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Cómo es el primer hotel nómada del mundo que se instalará en el Amazonas y vale 900 euros la noche

Cuando el actor francés Thierry Teyssier decidió dejar los escenarios para incursionar en la industria hotelera, tenía un objetivo en mente: cambiar el concepto de hospitalidad. Para él, la hos...

Cuando el actor francés Thierry Teyssier decidió dejar los escenarios para incursionar en la industria hotelera, tenía un objetivo en mente: cambiar el concepto de hospitalidad. Para él, la hospitalidad turística había perdido de vista la generosidad y el don de servicio, dos pilares vitales dentro de la industria.

Más de dos décadas después, el empresario cuenta con un hotel en Marruecos —considerado uno de los mejores del mundo según el listado Condé Nast Traveler Gold List 2024— y es el fundador del primer hotel nómada del mundo.

Hace seis años, este concepto inició la revolución de la hospitalidad clásica, cambiando de ciudad cada seis meses con el fin de ofrecer su exclusivo servicio en lugares recónditos del mundo. Hoy llega al Perú por primera vez y abrirá sus puertas este mes de junio.

Hotel itinerante, la revolución del turismo

700′000 Heures (horas en francés), es el nombre del hotel nómada y hace referencia al tiempo estimado que pasa el ser humano en el planeta tierra. Con ese número de horas en mente, Teyssier cuida al detalle el disfrute de sus huéspedes, procurando que la experiencia en su hotel valga el tiempo invertido. El concepto del proyecto es simple: ofrecer una experiencia personalizada para cada huésped, aprovechando la infraestructura, gastronomía y artesanía local de cada destino al que llega; al mismo tiempo que genera trabajo para comunidades locales de la zona.

El hotel nómada cambia de destino cada medio año. Hasta el momento, ha estado ubicado en lugares como Japón, Italia o Brasil. Cada seis meses, Teyssier guarda sus pertenencias —muebles, sofás, mesas, vajillas y demás— en cien baúles artesanos y se muda a un nuevo destino, en el que elige un edificio o casona para crear un hotel desde cero. Sus fieles huéspedes están a la expectativa del nuevo destino, con el fin de revivir la magia de la exclusividad en un ambiente aún desconocido para ellos.

Los hoteles creados por Teyssier no cuentan con restaurantes, bares o zonas comunes. No hay hora de check in o check out, no existe la carta de comidas ni las actividades programadas. El empresario francés rehúye toda la estructura de la hospitalidad clásica, pues considera que es limitante. “Si lo piensas, los hoteles se enfocan en su propia organización. Entonces si un huésped quiere dormir hasta las 2 p.m. y desayunar a esa hora no puede porque el horario ya terminó. Si estuvo en un avión toda la noche y llega a las 6 a. m. al hotel, tiene que esperar hasta las 4 p. m. para hacer el check in. ¿Me entiendes? ¿Por qué? ¿Por qué es tan difícil organizar todo de otra manera? Ahí empecé a pensar que tal vez era posible ejercer la hospitalidad de otra forma”, reflexiona.

“Entendí que un hotel debería ser un lugar en el que cada persona pueda vivir la experiencia según sus propios deseos. Así que decidí que mis hoteles no iban a tener restaurantes, ni bares, ni zonas comunes, en lugar pondría una mesa solo para el huésped donde y cuando quiera. Y así empezamos a pensar en un proyecto, un hotel donde la exclusividad y la ausencia de reglas podrían ser o convertirse en la única regla”, agrega.

El concepto de hotelería de Teyssier se enfoca en la exclusividad y las experiencias personalizadas. De ahí que la experiencia pueda ser descrita como inesperada. No hay reglas, todo es posible. Cada huésped es asignado un equipo que estará atento a sus necesidades: lo que desean comer y las actividades que quieren realizar durante su estadía. El nivel de personalización de cada viaje asegura la satisfacción de los huéspedes, por ello el proyecto fue un éxito desde su apertura en el 2018.

Un nuevo escenario: la selva peruana

Este año, el hotel nómada llega al Perú. Será la primera vez que Teyssier no construirá el hotel, sino que ha elegido las instalaciones del Bosque Guardián Lodge para transformarlas y brindar su esencia. El hotel se encuentra ubicado en el kilómetro 27.9 de la carretera Tarapoto-Yurimaguas, en el departamento de San Martín. La estratégica locación lo convierten en un santuario natural: una serie de bungalows que se abren paso entre árboles y caminos. Un refugio en medio de la selva.

“Perú estaba en mi lista de deseos (ríe). Suena gracioso, pero así es. Creo que el Perú está subestimado y no entiendo por qué. Tienen a las personas más fantásticas que he conocido, una cultura increíble y una historia detrás de todo. Vistas preciosas en todas partes, la naturaleza es increíble y la comida... Dios mío. Tienen todo en sus manos”, opina.

Cuando Teyssier decidió que el Perú sería su próximo destino, descubrió que más del 60% del territorio peruano es de bosques tropicales. Su interés por la selva aumentó cuando conoció el Bosque Guardián Lodge. El hotel se encuentra cerca al área de conservación de la Cordillera Escalera y cuenta con proyectos que promueven la biodiversidad y reforestación, entre otros fines de desarrollo ambiental y social. De ahí que Teyssier lo haya elegido como la sede del hotel nómada en el Perú.

El hotel ha sido transformado siguiendo la visión de Teyssier. El restaurante se ha convertido en un laboratorio forestal y las habitaciones han sido totalmente reformadas. El hotel contará únicamente con tres suites con una capacidad para cuatro personas cada una. Cada una de ellas tendrá una habitación, una sala de estar y un área de meditación y yoga que también podría ser una habitación para niños.

Además, la oferta gastronómica ha sido creada por el chef Gregorio Laban y está basada en productos totalmente locales como el cacao, la yuca y el pan de árbol. Aunque, como se mencionó anteriormente, el platillo será elegido por el propio huésped con algunas recomendaciones previas.

A su vez, quien visite el hotel contará con diversas experiencias a su elección. Entre ellas, pasar una noche en la torre del observatorio que se encuentra en medio del bosque, disfrutar de un picnic cerca al río, realizar una expedición en las cataratas, preparar chocolate en la plantación de cacao, entre muchas más.

“La idea es crear un lugar cómodo y exclusivo, pero que aún esté conectado con la vida local del destino. Entonces, por ejemplo, el huésped puede desayunar un día en la casa de algún local y en la tarde disfrutar de una expedición privada a una catarata fuera del circuito turístico tradicional. Puede relajarse en su área de meditación privada en su suite y horas después estar conociendo la historia de las mujeres de la fábrica de papel local. Es esa mezcla entre lujo y cultura local que hace al viaje diferente a cualquier otro”, explica Teyssier.

Un fin: la hospitalidad regenerativa

Teyssier cree en la importancia de la hospitalidad regenerativa. Bajo esta forma de hacer turismo, el huésped no forma parte del modelo consumista, y en su lugar se sumerge en un ciclo de intercambio, generando un impacto positivo en el lugar que ha visitado.

“La industria del turismo ha destruido todo y en todas partes. Es depredadora, extrae todo sin compartirlo con las comunidades locales. Entonces, cuando empecé en esto, quise crear un modelo de negocio que sea equilibrado y al mismo tiempo genere suficientes ingresos para las comunidades”, explica Teyssier.

Desde el inicio de 700′000 Heures, el hotel ha asignado un porcentaje de sus ganancias a proyectos sociales en cada destino con el fin de promover el desarrollo ambiental y social de las comunidades locales. Pero hace dos años, Teyssier se dio cuenta de que una estadía de seis meses en un destino no era suficiente tiempo para ayudar a una comunidad a largo plazo. Por ello, el próximo año regresará al Perú para continuar con los programas que iniciará este mes de junio.

“Me di cuenta que los proyectos funcionaban muy bien mientras el hotel estaba operando en el destino, pero una vez que nos mudábamos al siguiente, se volvía algo difícil de mantener. Entonces decidí aliarme con Diane Binder, fundadora de Regenopolis, una iniciativa en África que trabaja en desarrollo hace más de 20 años. Y ella me dijo que mi objetivo debería ser el desarrollo, y no la hospitalidad. Dejé de crear proyectos en torno a la hostelería y empecé a apoyar ideas de la propia la comunidad. De esa manera, cuando el hotel se muda, el proyecto puede continuar su rumbo”, detalla.

En Perú, el hotel apoyará los proyectos existentes del Bosque Guardián que trabajan en biodiversidad y reforestación, así como otros proyectos económicos locales como una plantación de cacao, una fábrica de papel manejada por mujeres y una actividad de miel de menoponia. Además, Regenopolis ha identificado una serie de necesidades en la comunidad local en distintos ámbitos como la salud y urbanización, así como oportunidades de negocio en la zona que podrían ser financiadas.

El hotel nómada aportará el 5% del importe de cada huésped para continuar regenerando el Valle del Tiraco. Además, el impacto de la hotelería en la zona, la filantropía privada y las donaciones de clientes sumarán a la realización de este proyecto, según explica Teyssier.

Las reservas se pueden realizar en el sitio web www.700000heuresimpact.com o a través de Perú Andean Experience www.andean.travel.

El costo de la experiencia es de 900 euros por día por persona. El precio incluye toda la experiencia, desde el traslado al aeropuerto, las exploraciones y actividades, así como la comida y bebida.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/como-es-el-primer-hotel-nomada-del-mundo-que-se-instalara-en-el-amazonas-y-vale-900-euros-la-noche-nid03062024/

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