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Cuál fue la clave para convertir a los gatos en animales domésticos

La relación entre humanos y gatos es tan antigua como misteriosa...

La relación entre humanos y gatos es tan antigua como misteriosa, marcada por un proceso de domesticación que, a diferencia de otros animales, parece haber sido sutil y gradual. Los estudios recientes que comparan el genoma de los felinos domésticos con el de sus ancestros salvajes arrojan luz sobre cómo estas criaturas fueron atraídas hacia la convivencia con humanos, en parte gracias a su respuesta a las recompensas y al afecto.

Hace aproximadamente 10.000 años, los primeros humanos que intentaron domesticar a estos seres notoriamente solitarios y esquivos se valieron de ofertas de comida y caricias para atraerlos. Los gatos que respondían a estas atenciones eran más propensos a ser criados, lo que dio paso a generaciones de felinos cada vez más amigables y sociables. En términos científicos, se habla de que esta selección temprana se centró en individuos que mostraban una mayor disposición a interactuar con humanos, una tendencia que con el tiempo se solidificó en su genética.

Se cree que la expansión de los gatos por Europa, y posteriormente a América, fue significativamente influenciada por el Imperio Romano, aunque estos felinos ya marcaban presencia en el continente mucho antes de esta era. Hallazgos arqueológicos en Polonia, por ejemplo, revelaron restos fósiles de estas criaturas que datan de entre los años 4.200 y 2.300 a.C. Este descubrimiento sugiere que estos animales podrían ser descendientes del gato de Nubia.

Los cambios clave en la genética de los gatos

La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, identificó diferencias significativas en 13 genes claves entre los gatos domésticos y los salvajes. Estos incluyen aquellos que afectan los centros cerebrales de recompensa y el desarrollo neuronal, que son cruciales para la producción de dopamina, conocida como la “hormona del placer”. Los cambios genéticos sugieren que los primeros felinos que se acercaron a los asentamientos humanos fueron aquellos que mejor respondieron a las recompensas ofrecidas, como la comida y el afecto físico.

Además, los gatos domésticos mostraron adaptaciones en áreas genéticas relacionadas con la memoria y el condicionamiento del miedo, lo que implicaría una mejor capacidad para recordar las interacciones positivas con los humanos y una reducción del miedo hacia ellos. Estas adaptaciones probablemente facilitaron la integración de los animales en los entornos humanos, donde su habilidad para controlar las poblaciones de roedores fue altamente valorada.

Otro aspecto interesante del estudio es el descubrimiento de que todos los gatos, tanto salvajes como domésticos, comparten genes que les proporcionan una audición superior y una visión adaptada a condiciones de poca luz, características valiosas para su papel tradicional como cazadores de plagas. Sin embargo, a pesar de estas habilidades sensoriales avanzadas, los felinos domésticos tienen menos genes relacionados con el olfato en comparación con los perros, que poseen una capacidad olfativa más desarrollada.

Desde un punto de vista evolutivo, se cree que todas las especies reconocidas dentro de la familia Felidae provienen de un ancestro común que probablemente vivió en Asia hace aproximadamente 10 a 12 millones de años. Durante los últimos 10 a 11 millones de años, esta familia experimentó una rápida expansión y diversificación, y hace tres millones de años, los gatos ya poblaban casi todas las regiones del planeta, con la excepción de la Antártida, el Ártico y Australia.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/mascotas/cual-fue-la-clave-para-convertir-a-los-gatos-en-animales-domesticos-nid19072024/

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