Creadores: la arquitecta que se convirtió en la nueva voz emergente del interiorismo argentino
¿A qué te gustaría que huela tu casa? ¿Cuál sería la música de tu refugio personal? A partir de un cuestionario personalizado, la arquitecta e interiorista Lucía Quinteros boceta el perfil ...
¿A qué te gustaría que huela tu casa? ¿Cuál sería la música de tu refugio personal? A partir de un cuestionario personalizado, la arquitecta e interiorista Lucía Quinteros boceta el perfil del habitante de su próximo trabajo. Desde la intensidad de la luz a la paleta de colores, Quinteros –referente de la nueva generación de interioristas– diseña hogares con adn propio.
El baño XXL que cosechó aplausos en la última edición de Casa FOA, la clínica de cirugía estética proyectada a partir de requisitos insólitos, el monoambiente que responde a las necesidades de un joven empresario: el estilo de Quinteros apunta a los detalles, detiene su mirada en los pliegues de los materiales y hasta que el usuario no diga ¡me vuelvo loco! no para.
A los 31 años es una de las voces que suenan más fuerte en los desarrollos que comprenden estándares de alta gama. Si bien de chiquita pensaba que los números marcarían el rumbo de su carrera –mamá contadora, papá administrador de empresas– fue una calle la que le marcó el camino. La ruta que definió su vocación está en Arenales, el epicentro del distrito de diseño que la llevaba y traía desde su casa, en la calle Montevideo, hasta el colegio Jesús María, en Talcahuano.
“Toda mi vida viví en Recoleta, y desde los 3 hasta los 18 años fui al mismo colegio, hacía el mismo recorrido. El mejor diseño, las mejores firmas del país y los muebles más exquisitos me quedaron grabados”, dice Quinteros, desde su estudio con vista al Botánico.
Su primer trabajo, cuando todavía estudiaba Arquitectura en la FADU-UBA fue remodelar el toilette de su tía. Era mínimo. “Fui más de cinco veces a elegir inodoros, llegué a soñar con ese baño”, recuerda Lucía entre risas. Después se ocupó de la cocina, el living y otros espacios. Hasta que su mamá le encargó el proyecto de su nuevo departamento, en la Isla de la Recoleta. Se obsesionó y sentía “una emoción que me atravesaba todo el cuerpo cada vez que se me ocurría una idea nueva”.
No me interesa decorar, me interesa transformar la manera en la que te vas a sentir en un espacio, tu espacio
Esa pasión que parece no tener fecha de vencimiento la llevó a armar su propio estudio, justo un año antes de la pandemia. Ren, el nombre elegido para su oficina, significa ‘puro’ en danés. Y este concepto se manifiesta en los diseños minimalistas, la presencia de los tonos neutros, los espacios contemporáneos y a su vez acogedores. “Un buen diseñador no diseña cómo algo se ve, diseña como algo se siente: este es el lema de Ren”.
Cuando se dio cuenta, había contratado a cinco personas y tenía el calendario marcado en rojo, lleno de obras por delante. “Pensar que yo quería ser como mi mamá, dedicada a los números, siempre me sacaba 10 en Matemáticas”, comenta. Y se acuerda de la actividad organizada por el colegio donde pasaban un día entero con un profesional. Ella eligió una arquitecta: “No puede ser que esto sea un trabajo, es un sueño”, se sorprendía la creadora de la Sala de baño de Casa FOA –en el ex Edificio del Plata– que le valió el premio al Nuevo Talento, el premio Roca al mejor diseño de baño y el de Atrim Global a la mejor aplicación de producto.
“Proyectamos un refugio de bienestar como un espacio íntimo para degustar experiencias que estimulan todos los sentidos. Esta Sala de Baño propone la reconfiguración de este ambiente como templo de relax”, apunta Quinteros sobre la propuesta pensada para una mujer que ama el arte y el diseño, que despliega sus propios rituales de relajación para desconectarse del vértigo urbano y reconectarse con la Naturaleza.
Además de una fragancia puntual elegida para el espacio, la interiorista también incluyó obras de arte y diseñó una playlist con temas de Keren Ann, Lara Louise, Angelina Jordan y Etta Jones, entre otras artistas. “Aromas, iluminación, texturas y música para componer una experiencia sensorial. No me interesa decorar, me interesa transformar la manera en la que te vas a sentir en un espacio, tu espacio”, dice contundente.
Si hay algo que Lucía aprendió en su recorrido acelerado es que el proceso de una refuncionalización es complejo. “Convivir con una obra es casi imposible. Pongo esa condición cada vez que arranco con una nueva, que los usuarios no respiren el polvo y la mugre que implica reformar sus casas. Ese es un punto de dolor clave, por eso intento resolverlo con la mayor cantidad de recursos posibles. El otro, la gestión del tiempo. Hubo clientes que me adelantaron el total de los gastos, llegaron a la casa remodelada y hasta tenían las sábanas puestas y la vajilla nueva ordenada”, apunta. Y aclara: “Me propongo cambiar la calidad de vida de las personas, no me conmueve remodelar para vender, sí para mejorar el día a día de la gente”.
Entre la paleta de materiales, la madera y los textiles figuran al tope de sus favoritos. “Me cuesta una casa sin madera, sin calidez, sin arte”, dispara. De hecho, una de sus últimas obras es una clínica de rinoplastia que se vincula con una galería de arte, con obras digitales, instalaciones, esculturas y mobiliario con formas orgánicas. En tanto, para un departamento de apenas 100 m2, apeló a una solución de diseño integral para resolver las funciones de cocina, comedor y living.
“Diseñamos un gran mueble central que se transformó en el organizador del espacio, realizado con la misma madera de las alacenas para que hablen el mismo lenguaje. Funciona como isla ya que está ubicado en paralelo a la mesada y resuelve el apoyo complementario y el sector desayunador aledaño a la cocina”, plantea.
Si durante la entrevista previa el cliente menciona el perfume de los jazmines, la interiorista traducirá el aroma a cierto estilo romántico. Si, en cambio, habla de torta recién horneada, surgirán tonos cálidos. “Cuando dicen olor a limpio ya me imagino una cocina impoluta. Y si les gusta la música house, también optarán por las líneas rectas”, categoriza Quinteros, auténtica traductora de sensaciones en diseños personalizados.
Atenta y curiosa, viaja por las ferias de diseño más emblemáticas del mundo para empaparse de tendencias y novedades. Entre los referentes, le fascina la creatividad e innovación del diseño brasileño, como los estudios de Juarez Cruz o Jader Almeida.
“Destaco la exquisitez y el buen gusto del diseño italiano como Piero Lissoni o Antonio Citterio. Y la diseñadora Ilse Crawford es, por excelencia, la que mejor capta la identidad e historia de cada cliente”, enumera la fundadora del estudio Ren, fan del diseño danés que le hace honor al significado del nombre: pureza, armonía y elegancia, las claves de una protagonista del diseño local.