Una pareja sufrió el peor momento de sus vidas a cinco años de adquirir la casa de sus sueños. Esta historia le sucedió a Jess y Jackie Morecroft, quienes compraron una propiedad del suburbio de Mermaid Beach, en la Costa Dorada de Australia, durante una subasta de acreedores hipotecarios que sucedió en marzo de 2018. En aquel entonces, pagaron más de 1,2 millones de dólares por ella, pero cuando quisieron transferirla a sus nombres, descubrieron que se encontraba en el centro de una disputa legal con el propietario original, Hind Issa.

Tras esa novedad, se le informó a la pareja que Issa había colocado una advertencia que se les había pasado por alto, en la que informaba un reclamo de intereses por la propiedad y afirmaba que la casa había sido “hipotecada fraudulentamente por delincuentes“. En consecuencia, y pese a que la pareja pagó una considerable suma por su compra y vivió allí durante cinco años, todavía se encontraba registrada a nombre del hombre de 83 años y no tenían ningún derecho sobre ella.

Por su parte, el propietario original de la propiedad alegó que su firma en la hipoteca había sido falsificada por un familiar, lo que llevó a su venta, cuyo valor desde entonces había aumentado a la suma de 2,7 millones de dólares.

Luego de que salieron a la luz estos hechos, ambas partes se vieron las caras en los tribunales, donde se disputaron la propiedad de la casa durante el año pasado. Allí, se dictaminó que Issa era el legítimo propietario y la pareja no tenía ningún derecho legal.

En diálogo con ABC, Jess se refirió en aquel momento a la terrible experiencia que le estaba tocando vivir y expresó: “Compramos la casa, nos mudamos y luego nos demandaron. Desde entonces ha sido una pesadilla que avanza lentamente”. Asimismo, sumó: “Nos hemos sentido algo impotentes y atrapados. Aquí hay un punto final para nosotros, que nos arruinaría por completo... nos sentimos muy desesperados en este momento”.

Durante la batalla legal, se conoció que Issa había añadido una advertencia sobre la propiedad en un intento por detener la venta, pero luego acordó eliminarla tras negociaciones con el vendedor, a cambio de 40.000 dólares, que aparentemente recibió. Por su parte, el abogado de la pareja argumentó que la eliminación de la advertencia implicaba que no tenía ningún interés por la casa, pero el juez de la Corte Suprema Lincoln Crowley desestimó esto.

“Financieramente, es enorme perder todo por lo que has trabajado. El gobierno debería estar ahí para respaldarnos, porque no hemos hecho nada malo”, expresó Jackie.

Poco tiempo después, la causa tuvo un sorpresivo giro. Se le ordenó al gobierno de Queensland que les pagara a los Morecroft la suma de 2,7 millones de dólares como compensación por daños y perjuicios relacionados con el incumplimiento de contrato. Pese a que el gobierno estatal negó cualquier responsabilidad e insistió en que no tenían nada que ver con las pérdidas de la pareja, el Tribunal de Apelaciones de Queensland indició que debían pagarle la suma pautada.

Tras este hecho, tanto Jess como Jackie expresaron que se encontraban “increíblemente aliviados”. “Han sido seis años muy largos y que la decisión original fuera confirmada por unanimidad fue simplemente enorme”, agregó la mujer, quien terminó su historia con final feliz.