éxito 29-27) y ante Barbarians Franceses en 2015 (victoria 21-19), ambos como preparación para sendos Rugby Championships, ambos disputados en La Plata Rugby.

De jugadores a dirigentes, conservando la amistad de siempre, Verón y Pichot le devuelven a La Plata un Test Match de nivel internacional. Y Los Pumas tendrán una nueva casa.