Cortes de luz en el verano: el Gobierno prepara un plan de contingencia con interrupciones programadas y un plus para los altos consumos
CÓRDOBA.- El gobierno de Javier Milei está dándole las puntadas finales a un plan energético de contingencia de cara al verano, cuando el país enfrentaría altas temperaturas, por encima de la...
CÓRDOBA.- El gobierno de Javier Milei está dándole las puntadas finales a un plan energético de contingencia de cara al verano, cuando el país enfrentaría altas temperaturas, por encima de la media de los últimos años. Hay medidas previstas para generación, transporte y distribución, como la aceleración de trabajos pendientes, contar con alternativas de generación y algunas señales tarifarias que quiten incentivos al consumo.
LA NACION pudo reconstruir los planteos de las autoridades ante diferentes actores del sistema. Allí indicaron que puede haber cortes programados, tanto para usuarios industriales como residenciales. También enfatizaron la falta de recursos para producir más potencia en la centrales térmicas. En esas condiciones, los cortes serían 21% más que en el verano pasado; si se destraba la disponibilidad de combustible para las generadoras, esa proyección pasa al 5%.
El secretario coordinador de Energía y Minería del Ministerio de Economía, Daniel González, lo anticipó hace dos semanas: “Va a ser un verano complicado. Trabajamos en un plan de mitigación de urgencia y de largo plazo”. Fue el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien adelantó los ejes del programa en una reunión de la semana pasada.
Consultado por este diario, señaló: “Las medidas en las que estamos trabajando abarcan a toda la cadena de suministro. Tratando de proteger que, frente a picos de demanda y escasez de la potencia disponible, todos contribuyan mediante distintas medidas para evitar cortes prolongados. Especialmente, trabajamos en tener un régimen de rápida respuesta frente a situaciones que sean de fuerza mayor”.
También el titular de Cammesa, Mario Cairella, habló del tema con integrantes de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas y Otros Servicios Públicos (FACE), con quienes volverá a encontrarse esta semana.
Aunque el sector energético es una de las “estrellas” de la economía argentina, el eje no está en el sistema eléctrico, sino en el de petróleo y gas por el impacto de Vaca Muerta. El atraso de las tarifas acumulado durante el gobierno de Alberto Fernández -cuando aún no se había terminado de recuperar en la gestión macrista- tuvo su consecuencia en la desinversión en redes y generación. De hecho, González en su presentación repasó la fragilidad y mencionó que era el fruto de “muchísimos años, y yo no quiero hablar de un gobierno u otro, ¿no? De décadas de hacer las cosas mal”.
La preocupación del Gobierno es que con las actualizaciones tarifarias que se vienen registrando los usuarios no tolerarían cortes en el sistema. No sería la primera vez que la Argentina podría sufrir apagones, pero el efecto en el humor social después del cambio en el precio se magnificaría. En el caso puntual de las tarifas, lo que se analiza es un incremento para los consumos más altos, para disuadir el uso. Esos incrementos se aplicarían exclusivamente para el consumo que supere el límite establecido, no para todo el consumo del período medido.
La Argentina, por no contar con la infraestructura necesaria, no puede aplicar tarifas por franjas horarias y, como se sabe, los picos de consumo desafían la estabilidad de la red que durante buena parte de la jornada está subutilizada. Córdoba es el distrito más avanzado en la instalación de medidores eléctricos.
La proyección de las autoridades para el verano es que habrá un pico de demanda récord en torno a los 30.700 megawats. La falta de lluvias -que recién llegarían en enero- complica también la generación de las centrales hidroeléctricas argentinas. Además, el impacto es el mismo en Brasil, de donde la Argentina importa energía.
Pese a las urgencias de contar con fuentes de generación, la central nuclear Atucha I saldrá de operaciones a fines de este mes para dar inicio a los trabajos de extensión de su vida útil, por lo cual el sistema no contará con los 362 megawats que viene entregando. La Autoridad Regulatoria Nuclear en junio autorizó a Nucleoeléctrica a operar la central hasta el 29 de este mes.
Entre los puntos que incluye el programa diseñado por Energía está solicitarle a Transener, empresa que se dedica al mantenimiento de las redes y estaciones de alta tensión, que cumpla con los plazos de los trabajos pendientes. Fuentes del sector indicaron a LA NACION que hay “atrasos” en algunas tareas y eso debe ser solucionado en el corto plazo; también se gestiona la disposición de la reserva de transformadores de alta potencia del sistema de alta tensión. El segmento de la transmisión requiere de inversiones urgentes.
Las autoridades convocarán a una reunión a quienes tienen grupos electrógenos (desde centros comerciales a clínicas) para armar una suerte de red de contención que permita actuar con velocidad en casos de cortes importantes. Lo que busca Energía con la estrategia es contar con un back up “siempre listo”.
En noviembre pasado, Diana Mondino -entonces ya canciller designada por el presidente Javier Milei- recomendó en la conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA): “Vayan comprándose un generador porque no da para todos”.
En diálogo con los referentes del sector cooperativo, Cairella les señaló que el Gobierno tiene programado llevar a tarifa plena la generación de energía. Actualmente, está al 70% de ese objetivo; marzo es el plazo tope que Milei ha fijado para quitar todos los subsidios a la electricidad y al gas.
En ese encuentro, además, se abordó la deuda de las cooperativas con Cammesa. Las entidades reunidas en FACE no se sumaron a las presentaciones judiciales iniciadas por la Cooperativa de Villa Gesell, por la que el Gobierno está dispuesto a llevar el tema hasta la Corte Suprema de Justicia.