Así es la calle más angosta de Buenos Aires que pasa desapercibida a la vista de todos
Buenos Aires no solo está conformada por los si...
Buenos Aires no solo está conformada por los sitios turísticos por excelencia que la llevaron a tener una identidad a nivel internacional, sino que entre sus barrios de casas bajas, todavía se conservan algunas joyas de siglos pasados que custodian, cual centinela, la memoria de lo que alguna vez fue. Entre estas imperdibles se encuentra la calle más angosta de todas, conocida como Santa Magdalena.
La vía se encuentra en el corazón del barrio de Barracas, en paralelo a los rieles del tren que conduce a la estación Constitución. Su inicio empieza en la intersección de la avenida Australia con la numeración 300. Parece que estuviera detenida en el tiempo, entre edificaciones de más de 50 años y un adoquinado casi intacto.
No se la considera pasaje, ya que por allí circulan autos de manera normal y hasta dos líneas de colectivos, la 402 y la 610. Incluso, es extensa y hay presencia de veredas. Sin embargo, a medida que se avanza en sentido al Riachuelo, su espacio comienza a ser más estrecho. Centímetro a centímetro, su superficie es ganada por alguna que otra casa y poco a poco las personas quedan huérfanas de un espacio para caminar, por lo que deben hacerlo sobre el mismo empedrado.
Se puede decir que uno de los mejores momentos para visitar este sitio es en otoño, cuando las hojas amarillas de los árboles adornan el sendero y, entre el adoquín y la arquitectura de casas bajas, es imposible no transportarse hacia épocas de antaño, donde la paz se apoderaba del barrio.
En su parte más reducida solo pasa un auto pequeño y el lugar para que un peatón circule es casi inexistente. A pesar de no ser tan concurrida y centro atractivo del turismo, está allí, presente en las entrañas de Buenos Aires, lista para ser descubierta por cualquier curioso que anhele ir más allá del mapa tradicional de interés.
Entre historia y cultura: así es el barrio de BarracasBarracas se encuentra al sur de la Ciudad de Buenos Aires, en el límite con el Riachuelo. Su nombre se debe a las barracas que comenzaron a construirse en siglo XVIII, a orillas del curso de agua, con el fin de almacenar el cuero y algunos productos en galpones precarios. Según destaca el sitio oficial de la Ciudad, en este lugar habrían desembarcado los primeros esclavos durante el Virreinato del Río de la Plata. Entre tragedias, inundaciones y diferentes reformas urbanísticas, creció como la comuna número 4 y su aniversario se celebra cada 30 de agosto.
Como puntos turísticos, el barrio cuenta con la Parroquia de Santa Lucía, la cual se levantó en 1783 en dedicación a santa Lucía de Siracusa, uno de los centros católicos más importantes de la zona sur. Por su parte, también se erige en el mismo límite el templo israelita OrTorah.
El Centro Metropolitano de Diseño, el mural en honor al pintor Benito Quinquela Martín y la calle Lanín, son las propuestas culturales abiertas a la comunidad que invitan a todos a conocer de cerca la identidad de Barracas y su gente.