Atlético de Madrid, más que nunca, es el equipo de los argentinos. Por una u otra razón, el Colchonero siempre estuvo cerca de los sentimientos de esta parte del mundo. Ahora, más que nunca. Y con una obligación, al mando del “cuestionado” Diego Simeone: pelear hasta el final la Champions League, el gran título que todavía le falta a sus nutridas vitrinas.

No será sencillo, pero el cuadro que se avizora en la primera parte del nuevo recorrido, invita a la esperanza. Eso sí: con el volcánico entrenador contra las cuerdas por los malos resultados (y las deslucidas actuaciones). El vestuario de Atlético de Madrid, ahora mismo, está teñido de celeste y blanco. A los cuatro argentinos que ya estaban en el equipo colchonero se sumó para esta temporada Julián Álvarez, el dueño de todas las miradas por sus deslucidas tareas, y, un par de días atrás, el club de la capital española anunció la llegada del arquero Juan Musso, de 30 años. El guardavallas nacido en San Nicolás, formado en Racing y con pasado en Udinese, llega desde Atalanta a préstamo, y a cambio de 1,5 millones de euros según los expertos del mercado de pases.

Sobre sus conversaciones con el Cholo -otra de las razones que posibilitó su llegada, ya que lo conoce de su etapa en Racing, donde se formó-, Musso contó: “Intercambiamos algunos mensajes, espero lo que me han contado todos. Cuando tenía 16 años me llevó a mi primera pretemporada con el primer equipo de Racing. Exige al máximo y ahí estamos en línea. Es lo que necesito para mí, demostrar en el campo, partido a partido y entrenamiento a entrenamiento”. Y sobre las posibilidades del equipo, añadió: “(Atlético puede aspirar) a todo lo que se proponga, a competir contra los mejores del mundo. Tiene jugadores de nivel increíble, es un plantel de los mejores del mundo”.

Sin embargo, la temporada empezó algo torcida.

Antes, en su presentación, Musso había recibido los elogios del presidente del club, Enrique Cerezo: “En el Udinese coincidió con De Paul y está convocado para los próximos partidos con la albiceleste. Como ya dije el otro día, este club no se concibe sin los argentinos que han pasado a lo largo de la historia. Querido Juan, ahora llegas tú a este club y te unes a Correa, Molina, De Paul, Giuliano, Julián y Simeone, es un orgullo tenerlos a todos aquí. Te deseamos una gran temporada en la que podamos celebrar títulos”.

Todos, en el medio, definen al Aleti como “el equipo de los argentinos”, con las variables positivas y negativas que ese concepto concentra. El Atlético conoció este jueves a sus ocho rivales de la primera etapa de la moderna Champions League, que por primera vez en los últimos 20 años cambia su formato dejando atrás la fase de grupos para dar paso a una liga general en la que deberá disputar ocho partidos, cuatro de ellos en casa y otros cuatro de visitante.

Se enfrentará con RB Leipzig, Bayer Leverkusen, Lille y Slovan Bratislava en el Cívitas Metropolitano y a PSG, Benfica, Salzburgo y Sparta Praga como visitante. Como se ve, es un cuadro accesible. Bayer Leverkusen fue el equipo sensación de la temporada pasada (con Xabi Alonso en la conducción y Exequiel Palacios como faro), que consiguió la primera Bundesliga de su historia y llegó a ser finalista de la Europa League. PSG se está reinventando, sin Kilyan Mbappé y no mucho más. El principal rival del Atleti es, justamente, el propio Atleti.

El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, dijo que su club tiene “una exigencia de intentar” entrar en los octavos de final, así como “una necesidad y un compromiso”, después del sorteo de la competición este jueves en Mónaco.

Nuestros rivales de la fase liga de la Champions League 💫 pic.twitter.com/MhRPi84ode

“Tenemos una exigencia de intentar meternos en ese grupo de octavos. Es un formato nuevo, en el que se juegan muchos partidos, con muchos equipos, unos en casa y otros fuera. Es un formato para intentar ganar el máximo número de partidos posible para intentar clasificarte para los octavos de final. Es una exigencia, una necesidad y un compromiso”, afirmó.

Se lamentó, al mismo tiempo, por el inesperado 0-0 por el campeonato doméstico. “Con el Espanyol tuvimos muchas ocasiones, pero el balón no quiso entrar y al final, si te descuidas, perdés el partido. Estamos al principio de temporada. Realmente, fue un disgusto para qué te lo voy a negar”, afirmó en declaraciones al canal local Movistar.

Las miradas siguen puestas en el entrenador, que en el entretiempo de ese encuentro sacó de la formación a Julián Álvarez, flamante refuerzo, uno de los movimientos más importantes del mercado.

En un partido con muchas llegadas de parte de los locales, pero poca puntería, Simeone optó por una decisión que sorprendió tanto a los hinchas del Aleti presentes en el estadio como de los que siguieron el partido por la transmisión. Durante el entretiempo, el director técnico argentino realizó tres cambios en simultáneo, entre los cuales quitó de la cancha a Álvarez, quien hasta el momento no jugó 90 minutos de corrido, para que ingrese el francés Antoine Griezmann.

La Araña había tenido situaciones de gol, aunque no logró concretar.

Todos lo saben: las críticas podrían empezar si las incorporaciones no toman forma. “Sí, es normal. Es normal y entendible, la gente es hincha, es aficionado. Si yo fuese un aficionado, pensaría lo mismo; pero soy entrenador”, respondió sobre la desazón en el estadio colchonero. Y sobre todo, por lo que vendrá: la Champions League es una obsesión. El 16 de abril pasado, cayó en cuartos de final frente a Borussia Dortmund, finalista de esa edición. Fue un eléctrico 4-2, que pocos olvidan.

”El aprendizaje es el que te marca la competición. Una competición muy dura, muy difícil, en la que obviamente todos los partidos tienen sus dificultades. El partido pasado atacamos menos veces e hicimos tres goles. En este partido atacamos muchas más veces e hicimos menos. Yo creo que el equilibrio entre las dos partes lo tenemos que encontrar para potenciar lo que tenemos, que es muy bueno”, advierte Simeone, que alcanzó dos finales de Champions, en casi 13 años al mando del gigante. Tan cerca, tan lejos...