Carla Calabrese y el regreso del musical for export, antes del desembarco en España: “Me da vergüenza soñar con más”
Si bien desde hace unos años el género musical goza de buena salud en la cartelera teatral porteña, son pocos los espectáculos que pueden jactarse de superar el año de representaciones. Una ex...
Si bien desde hace unos años el género musical goza de buena salud en la cartelera teatral porteña, son pocos los espectáculos que pueden jactarse de superar el año de representaciones. Una excepción superlativa es la de Come From Away, la versión local del éxito de Broadway (con libro, música y letras de Irene Sankoff y David Hein) que este viernes 24 comenzó su tercera temporada consecutiva en el Teatro Maipo y que ya superó las 150 funciones. “Siempre es incierto lo que puede pasar con los espectadores, por eso hemos trabajado para que esta vez se encuentren con una puesta aún más pulida”, comienza diciendo la directora Carla Calabrese, verdadero factótum del proyecto, ya que además participa en él como productora, adaptadora y actriz. “Yo creo que esta vez la obra va a tener un impacto más profundo, por todo lo que se está viviendo en el país y en el mundo. Cuando se estrenó, en 2022, estábamos viviendo la euforia pospandemia, había muchas ganas de volver a salir y de asistir a los teatros. Todo era esperanza. Ahora, aquí, hay mucha violencia en las calles y lo que ocurre en la franja de Gaza es verdaderamente acongojante. No se permite el arribo de la ayuda humanitaria y las poblaciones civiles de uno y otro lado sufren muchísimo. Por eso hoy la humanidad está en carne viva y necesita una cuota de solidaridad”, entiende la también azafata e impulsora de misiones humanitarias junto con su marido, el director de cine, médico, empresario gastronómico, filántropo y piloto Enrique Piñeyro, a través de su propia ONG: Solidaire. “Yo creo, por ejemplo, que la escena donde se habla de la paz y aparecen representadas todas las religiones, este año se resignifica totalmente. La obra es muy internacional y hoy, por lo que está sucediendo, toca fibras más íntimas. Para mí su mensaje está más vigente que nunca. En este momento tan frágil de la humanidad, nos invita rescatar todo lo bueno que existe en nosotros en contraste con la deshumanización imperante en buena parte del mundo”, añade la CEO de The Stage Company y directora de Sueño de una noche de verano, Shrek, el musical y El curioso incidente del perro a medianoche, entre otros sucesos.
Cabe recordar que Come From Away (ganadora de múltiples premios Tony y Olivier, en Nueva York y Londres, en 2017 y 2019, y elegida aquí Mejor Musical por los Jurados de los premios ACE y Hugo, en 2022) transcurre en 2001 y está basado en hechos reales. Cuenta la historia de siete mil pasajeros provenientes de todas partes del mundo que permanecieron varados durante cinco días en Gander, un lejano pueblo de Canadá, cuando el espacio aéreo de los Estados Unidos quedó bloqueado tras los ataques terroristas a las Torres Gemelas y obligó a cambiar de destino a numerosos aviones. Sin saberlo, los habitantes de ese pequeño paraje y los inesperados visitantes fueron protagonistas de una historia que conmovió y emocionó al mundo, plena de solidaridad, empatía y humanidad.
La tercera temporada del musical en Buenos Aires, que comenzó este viernes, ante un Maipo colmado que celebró cada canción y cada toque de humor, se extenderá hasta el 25 de agosto. Luego, la puesta local –con todo su equipo creativo y casi todo el elenco original– iniciará su internacionalización. Serán de la partida los talentosísimos actores Gabriela Bevacqua, Federico Couts, Melania Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Silvina Nieto, Agustín Perez Costa, Fátima Seidenari, Sebastián Holz, Silvana Tomé, Manuel Victoria, Lali Vidal y Patricio Witts (más la banda soporte de ocho músicos). Sólo Marisol Otero (la recordada protagonista de las primeras versiones de La Bella y La Bestia y Mamma Mia!), que no podrá viajar por otros compromisos profesionales, será reemplazada por la española Pepa Lucas. En principio, la obra recalará en el espléndido Teatro Marquina de Madrid, donde ofrecerá funciones a lo largo de cinco meses y medio. Esta será la primera vez que un éxito de Broadway llegue a España protagonizado por argentinos. El estreno, allí, será el 11 de septiembre, a 23 años exactos de lo que narra la pieza. Después, tal vez actúen en Barcelona y roten por otras plazas de la Madre Patria.
En su traslado al continente europeo el espectáculo sufrirá un sutil proceso de adaptación (siempre a cargo de la misma Calabrese y su coequiper Marcelo Klotliar), que hará hincapié en los acentos idiomáticos, lo que le aportará una mayor atmósfera internacional: “Todos los actores que interpreten a ciudadanos de Gander hablarán con acento argentino, luego, los dos que provienen de Texas lo harán en castizo y habrá quienes lo hagan en mexicano, dominicano, inglés, alemán y francés. Esta será una producción más para todo el mundo, mucho más ecléctica, en ese sentido más parecida a la de Broadway”, entiende Calabrese.
“Tenemos mala fama”Aunque aún falten varios meses para el desembarco en España, las expectativas son muchas. “Contamos a favor con que los españoles nos quieren muchísimo. A veces pienso que son unos de los pocos que nos quieren. En otros países directamente tenemos mala fama. Por eso debemos valorar nuestra relación con los españoles y cuidarla. Ellos siempre nos han recibido con los brazos abiertos y nos han tratado como hermanos, deberíamos estar muy agradecidos”, opina Calabrese, en obvia alusión al reciente conflicto diplomático suscitado entre nuestro país y España. “A ellos les gusta nuestro acento y nuestra forma de trabajar. Saben que somos muy apasionados y que siempre le buscamos la solución a cualquier problema. Por eso los actores argentinos son súper valorados en España, y no me refiero solo a los del cine sino a las figuras de la comedia musical. Hoy en la plaza teatral de Madrid están trabajando varios de nuestros mejores exponentes del género. Espero que, pese a todo, cuando lleguemos, nos abracen y traten igual que a ellos”, sostiene esperanzada.
Para mediados del año próximo Calabrese proyecta otro hito en la puesta local de Come From Away: una gira por el interior del país, “algo que anteriormente quise hacer con otros espectáculos y no pude por la envergadura de las escenografías; la de este musical, en cambio, es más transportable y adaptable a distintos escenarios”, sostiene. Paralelamente no descarta hacer funciones en países limítrofes, como Uruguay y Chile; y en vender los derechos de la adaptación a otras plazas de habla castellana. De hecho, ya acaba de cerrar el primer trato con productores de Panamá y se encuentra en avanzadas tratativas para que la adaptación compartida con Kotliar llegue al DF mexicano. “La nuestra es la única adaptación al español que los creadores y productores originales del musical avalan, esto nos llena de mucho orgullo y nos abre las puertas de varios mercados. Por eso creo que nuestro Come From Away tiene vida para rato”, concluye. Como si esto fuera poco, es casi un hecho que el elenco argentino accederá a grabar la versión completa del musical en español (posiblemente en neutro) para su difusión en todas las plataformas. Hoy ya se puede escuchar un tema por YouTube, realizado exclusivamente para difundir la tercera temporada del espectáculo en Buenos Aires: “El cielo y yo”, interpretado maravillosamente por Melanie Lenoir.
-Y después de Come From Away, ¿qué? ¿Fantaseás con Broadway?
-No te voy a negar que lo pensé, pero me molestaría no poder trabajar con los actores que amo y con los que trabajo desde hace mucho. Me gustan mucho los actores argentinos, creo que tenemos un talento especial e incomparable. Así que, tanto en Broadway como en el West End londinense, extrañaría demasiado sus formas de ser. Me tienta lo de probarme en esas plazas, pero me siento más cómoda en ambientes latinos. Yo sé que lo de España será diferente: será como ir a la casa de la abuela y con eso me súper conformo. En definitiva, a Broadway no le cierro la puerta, pero no está dentro de mis objetivos inmediatos ni me desvela. Yo no soy mucho de proyectar, a mí me gusta que la vida me sorprenda. Empecé haciendo teatro en inglés, hace muchos años, en la sala Stella Maris de San Isidro. ¡Y mirá dónde terminamos! Nunca me imaginé trabajar en el Teatro Maipo, ni mucho menos ser su directora artística. Tampoco salir por el mundo a rescatar gente, sacar refugiados de un país en guerra y llevarlos sanos y salvos a otros. Estoy tan agradecida con las posibilidades que la vida me ha ido ofreciendo, que me da un poco de vergüenza soñar con más.