Los robos de autos se dispararon un 35% en abril último, según informó Ituran Argentina, empresa especializada en recupero vehicular. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), si bien la modalidad más incurrida por los delincuentes es el robo a mano armada, empezó a generar preocupación una forma de robo silencioso cuyo fin no es siempre la huída con el auto.

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El miércoles último, un hecho delictivo en la zona de La Horqueta, partido de San Isidro, alertó a los vecinos del lugar por la crecida del uso de inhibidores para asaltar vehículos. Una alumna de un colegio del área dejó su auto estacionado en la colectora del Ramal Tigre de la Panamericana y, al regresar, descubrió que todas sus pertenencias habían desaparecido.

Una hora más tarde del encuentro, los delincuentes habían gastado $300.000 con su tarjeta de crédito, posteriormente bloqueada por la entidad emisora del plástico por la detección del fraude.

Lo que le pasó a la joven no es más que un ejemplo de una modalidad que ha tomado relevancia en los últimos meses. Tanto en la provincia como en la Ciudad de Buenos Aires, la Policía detectó un crecimiento del uso de inhibidores que actúan como bloqueadores de señal de las alarmas de los autos.

Su uso es sencillo: cuando una persona baja de su vehículo y activa el cierre centralizado, el dispositivo utilizado por los delincuentes bloquea la salida de la señal y deja el auto abierto. Sin levantar sospechas, se acercan a la unidad y la abren sin necesidad de violentar la cerradura, activar las alarmas ni hacer movimientos sospechosos.

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Una vez dentro, según el interés de los criminales, directamente roban el vehículo o bien aprovechan para llevarse objetos de valor guardados adentro del habitáculo. “Nuestras recomendaciones para los asegurados es que eviten frecuentar zonas peligrosas, revisen el funcionamiento de las alarmas y medidas de seguridad e intenten no dejar dentro del vehículo objetos de valor”, explicó Paula Sambugnach, jefa de Siniestros en Libra Seguros.

Ahora bien, no existen dispositivos de bloqueo para los inhibidores y el consejo que dan las autoridades así como empresas de seguros y especialistas gira en torno a lo mismo: no dejar objetos de valor, revisar que el auto haya quedado cerrado e instalar alarmas sonoras que hagan algún sonido al activarse el cierre centralizado.

Mientras tanto, en redes sociales empezó a circular una suerte de truco casero para que la señal no sea clonada ni interceptada por estos dispositivos. Según informan, recubrir el control remoto que activa el cierre con papel aluminio sirve para crear “una celda protectora” que evita que las ondas electromagnéticas sean recibidas por los instrumentos que utilizan los delincuentes.