¿Chipá en peligro?: al cultivo esencial para su elaboración lo acecha el fantasma de una crisis en puerta
POSADAS, Misiones.- La zafra de la mandioca cerró un 2024 con un fuerte incremento en la producción, pero sin embargo en el sector temen que 2025 sea un año de crisis debido al atraso cambiario ...
POSADAS, Misiones.- La zafra de la mandioca cerró un 2024 con un fuerte incremento en la producción, pero sin embargo en el sector temen que 2025 sea un año de crisis debido al atraso cambiario que afecta a varias economías regionales. La fécula de mandioca es un insumo vital para producir la popular chipa, que también se nombra como chipá (con acento en la “a”) en Buenos Aires y otras regiones, algo que provoca el enojo de misioneros y paraguayos. También se utiliza para la industria frigorífica en chacinados y otros sectores de la industria alimenticia.
Según datos del Ministerio del Agro de Misiones, la provincia explica casi el 80% de la producción de mandioca y es la única que cuenta con 11 industrias que la procesan y elaboran fécula de mandioca: este año en la zafra se llegaron a procesar casi 100 millones de kilos en las industrias ubicadas a lo largo y ancho de toda la provincia. Para el organismo, el incremento en la producción fue de 60% respecto a 2023 (aunque algunos industriales estiman que fue menor el incremento), lo que permitió elaborar 35 millones de kilos de fécula de mandioca, aproximadamente.
“Estos números son el resultado del compromiso de los productores y el apoyo provincial en capacitaciones y distribución de plantines, que nos permitió alcanzar niveles de almidón de casi el 30% en las raíces”, celebró el ministro Facundo López Sartori.
Sin embargo, en el sector mandioquero de Misiones alertaron que, más allá de los mejores volúmenes de producción, se viene una época de “vacas flacas” caracterizada por los bajos precios que ya se pagaron este año motivados por el atraso cambiario. Apuntaron que en 2025 será creciente la amenaza de las importaciones de fécula de Brasil y Paraguay.
“El atraso cambiario afectó mucho al sector, el dólar quieto hizo que el precio que se pagó en esta zafra sea de 60 pesos por kilo de mandioca, que es lo mismo que se había terminado pagando a finales del 2023″, explicó a LA NACION Marcelo Dziewa, presidente de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Gobernador Roca y titular de la Cámara Empresarial de la Mandioca Misionera.
“El precio que se paga por la mandioca es como el de un commodity, se maneja internacionalmente por el precio internacional del almidón, y con el dólar quieto y una inflación que en el acumulado del año ya superó el 100%, los 60 pesos que se pagaron durante este año representan mucho menos que el año pasado”, señaló Dziwea.
“Además, las industrias alimenticias que le compran a las fábricas de Misiones (única provincia que industrializa la mandioca) podrían empezar a importar de Brasil y Paraguay que tienen precios muy competitivos, lo cual nos va a obligar a seguir teniendo precios bajos”, indicó.
La industria alimenticia argentina siempre importa algo de fécula de mandioca, pero si hay atraso cambiario, además de potenciarse las compras al exterior de este producto, también actuará como una forma de “pisar” el valor pagado a cientos de productores en Misiones.
La economía de la mandiocaLa mandioca es una raíz que se consume mucho en el nordeste. Después de Misiones se cultiva en Corrientes, Formosa y Chaco. Estas últimas tres provincias explican juntas el 25% de la producción y solamente la elaboran para consumo fresco.
Originalmente los colonos de Misiones la plantaban para autoconsumo, destinándole media hectárea o menos, pero luego se fue industrializando y convirtiendo en otro ingreso más para el pequeño productor de esta provincia, que suele tener chacras de 20 o 25 hectáreas. En épocas de buenos precios, un colono puede destinar hasta 5 hectáreas a plantar mandioca.
“El precio es la principal señal para plantar para el pequeño productor y si hay buen precio hoy, todos quieren plantar para el año próximo. Pero como el precio se mueve por oferta y demanda, esto provoca fluctuaciones: todos plantan, al otro año hay más mandioca y cae el precio y después nadie quiere plantar”, explicó Dziewa.
La mandioca tiene la cosecha gruesa entre marzo y fin de octubre, mientras que se empieza a plantar entre septiembre y noviembre.
Para Arabela Soler, directora de Economía Agraria, el aumento de la producción tuvo un gran impacto este año en la microeconomía de muchos colonos: “Casi $7000 millones retornaron directamente a las 9000 familias productoras, un aumento del 70% en sus ingresos que tiene un impacto social y económico”. Sin embargo, el incremento que señala la funcionaria no contempla la inflación.
Soler encabezó un equipo del Ministerio del Agro que el año pasado reabrió una fábrica de fécula de mandioca en Puerto Esperanza que estaba parada. Hoy es administrada por la Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo y le compra el producto a unas 100 familias de la zona de Esperanza, Eldorado, Puerto Mado y Colonia Victoria.
“Fué el peor año en cuanto a precios al productor de los últimos 10 años. No se cubrieron los costos por ende el productor se ha descapitalizado fuertemente. Para tener una referencia en 2024 se necesitaron 79 kilos de almidón para pagar el jornal de un peón rural, contra 32 kilos del año pasado”, explica Manfredo Seifert, productor de la zona de Montecarlo.
Las once fábricas que tiene Misiones tienen capacidad instalada para procesar tres veces más que los casi 100 millones de este año, pero nunca llegan al tope por falta de materia prima suficiente, según los datos de la Cámara Argentina de Fabricantes de Glucosa, Derivados y Afines.
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Además de la producción para la industria, el autoconsumo y la venta en bolsas para las verdulerías también es importante: en Misiones se estima que supera el 50% de lo que se llevan las fábricas, aunque no hay cifras oficiales sobre esta parte de la producción.