Anuncian una muestra paralela al Festival de Mar del Plata en rechazo a las políticas del Incaa: “Acción en defensa del cine argentino”
El Festival de Cine de Mar del Plata tendrá este año una suerte de muestra paralela organizada por un movimiento de cineastas, productores, críticos y representantes de distintas actividades del...
El Festival de Cine de Mar del Plata tendrá este año una suerte de muestra paralela organizada por un movimiento de cineastas, productores, críticos y representantes de distintas actividades del quehacer cinematográfico que se oponen a la política cultural del gobierno de Javier Milei y a la actual gestión del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Sus organizadores la definieron como una “acción en defensa del cine argentino”.
El encuentro lleva el nombre de Contracampo y se extenderá desde el viernes 22 (al día siguiente de la apertura oficial del festival) hasta el martes 26 de noviembre. La sede marplatense de este encuentro será la sala Enrique Carreras (Entre Ríos 1824), donde se exhibirá una muestra de producciones nacionales cuyos títulos serán anunciados a mediados de ese mes. Junto a las proyecciones habrá charlas y espacios de debate en distintas sedes con la participación de “referentes de la industria cinematográfica”.
El primer anuncio de esta convocatoria no lleva nombres propios. Según pudo saber LA NACIÓN, los organizadores quisieron dejar en claro desde el primer momento el carácter espontáneo e inorgánico que tendrán las acciones impulsadas en pleno festival por un grupo autoconvocado de representantes del cine local.
¡Contracampo!
Del 22 al 26 de noviembre en Mar del Plata.
Una acción en defensa del cine argentino organizada por un grupo autoconvocado de directores, productores, críticos y trabajadores del cine. pic.twitter.com/qyCn6s9zI8
Este anuncio sigue una tendencia que se inició desde comienzos de octubre, cuando el Festival de Mar del Plata quedó expuesto a un masivo quite de colaboración por parte de algunas de las entidades más representativas de la industria audiovisual de nuestro país. Primero, entidades que agrupan a distintas actividades (realizadores, editores, directores de fotografía y de arte, sonidistas) anunciaron que no harán las distinciones que venían realizando hasta ahora y que sus integrantes no se sumarán a los distintos jurados oficiales.
Más tarde, el Espacio Audiovisual Nacional (integrado por asociaciones de directores, distribuidores independientes y las productoras más importantes) también se distanció del festival al señalar que la actual gestión del Incaa “amenaza con desintegrar nuestro cine nacional”.
En esta misma línea, Contracampo se autodefinió como “una acción política que nace porque la libertad de expresión, la radicalidad estética y el federalismo cinematográfico están bajo amenaza” y señaló en su declaración inaugural, conocida en las últimas horas, que la política actual del Incaa “empobrece a nuestro cine por poner en duda su capacidad de competir en un mercado que nunca está quieto y nunca es fijo”.
El grupo adoptó el nombre que tuvo una recordada revista de crítica cinematográfica creada por docentes y alumnos de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata y que dejó una extensa huella en la historia de ese tipo de publicaciones, aunque solo se editaron seis números entre 1960 y 1962. También invoca a una sección muy destacada por su riesgo artístico que tuvo el propio Festival de Mar del Plata entre 1996 y 1998, que su responsable, el ya fallecido cineasta Nicolás Sarquís, denominó Contracampo.