Las “fuerzas del cielo” avanzan en la desregulación de los aviones. Hoy el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el segundo paquete de reformas en la legislación que rige al sector aéreo. En este caso, el decreto 639/2024 aprobó un nuevo reglamento del Registro Nacional de Aeronaves que, tal como informó la Secretaría de Transporte, permitirá obtener una matrícula a través de medios electrónicos y digitales, y en un plazo máximo de cinco días.

“Tramitar una matrícula podía demorarse hasta cinco años, mucho más que el tiempo que lleva diseñar y fabricar una aeronave”, señaló el comunicado oficial de la cartera dirigida por Franco Mogetta. A su vez, el decreto, que lleva la firma del presidente Javier Milei, refirió a demoras redundantes que implican “una dilación innecesaria en los procedimientos, lesionando la seguridad operacional”.

Parece un detalle de color en medio de este cambio burocrático, pero la medida también incluyó la posibilidad de elegir las letras y números de su propia matrícula, siempre y cuando tal combinación no la utilice ningún otro titular.

Un detalle importante que aclaró la Secretaría de Transporte es que la agilización de los tiempos no equivale a flexibilización de controles, ya que, según afirmó, se mantienen “todos los requisitos necesarios para que esa matrícula se emita, sosteniendo así la seguridad operacional”.

Dentro de los argumentos del ánimo reformista del Gobierno, el Ejecutivo consideró que “la política aeronáutica argentina ha limitado fuertemente el desarrollo de la industria aerocomercial”. Por este motivo, el comunicado de la Secretaría de Transporte mencionó que la gestión libertaria quiere aplicar un paradigma de “libertad negocial”. Esto, en palabras del oficialismo, significa que “cualquier contrato lícito se puede presentar ante el registro y, por ende, se puede ampliar la financiación, se da más seguridad jurídica, se pueden bajar las tasas de interés”.

De esta manera, el oficialismo tomó al sector aéreo como uno de sus “predilectos” en la hoja de ruta “desregularizadora”. De hecho, las primeras decisiones del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, estuvieron vinculadas a esta área. La semana pasada también se publicó un decreto que, entre otras cuestiones, cambió el reglamento del acceso a los mercados aerocomerciales y eliminó la regulación tarifaria.

El comunicado oficial de la Secretaría de Transporte anticipó que, más allá de los dos decretos ya publicados en el Boletín Oficial, el Gobierno prepara nuevas medidas para el sector, aunque no especificaron cuáles.

Pese a eso, el decreto de la semana pasada fijó el horizonte del ánimo “desregularizador” del Gobierno: “Libre acceso al mercado de nuevos explotadores a través de procedimientos administrativos breves y ágiles; estímulo a la competencia leal entre los distintos explotadores; desregulación tarifaria; resguardo de la seguridad operacional; vigilancia operacional continua de los servicios autorizados; libertad en la fijación de frecuencias, en su caso, declarándolas inicialmente en su plan de negocios, para su análisis sujeto a estrictos criterios operativos y a la necesidad de que el tráfico aéreo se desarrolle de manera segura y ordenada y, finalmente, intervenciones de la Administración Pública Nacional limitadas y eficientes, de carácter digital/electrónico, tendientes exclusivamente a la preservación de los principios enunciados precedentemente y transparencia en la medición, asignación y utilización de la capacidad aeroportuaria”.