A las urnas, por la familia
Año electoral, año en el que la preocupación central de los políticos –de todos los partidos, incluso de esos que apenas son sellos prestables- es el ombligo propio y el futuro de sus familia...
Año electoral, año en el que la preocupación central de los políticos –de todos los partidos, incluso de esos que apenas son sellos prestables- es el ombligo propio y el futuro de sus familiares. Mucho discurso de motosierra y de casta, pero mejor no revisar la nómina de parientes que siguen como si nada sucediera en decenas de cargos estatales.
Para los chinos es el año de la Serpiente de Madera. Seguro que no lo pensaron mirando la Argentina, sino que es parte de sus ancestrales tradiciones, pero qué puntería la coincidencia de un año “ofídico” y electoral. Por estas pampas, muchos van a reptar en busca de un cargo y, especialmente, de inmunidad.
La gran especialista argentina Ludovica Squirru anticipó que “será un año para recobrar la inteligencia, la buena voluntad y la capacidad de crear nuevas filosofías de vida”. A no entusiasmarse, queridos lectores. Tampoco están los políticos obligados a reconvertirse en apenas 12 meses. Si fueron degradándose en 42 años de democracia, cómo harían para “recobrar la buena voluntad” en apenas un ratito.
Es un año complejo para muchos dirigentes. Ejemplifiquemos solo con algunos, aunque podríamos empapelar el Obelisco con casos. El peronista entrerriano Edgardo Kueider sufre sus días de prisión domiciliaria en un edificio de lujo en Paraguay. El justicialista cordobés Guillermo Kraisman sigue angustiado por el fracaso defensivo al revolearle un frasco de cerezas a la policía que lo detuvo por “intento de toma de alimentos gratuitos en un supermercado”. Decir que lo detuvieron por querer robar es poco elegante. La kirchnerista chubutense Cecilia Torres Otarola fue condenada por hacer pasar a la niñera de sus hijos como empleada legislativa y a su jardinero como funcionario. ¿Hace falta que les recuerde que aún están pendientes las causas judiciales sobre el patrimonio de Martín Insaurralde o por la contratación de seguros en el Estado del expresidente Alberto Fernández?
No le esquivo a Cristina Kirchner, que por este año electoral eligió la más popular playa de Monte Hermoso en lugar de la yanqui Disneyworld. Pero sobre ella ya se encargó el gobernador Ricardo Quintela que, en un tono que recuerda a Lanusse en los días del retorno de Perón a la Argentina, admitió: “Si nos da el cuero, vamos solos”. Ya se sabe que para disputarle la presidencia del PJ, al riojano no le dio el cuero para enfrentarla y desistió de la pelea interna. Veremos si la china Serpiente de Madera le da coraje para este año electoral.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/a-las-urnas-por-la-familia-nid26012025/