Cómo se desarrolló el Vaca Muerta de EE.UU. y qué puede aprender la Argentina para aumentar sus exportaciones de petróleo
NEUQUÉN.– En esta ciudad hay una coincidencia unánime: Vaca Muerta ya no es un potencial, es una realidad. “Solo depende de nosotros ver cuánto puede crecer”, dicen los empresarios del sec...
NEUQUÉN.– En esta ciudad hay una coincidencia unánime: Vaca Muerta ya no es un potencial, es una realidad. “Solo depende de nosotros ver cuánto puede crecer”, dicen los empresarios del sector energético. Para tomar dimensión, hoy la cuenca es responsable de 403.000 barriles diarios de los 725.000 que produce el país (56%); mientras que explica 101,4 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) de gas de los 153 millones totales (66%).
Sin embargo, el país todavía está lejos de ser un jugador global, pero tiene todas las condiciones. “Vemos dos tendencias muy importantes. Una es la transición energética, donde el gas argentino juega un papel fundamental. La otra es la seguridad energética de los países, donde el posicionamiento de la Argentina puede convertirnos en un proveedor confiable y sin riesgos geopolíticos para esas naciones”, dice Ariel Bosio, vicepresidente de la Argentina-Texas Chamber of Commerce (ATCC), la organización detrás del Argentina-Texas Summit, que se lleva adelante en esta ciudad.
El argentino vive hace 15 años en Estados Unidos y explicó cómo Permian, la cuenca no convencional de la cual Vaca Muerta adoptó la tecnología del fracking, cambió la situación económica de ese país. Casi 12 años atrás, la producción de Permian era cero; hoy se sacan casi 6 millones de barriles por día y más 18 billones de m3/d de gas. En este momento están operando 300 equipos de perforación y 400 operadores invirtiendo para aumentar la producción.
“Estados Unidos pasó de ser un importador de energía a convertirse en el productor número uno de petróleo con 13 millones de barriles, por encima de Arabia Saudita. También se convirtió en el exportador número uno de gas natural licuado (GNL) a nivel global, teniendo una capacidad instalada de 100 millones de toneladas anuales (MTPA), que comenzó hace apenas seis años y que la van a duplicar en los próximos 10 años”, cuenta Bosio.
Para comparar, el proyecto Argentina GNL que lidera YPF en el país tendrá una capacidad instalada de 30 MTPA y podría estar completado recién en 2031. El barco de licuefacción que traerá al país Pan American Energy (PAE), en sociedad con Golar, en tanto, tendrá una capacidad para licuar 2,45 MTPA.
“Permian es 10 veces el tamaño de Vaca Muerta, en cuanto a actividad y producción, y Estados Unidos es 20 veces la Argentina a nivel energético. Esto muestra que hay una oportunidad enorme para la cadena de valor de nuestro país”, dice Bosio.
El empresario energético dejó algunas enseñanzas acerca de qué puede aprender la Argentina. “El país tiene que empezar fundamentalmente por mejorar su marco regulatorio y por la macroeconomía, que van de la mano, para proveer la estabilidad y sostener las inversiones en el tiempo”, dijo.
Luego, dio algunos consejos de la experiencia de Estados Unidos. “El primero es que tiene que haber un premio; si no, no hay incentivo. Ese premio para las empresas fueron los precios, más la posibilidad de generar valor de mercado a través de transformar recursos en reservas. Por el lado del gobierno, el premio fue la seguridad energética y la balanza comercial a partir de la geología. Los recursos estaban y solamente se pudieron poner en valor a través de la innovación”, dijo.
“La innovación no es solamente el tema del pozo petrolero, sino la innovación desde todo punto de vista regulatorio, de los contratos comerciales, de la cadena de supply chain, la cadena de valor, el financiamiento. Y en Estados Unidos, uno de los grandes aprendizajes es que todo esto es a través de los partnerships. No existe el tema de alguien que quiera solucionar solo todos los problemas. Existe la vinculación entre muchísimas empresas para encontrar las soluciones, innovar y hacer de una oportunidad un negocio. Y finalmente, lo clave fue el tema de las políticas, el marco regulatorio”, concluyó.