“No hay información”: confusión y bronca en Aeroparque por vuelos cancelados y reprogramados
Confusión e incertidumbre. Esas sensaciones son las que parecen reinar en el Aeroparque Jorge Newbery esta mañana, porque los vuelos que partían desde allí y que iban a tener retrasos o cancela...
Confusión e incertidumbre. Esas sensaciones son las que parecen reinar en el Aeroparque Jorge Newbery esta mañana, porque los vuelos que partían desde allí y que iban a tener retrasos o cancelaciones no las tuvieron, y los que se suponía que iban a salir a horario fueron reprogramados e incluso cancelados sobre la hora.
Esto se debe a cambios de último momento en la agenda de las asambleas de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA). Esta estaba pautada para empezar a las seis y prolongarse hasta las nueve, por lo que Aerolíneas Argentinas había trasladado siete vuelos que debían salir desde Aeroparque a Ezeiza y había anunciado afectaciones en otros 18 vuelos que partían desde el aeropuerto metropolitano. En tanto, Flybondi y JetSmart debieron trasladar, cada una, 10 servicios que perjudicaron a 2000 y 1700 pasajeros respectivamente.
En tanto, Aerolíneas notificó a los usuarios vía mail sobre las modificaciones y permitirá realizar cambios a aquellos que quieran buscar alternativas. “Se recomienda a los viajeros revisar sus correos electrónicos, contactarse con sus agencias de viaje en caso de compras indirectas, o verificar el estado de su vuelo ingresando a aerolineas.com”, expresaron en un texto oficial.
Pese a ello, los siete vuelos trasladados salieron en horario desde Ezeiza y los que ahora se encuentran con retrasos de último momento son los que partían entre las 8 y las 11 desde Aeroparque, el nuevo horario de la asamblea.
El estado de los vuelos va cambiando minuto a minuto en las pantallas. Aparecen nuevos retrasos: servicios hacia Salta, San Martín de Los Andes, Iguazú, Resistencia y Santiago de Chile. Otros, en cambio, pese a partir durante el nuevo horario de las asambleas, siguen figurando “en horario”.
Alrededor de las 9.30, empezaron a haber cancelaciones.
“No hay información. El horario del vuelo sigue siendo el original, pero sabemos que no va a salir”, dice María Vallejos, con la mirada fija en la pantalla en busca de novedades y las manos ocupadas: con una sostiene su bolso y con la otra, el cochecito de su hija menor. Su vuelo hacia Bahía Blanca, adonde viaja para visitar a sus padres, está programado en el nuevo horario de las asambleas. “Cuando viajás con chicos es más complicada la espera. Si hubiéramos sabido, pedíamos el cambio del vuelo”, afirma.
Mientras la reunión sindical se desarrolla en una sala privada del aeropuerto –sin contacto con la prensa–, un piloto que circula por el aeropuerto por motivos personales explica: “Este es un juego de ajedrez. Movimos las asambleas para visibilizar nuestro reclamo, que es salarial, para hacer ruido”.
“Ya entregamos las valijas, pero nuestro vuelo a Bariloche se acaba de cancelar. ¡Ni siquiera es que se retrasó! Mi marido está tramitando que nos devuelvan las valijas. Ahora tendremos que buscar otro vuelo. Es terrible: tengo la mitad del hospedaje pagado en Bariloche. Es mucho dinero”, indica la brasileña Paula Flores, mientras se pasea por el aeropuerto con su hijo de cinco años de la mano.
Sus valijas fueron aceptadas en el check in pocos minutos antes de las 9, horario en que comenzaron las asambleas de Intercargo, que, como ya es costumbre, este sindicato hizo coincidir con las de los aeroportuarios.
Las valijas para despachar, que por la mañana se guardaban en las oficinas internas del check in, comienzan a acumularse también en el hall de entrada del aeropuerto, resguardadas dentro de un corralito de cintas divisorias.
A su alrededor, los dueños de las valijas están consternados, la mayoría sin saber incluso si podrán viajar hoy. Entre ellos se encuentra Michael, un estadounidense que intenta explicarle a un amigo por videollamada la situación. “Parece que hay algún tipo de huelga”, le dice, mientras le muestra con el celular la treintena de valijas.
“Todos mis ahorros están ahí. Los vuelos, los pases de esquí. Además tengo pocos días de vacaciones”, protesta Bárbara Chávez, de 26 años, mientras hace la fila en la casilla de Aerolíneas Argentinas para consultar por nuevos vuelos. “Supuestamente nos van a reprogramar. Si hay cupo, nos dijeron que para hoy, pero no sé: somos miles en la misma situación”, afirma.
MalestarEn el medio del caos, un grupo de 20 personas que viajaba a un casamiento en Asunción, en Paraguay, se encontraban especialmente revolucionados. “Nos cancelaron el vuelo recién, ¡Y el rabino está acá también! ¿Quién los va a casar a los chicos?”, dice Beatriz Gómez, de 75 años, mientras hace fila, junto a sus amigos y otros cientos de pasajeros varados, para exigir un cambio de vuelo. De su carry-on cuelga una funda de traje con su vestido adentro, colgando de una percha para que no se arrugue.
“Estamos hartos, hartos. Nosotros pagamos con nuestros impuestos esta empresa, y cuando queremos viajar no podemos. ¡Nos vamos a perder el casamiento!”, suma Alicia, de 71 años, amiga del padre de la novia, quien pidió resguardar su identidad.
El casamiento será mañana al mediodía, aunque hoy tenían un almuerzo de bienvenida. Los vuelos que les ofrecen son, en caso de que haya lugar, hoy a las 23, y sino mañana a las 22, horario en que el casamiento ya habrá finalizado.
A medida que transcurre la mañana de asambleas, cada vez son más los vuelos cancelados, y el malestar se hace sentir en las decenas de filas de pasajeros argentinos y extranjeros que esperan una respuesta de Aerolíneas Argentinas.
“Estamos pésimo. Nos parece una falta de respeto”, dice la abogada brasileña Adriana Joya, de 50 años, que viajó desde San Pablo ayer y ahora intenta viajar de Buenos Aires a Ushuaia. Y agrega: “Tenemos todo pago. Venimos de Brasil para conocer seste país, hacer turismo, y nos reciben así. Estamos estresados, preocupados”.
“¡Oh casualidad! Los sindicalistas se juntan los viernes, el día que la gente viaja. Pero la gente viaja después de trabajar hasta el cansancio todos los días. Esto es lo que sufre la Argentina desde siempre”, dice a los gritos un hombre luego de discutir con uno de los empleados del check in que le explicaba que tenía que esperar para reprogramar su vuelo a Salta.