A menudo las transacciones inmobiliarias pueden estar llenas de tensión debido a las negociaciones y cambios de último momento, que dan lugar a las oportunidades para los errores y las estafas. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) informó la existencia de más de 9.500 casos de reclamos en el sector inmobiliario en 2023 y se calcula que las pérdidas totales son de más de US$145 millones.

Es una tarea difícil confiar en alguien a la hora de comprar o vender propiedades, esta es la transacción financiera más importante en la que participan la mayoría de las personas en su vida. Más si se tiene en cuenta que las estafas se están volviendo cada vez más sofisticadas.

Según informa U.S News, un momento que puede llegar a ser vulnerable para los compradores es el previo al cierre de la compra de una propiedad. Los estafadores suelen estar atentos a las posibles transacciones bancarias para aprovecharse. Su modus operandi consiste en enviar un correo electrónico en el que se avisa que “hubo un error” en el pago, con instrucciones para que se envíe dinero a una cuenta, aun cuando en este tipo de mails siempre se enfatiza que no se deben realizar transferencias por esta vía.

La modalidad predilecta de los estafadores para delinquir son las llamadas telefónicas. Buscarán ganarse su confianza a través de preguntas y luego suelen ofrecer refinanciaciones de hipoteca o vender su hogar. En este tipo de situaciones es fundamental no revelar ningún tipo de información sensible, cortar la llamada y bloquear el número desde donde se contactaron. Esta circunstancia se repetirá también con los mensajes de texto en los que le piden completar con la información personal.

La información que se brinda vía redes sociales puede convertir a las personas en un objetivo para los estafadores. Estos pueden investigar a los propietarios de una vivienda y recabar información de su vida personal. Aprovechan cuando detectan que alguien es vulnerable debido a una situación personal complicada y utilizan ese momento a su favor.

En una de las estafas más comunes se proporciona información financiera falsa o robo de identidad. Este fraude implica que el estafador presente documentos financieros y de identidad que no le pertenecen, probablemente robados o de una persona fallecida, para poder cerrar la gestión.

Otro de los casos más comunes es el llamado telefónico para ofrecer una refinanciación de su hipoteca con intereses altos. El estafador va a intentar entrar en confianza con la víctima para pedirle información personal o financiera con el uso repetido de términos como “aprobado por el gobierno federal”. Hay que mencionar que el gobierno de los Estados Unidos nunca va a llamar para pedir datos personales.

Por último, también existe la estafa del agente inmobiliario falso. Una persona se hace pasar por agente inmobiliario mediante una serie de engaños para ganarse la confianza del comprador. Estos suelen ser muy insistentes en pedir adelantos de entre un 10% hasta el precio total de la vivienda para enviárselos al vendedor. Para evitar este tipo de trampa es importante buscar información sobre los agentes en internet y confirmar en la oficina de licencias la veracidad de sus documentos.