El cura Julio César Grassi enfrenta este jueves una audiencia clave donde se define su pedido de excarcelación anticipada en la causa por la que fue condenado a 15 años de prisión por abuso sexual infantil contra al menos dos víctimas. Mediante su presencia virtual por Zoom ante los jueces del Tribunal N.º 1 de Morón, vestido con su tradicional sotana, volvió a defenderse de la acusación y fue por más: “Milité como sacerdote a través de la Fundación y en muchas otras acciones en barrios populares contra todo tipo de maltrato contra los niños y frente a los adolescentes”.

Desde la Unidad 41 de Campana donde cumple su condena, el cura solicitó ante la Justicia adelantar su excarcelación, la cual debía terminar en mayo de 2028 según la condena establecida. “No es mi actitud decir que eso está bien. Todo lo contrario. Para mí eso es aberrante y lo repudio y lo demostré con las acciones pasadas educativas que realicé”, prosiguió el sacerdote de 68 años.

En un momento de su declaración, poco después de iniciada la audiencia, el religioso condenado - también abogado - pidió un cuarto intermedio para “ordenarse”, el cual fue aceptado por el tribunal para continuar luego con su propia defensa. Se dirigió a los jueces que lo oían con atención: “Van a ver, como ya presenté, que el informe psicológico hecho por el penal no está diciendo que yo tenga una actitud por la que considero que ese tipo de delitos esté bien, todo lo contrario”.

Grassi solicitó que sea reexaminada su pena porque, argumentó, “todos los derechos procesales que hay en el país tienen una acción de revisión porque existe plena posibilidad de que haya un error judicial, que una persona haya sido mal condenada y la condena esté firme”.

“No tienen nada que decir de mi actuación en el juicio”, resaltó el todavía padre (ya que no fue excomulgado por la Iglesia). Y prosiguió, con la voz algo más alzada, para responder a la querella: “No tomo de tonto a nadie. Estoy respetando todas las instancias. Nunca violé las restricciones tampoco”. Una vez finalizada la audiencia, lo más probable es que el Tribunal decida pasar a un cuarto intermedio para dar a conocer su decisión en las próximas horas o días.

Por su parte Juan Pablo Gallego, el abogado de las víctimas de Grassi, señaló que quiere saber “cómo asume sus actos de pedofilia”, a la vez que indicó que “no está apto para ser externado”. El letrado dijo que el Código Penal establece que esa libertad anticipada no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales.

Durante su estadía en la prisión, Grassi se recibió de abogado, razón por la cual puede representarse a sí mismo.

Fue en junio de 2009 cuando el TOC N.º 1 de Morón lo sentenció a 15 años de prisión por los delitos de abuso sexual agravado por ejercer el rol de sacerdote, y estar encargado de la educación y la guarda del menor en víctima.

En el juicio se comprobó que Grassi atacó en 1996 a dos menores en la Fundación Felices los Niños, la cual había creado años atrás. En 2017, la Corte Suprema dejó firme la condena y quedó alojado en el pabellón N.º 6 de la Unidad Penitenciaria N.º 41, sector donde están los presos con buena conducta.